Es por ello que Lázaro Cárdenas en la década de los 30´s promueve estrategias para crear espacios y dar voz e inclusión social a las comunidades, lo que con el tiempo llevó a la creación del Instituto Nacional Indigenista a finales de 1948 con Alfonso Caso como su primer director. Uno de los principales objetivos del ini fue el de desarrollar y aplicar políticas que fomentaran el desarrollo de los pueblos indígenas. Pero esta institución no fue la única parte de este proyecto, como parte del Consejo Consultivo intervino la sep, Salubridad, Gobernación, Agricultura, Recursos Hidráulicos, Comunicaciones y Obras Públicas, el Departamento de Asuntos Agrarios, el Banco de Crédito Ejidal, el inah, y la unam, todos ellos desde la especialidad de sus campos, ya que la finalidad del gobierno fue la modernización del indio.

Otro de los grandes expositores del indigenismo fue Gonzalo Aguirre Beltran quien con su teoría de las regiones de refugio planteó atender las problemáticas desde un Centro Coordinador Indigenista, los tres ejes desde los que trabajaron fueron: asesoría técnica agrícola, educación bilingüe y salud comunitaria. El primer cci se abrió en 1950 en la región  Tzeltal-Tzotzil, cuatro sexenios después el número de estos llegó a 70 en todo el territorio mexicano. La idea que impulsó Aguire Beltran con estos espacios fue la de incorporarlos a una nación en aras de modernización por medio de la aculturación, de ahí la importancia de los procesos educativos y de desarrollo social, que desafortunadamente no favoreció la identidad indigena.