Alberto Braniff, nacido en la Ciudad de México en 1884, había podido observar los vuelos de los pioneros de la aviación durante un viaje de estudios por Europa, lo cual lo motivó para lograr esta misma hazaña, pero en su tierra natal: México. Para realizarlo, tuvo que conseguir el avión, que llegó a Veracruz procedente desde Francia en tres cajas, con un peso total de 1500 kilogramos. Éste fue trasladado desde aquel puerto hasta la capital del país y ensamblado por un mecánico y dos ayudantes de Braniff, quien tomó varios cursos de vuelo en aquel lugar europeo antes de embarcarse en esta aventura. 

También se hicieron trabajos de acondicionamiento en el terreno desde donde despegaría, mismo que serviría también para hacer su aterrizaje. Esta labor estuvo a cargo de un grupo de zapadores enviado por el mando militar de la plaza a petición expresa del gobernador del Distrito Federal con el que Braniff tenía buenos tratos. El terreno escogido fue la Hacienda de Balbuena porque era propiedad de la familia del piloto y ofrecía grandes áreas libres de obstáculos. El vuelo que Braniff llevó a cabo fue el primero que se realizó en línea recta por poco más de 500 metros de distancia; también fue el primero en aeroplano que se que hizo en toda América Latina y tuvo un récord de altitud por la elevación de la Ciudad de México ubicada a 2240 msnm. Para recordar este evento recopilamos una serie de documentos e imágenes sobre la aviación mexicana.