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Campos de concentración en Chile, 1973-1989
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Campos de concentración en Chile, 1973-1989. Represión de la dictadura militar

El significado de campo de concentración posee una carga histórica y jurídica que provoca varios problemas a los Estados que los utilizaron como lugares de detención, tortura y exterminio de sus enemigos. En la actualidad, cuando los gobiernos reconocen los crímenes del pasado como propios emprenden acciones para retribuir a las víctimas: se ven obligados a convertir estos espacios en centros de memoria para que esto no vuelva a ocurrir. Cuando pensamos en estos lugares, la primera imagen es Auschwitz, pero, ¿qué pasó con los campos instalados por la dictadura militar chilena?

Cuando el martes 11 de marzo de 1973 la Junta Militar derrocó al gobierno legítimo de Salvador Allende inició un proceso de detenciones ilegales a todos los colaboradores o simpatizantes de la Unidad Popular (up). Miles de chilenos fueron conducidos al Estadio Nacional o al Estadio Chile, hoy Estadio Víctor Jara en honor al cantautor que inspiró la creación de la Nueva Música Chilena, quien fue detenido, torturado, mutilado y finalmente asesinado por los golpistas.

Las Naciones Unidas y la Corte Internacional de La Haya consideran como campos de concentración aquellos lugares que recluyen a las personas sin mediar causa penal o juicio alguno, una franca violación a los derechos humanos. Sin embargo, revisionistas, que buscan “blanquear” la historia y tratar de “borrar” los crímenes de Estados perpetradores, los designan con términos con menos carga jurídica: centros de detención, prisioneros o de tortura. A 50 años del golpe militar en Chile se hace necesario reconocer que la Junta Militar encabezada por Augusto Pinochet y sus colaboradores establecieron un régimen de terror y persecución que duró cerca de 17 años, y que hoy, en pleno siglo xxi, el Estado chileno hace esfuerzos importantes para reconocer y resarcir a las víctimas de estos terribles crímenes.

La Colonia Dignidad, conocida como Villa Baviera, es un símbolo del terror pinochetista, si bien se convirtió en un lugar de recreo y turismo, hoy se exige convertir este espacio en un lugar de memoria.