lupa
Casa de Chile en México
Portadilla de <p>Casa de Chile en México: la casa de la solidaridad</p>

Casa de Chile en México: la casa de la solidaridad

La Casa de Chile fue fundada en la Ciudad de México el 11 de septiembre de 1974, justo a un año del golpe militar al gobierno de Salvador Allende. Surge como decisión política del Gobierno mexicano e iniciativa de Pedro Vuskovic Bravo, ex ministro de Allende y quien fuera su primer presidente. Este espacio se convirtió en el refugio de los exiliados, lugar donde podían reconstruir sus lazos y sentirse un poco más en casa. 

Se constituyó como Asociación Civil en 1978 y se nombró “La Casa de Chile en México, A.C.” hasta el término de sus funciones, en julio de 1993, cuando se restablecieron las relaciones diplomáticas entre ambos países. Allí también se administró el apoyo económico que le dio el Gobierno mexicano y otros recursos que llegaron de ayudas internacionales, lo que sirvió para difundir la causa chilena en el exterior y proyectar su actividad política tanto en México como fuera de él.

La Casa de Chile, entre otras cosas, fue centro cultural, y en ella se realizaban actividades artísticas, concursos, seminarios, talleres y eventos que ayudaban a mantener vivas sus costumbres y tradiciones, además de ser un frente de resistencia contra la dictadura de Augusto Pinochet. Hubo un arduo trabajo de intelectuales, políticos y artistas, entre otros, que dio como resultado la edición, publicación e impresión de 52 libros, más de 50 cuadernos, además de la edición mensual de la revista Democracia Ahora

Por otra parte, esta casa de tantas acciones solidarias ofrecía servicios médicos y dentales, así como asistencia en los trámites consulares, ya que era el vínculo entre Gobernación y los asilados políticos. Además, proporcionó apoyo emocional a quienes fueron víctimas de violencia física y psicológica.

La Casa de Chile mantuvo una relación permanente con los partidos en la clandestinidad en Chile y también facilitó la coordinación con los exiliados chilenos en otros países. Esta institución generó gran confianza y respeto, lo que permitió establecer una buena relación con el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (acnur), organismo que finalmente fue de gran ayuda para el retorno a su país de muchos exiliados.