lupa
Sociedad
Portadilla de <p>Aviación: el sueño de volar</p>

Aviación: el sueño de volar

La forma más segura de viajar es por avión. En el siglo xxi este transporte es algo cotidiano. Sea para vuelos de cortos o de largo alcance, estos últimos contemplan los viajes interoceánicos, que pueden durar hasta 15 horas de vuelo y transportar poco más de 500 pasajeros de un continente a otro. Sin embargo, el avión que conocemos no es tan antiguo como podríamos creer. Esta tecnología comenzó a desarrollarse hace poco más de cien años y con el tiempo se perfeccionó.

Los hermanos Orville y Wilbur Wrigth, dos fabricantes de bicicletas, construyeron y volaron con éxito el primer aeroplano en Carolina del Norte (diciembre de 1903). Este acontecimiento revolucionó el transporte que, en cuanto a aeronavegación, estaba limitado a globos aerostáticos que lograban elevar a unas cuantas personas varios metros sobre el nivel del suelo, e incluso recorrer alguna distancia, como lo plasmó Julio Verne en La vuelta al mundo en 80 días. Sin embargo, cuando los primeros aviones lograron controlar tanto el despegue como el aterrizaje y cubrir distancias cada vez más grandes, ello impulsó a la humanidad a la conquista del cielo y del espacio.

Tan pronto como la noticia de los Wrigth fue conocida, entusiastas de Francia, Gran Bretaña y de países latinoamericanos como México, buscaron la forma de construir o adquirir los primeros aeroplanos que, por una extraña razón, los Wright no habían patentado a tiempo, de ahí que su modelo fuera replicado y perfeccionado. Por supuesto que los aeroplanos de principios del siglo xx volaban escasos minutos. En México, Alberto Braniff fue el primer piloto aviador (1910). Cinco años más tarde, Alberto Salinas Carranza haría lo propio, en el sector militar, gracias a la adquisición de los primeros aviones para el Ejército Constitucionalista.