El cuerpo femenino y su representación artística
El desnudo es un género de añeja tradición que se ocupa de la representación del ser humano, ya sea masculino o femenino; este último es motivo de esta significativa muestra. Escultura, pintura, dibujo, grabado y fotografía son las técnicas artísticas que retomamos en este espacio. Los más antiguos datan de finales del siglo XIX y principios del XX, y en ellos podemos observar la constante idealización de la apariencia física de la mujer, acorde con los valores de belleza propios del arte griego, del Renacimiento y del neoclásico que priorizan las proporciones ideales de la anatomía humana en absoluta perfección.
A diferencia de éstos, en el México posrevolucionario la aproximación a la desnudez desde las expresiones plásticas ha cambiado; muestra de ello es la obra gráfica de Amador Lugo, de la que tenemos tres ejemplos, donde se percibe una propuesta más realista, que retoma aspectos significativos de la corporeidad específicamente mexicana y se aleja de conceptos que intentaban reflejar un solo prototipo de beldad universal. Además, en la fotografía el género cobra nuevos bríos y se aventura a experimentar en novedosos planteamientos que fueron catalogados como surrealistas: tal es el caso de La buena fama durmiendo de Manuel Álvarez Bravo. Poco más tarde, a mediados del siglo, sorprende la frontalidad y la pose de Pita Amor en la pieza del pintor Raúl Anguiano, en la que los tapujos morales parecen ya haber sido superados. De la misma época, ofrecemos dos piezas en las que el cuerpo libre de vestimentas se retrata en el lienzo como un elemento más de la composición, ya sea como una metáfora visual en la que una mujer representa a la madre Tierra, en una pintura de Jesús Guerrero Galván, o bien en el subgénero del semidesnudo en uno de los clásicos retratos de Balthasar Klossowski de Rola.