Cronista visual, oriundo de Tepetlaoxtoc, Estado de México, se trasladó a la capital en donde tuvo la oportunidad de acudir a la joven Academia de San Carlos, adonde Linati había trasladado las máquinas de su taller al salir del país. El pintor Pedro Gualdi, interesado en el tema de la arquitectura, fue su maestro y despertó en Castro el gusto por este género. Al observar sus estampas podemos echar un vistazo a las construcciones y calles de la Ciudad de México del siglo XIX. En esa época el país atravesó por momentos de inestabilidad política, marcada por intervenciones extranjeras, el imperio de Maximiliano de Habsburgo, la gran Reforma de Benito Juárez y los primeros tres periodos presidenciales de Porfirio Díaz. Lo más conocido del trabajo de Castro se difundió en el libro México y sus alrededores, publicado originalmente en 1855 y cuya versión bilingüe de 1869 (español-francés, debido a la influencia del Segundo Imperio) forma parte de esta muestra; en ella podemos observar antiguas construcciones que hoy siguen en pie como la Villa de Guadalupe tomada en globo, el Colegio de Minería, el Sagrario de México, o la fuente del Salto del Agua, entre otras. Él fue el principal artista de dicha publicación aunque compartió crédito con los grabadores Julián Campillo, Luis Auda y G. Rodríguez. Se trata de una obra extraordinaria que además cuenta con textos escritos por los más destacados intelectuales de la época como los escritores e historiadores Manuel Orozco y Berra, Francisco Zarco y Manuel Payno, o el poeta Francisco González Bocanegra, autor de los versos de nuestro Himno Nacional.