Algunos autores señalaban que la inspiración de la Constitución Política Mexicana de 1824 se fundaba en la de los Estados Unidos de América; o bien, en los ideales de la Revolución francesa. Si bien, existe algo de cierto en esto, Luis Villoro analizó cómo los diputados novohispanos que asistieron a Cádiz durante la invasión napoleónica, que más tarde dio origen a la guerra de Independencia de los virreinatos americanos, existía un liberalismo propio, tanto peninsular como americano, que guardaba y reconocía las tradiciones jurídicas de “los reinos españoles”.

En este sentido, cuando se analiza con detenimiento el papel y las propuestas que desempeñaron los políticos mexicanos como Gómez Farías, Lucas Alamán, José María Luis Mora, Manuel Ramos Arizpe, entre otros, se puede observar cómo se fueron constituyendo, primero, las dos posturas políticas dominantes del siglo xix que también tuvieron características propias en el México independiente: liberalismo y conservadurismo.

Gómez Farías fue un convencido federalista y liberal. Entre 1821-1823 se enfrentó al emperador Agustín I, por la intromisión de éste en el Congreso, situación que provocó la caída del Primer Imperio Mexicano, y con motivo de esto, apoyó e impulsó la construcción de un régimen republicano y federalista, que si bien, en estos primeros años de vida independiente tuvo distintos desaciertos, estableció las bases del futuro orden constitucional de México.