Después del impacto social y comercial de su primer largometraje El chacal de Nahueltoro (1969) y la victoria en las urnas de Salvador Allende (1970); este último lo designó presidente de Chile Films en 1971. Littín inicia su vida pública a la cabeza de la empresa estatal encargada del cine y la televisión del país del sur hasta 1973, cuando fue exiliado. En 1973, tras el golpe de Estado de Pinochet, Littín se exilia en México, donde impulsa drásticamente su carrera y filma Actas de Marusia (1975), cinta sobre una huelga de trabajadores salitreros en Chile, que es reprimida por los empresarios con ayuda del ejército. La película fue nominada en 1976 al Óscar a Mejor Película Extranjera, a la Palma de Oro como Mejor Película y ganó 18 Premios Ariel en 1975, entre ellos a Mejor Película y Mejor Director.

Consagrado como director cinematográfico, realizó distintas adaptaciones a obras de Alejo Carpentier y de Gabriel García Márquez, pero su trabajo más personal fue un documental sobre el Chile de la dictadura. En palabras de Littín, “para un hombre de cine no hay un modo más certero de recuperar la patria perdida que volver a filmarla por dentro”. Miguel Littín terminó su exilio cuando acabó la dictadura pinochetista, hacia la década de los años noventa. Volvió a su tierra natal como una figura con gran peso político y cultural. Ocupó cargos públicos y encabezó instituciones académicas. Hasta su última película estrenada, Allende en su laberinto (2014), ha conservado la visión crítica y ha contribuido a la creación de la memoria histórica latinoamericana.