Bilimbiques, dinero de la Revolución
Una revolución implica un cambio radical en la sociedad; en el caso de México, la existencia de diversas fuerzas políticas y armadas se vio reflejada en diferentes ámbitos, en particular en la emisión de papel moneda. La escasez de efectivo marcó la urgencia de producir “piezas de necesidad”; por ello, de 1913 a 1915 comenzaron a fabricarse los llamados bilimbiques. Su nombre se debe a que el estadunidense William Weeks pagaba a sus trabajadores de la mina Green en Cananea, Sonora, con vales de papel, y estos mineros nombraron bilimbiques a los papelitos con valor económico que Billy Weeks les entregaba.
Pronto las diferentes fuerzas revolucionarias, a veces convertidas en gobierno, comenzaron a producir sus propios billetes, que resultan de una gran variedad en color, diseño y estilo, como puede apreciarse en esta muestra. Al ocupar el gobierno las fuerzas constitucionalistas intentaron frenar la emisión de bilimbiques, que por su naturaleza variada era sencillo falsificarlos; finalmente, lograron retirarse de circulación a partir de febrero de 1917, cuando en la nueva Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos se determinó que la emisión de papel moneda sería tarea exclusiva de un solo banco que estaría bajo control absoluto del gobierno.