Fallecimiento de Guillermo Prieto
2 de marzo de 1897
La vida de Guillermo Prieto abarcó casi por completo el siglo xix, agitado, turbulento e inestable, por ello no es extraño que su obra también sea una muestra de las dificultades del momento y de la manera en que los hombres de la época dedicaron serios esfuerzos a dar forma a la recién creada nación mexicana. Más allá de la labor que hizo dentro de la administración pública, Prieto fue literato, periodista, historiador, y un hombre que se adaptó a las condiciones, ya fueran propicias o adversas, en las que tuvo que actuar. Y además de todo, fue un personaje interesado en hacer memoria. Gracias a su vasta obra, los mexicanos podemos conocer de manera mucho más cercana a los mexicanos que nos precedieron.
Como liberal incansable, Prieto tenía un afán nacionalista que difundió a través de diversas expresiones literarias, desde poemas, cuadros de costumbres, relatos de viajes, ensayos y otros textos en que dejó plasmadas notas sobre la cultura, la industria, los transportes y la población. Recorrió plazas y mercados; se metió en vecindades y accesorias, compartió festividades con personas de clase alta, pero también convivió con los sectores populares y gente de “rompe y rasga” en convites y bailes. Para construir una nación, era necesario conocerla primero, por eso también se interesó en mostrarle a sus lectores qué había más allá de la capital para de esta manera incentivar la mejora en las condiciones de vida de la república en general. Así, las narraciones de Guillermo Prieto se entrelazan con el proyecto de construcción de la identidad nacional que surge en el país a mediados del siglo xix. Los liberales exaltaron un proyecto de nación moderna y mestiza, que tendía a la reconciliación y a la unificación de la diversidad de los mexicanos a pesar de las contradicciones raciales, sociales y geográficas que existían en el país. Para alcanzar este objetivo Prieto trabajó desde varios frentes como puede verse en la colección de documentos que elegimos para conmemorar la trayectoria de este ilustre hombre de letras. Podemos encontrar desde documentos sobre su labor como ministro de Hacienda o, casi al final de su vida, discusiones sobre la deuda inglesa; ubicamos correspondencia con Benito Juárez cuando estaba refugiado en el Paso del Norte, durante el periodo del Segundo Imperio mexicano; su preocupación por los impuestos y los aranceles se vislumbra en dos documentos sobre el tema de mediados de siglo; y también encontramos en esta selección la participación de Fidel, seudónimo más conocido de Prieto.