Para los llegados al Nuevo Mundo, influenciados por el ambiente humanista que permeaba en España, la historia, el hombre, la naturaleza y la cultura indígenas se convirtieron en su objeto de estudio.

Los indígenas se dedicaron a rescatar su historia con el fin de preservar la memoria de su pasado a través de diferentes documentos. Códices, pinturas y demás materiales mostraron a los españoles un nivel de cultura muy superior al que ellos consideraban.

Una tradición histórica es la forma de registrar los hechos indígenas que tras el contacto con los europeos resultó en una nueva narrativa. La tradición tlaxcalteca ha estado presente desde el siglo xvi en las obras de naturales y españoles, pues para su elaboración siempre se hizo referencia a Tlaxcala como un foco de cultura a la par de México y Texcoco. Frailes, funcionarios, indígenas y demás interesados en la materia legaron documentos de gran importancia.

Actualmente se revaloran las obras historiográficas de tradición indígena tlaxcalteca para mostrar que está presente en la conformación de la sociedad actual, y que se manifiesta en sus costumbres y particularidades lingüísticas. 

A través de la memoria histórica de Tlaxcala, reflejada en sus documentos, se expone la existencia de un registro tlaxcalteca que propicia un sentido de pertenencia y favorece la creación de una identidad local.

Esta selección de códices tlaxcaltecas han resguardado la memoria, la historia, las costumbres y las tradiciones de un pueblo que reclama un reconocimiento más allá del estigma de la traición. La mayoría son testimonios cuyo tema central es el recibimiento de Hernán Cortés; otros abordan aspectos particulares sobre la adaptación de los indígenas a una nueva realidad; y por último, se muestra uno de los llamados calendarios prehispánicos.