Se promulga la Constitución de Cádiz
19 de marzo de 1812
La Constitución de Cádiz, también conocida como Constitución Política de la Monarquía Española, se promulgó el 19 de marzo de 1812 enarbolando principios fundamentales como soberanía popular, división de poderes y federalismo. Este documento fue de suma importancia para el territorio novohispano que en aquel momento ya se encontraba luchando para obtener su independencia; tan es así que se le considera decisiva para la creación de todas las Cartas Magnas que se redactarían a lo largo del siglo xix.
Esta Constitución se originó debido a la abdicación de la casa de los Borbones como consecuencia de la invasión francesa que inició en 1808. Al existir un vacío de poder, el pueblo español se condujo bajo la dirección de Juntas de Gobierno que se formaron en las provincias durante la crisis a fin de defender su soberanía. Finalmente, éstas se fusionaron en una Junta Central Suprema Gubernativa del Reino en septiembre de ese mismo año. Este régimen representativo se vio obligado a trasladarse a Cádiz y en enero de 1809 se les comunicó a las provincias americanas que eran consideradas parte de la monarquía, por lo que tenían derecho a estar representadas en él. Las Cortes del Reino se instalaron en septiembre de 1810, sólo nueve días después de que iniciara la guerra de Independencia en México. Dos años más tarde se juró la Constitución de Cádiz convirtiéndose en la primera Carta Magna que entró en vigor en territorio novohispano.
Su vigencia se interrumpió en 1814, cuando Fernando VII recuperó el trono y la abrogó. Este documento se encuentra compuesto por 10 títulos y 384 artículos en donde se plasman derechos fundamentales del ser humano como protección de la propiedad, libertad individual y de imprenta, proceso judicial por medio de tribunales, prohibición de la tortura e inviolabilidad del domicilio. Los especialistas consideran que de ella abrevaron las que transformaron a nuestra nación, pues fue punto de referencia para la Constitución de Apatzingán de 1814, “modelo de creación de la Constitución Federal de 1824; y su huella es perceptible en las constituciones de 1836, 1843 y 1857”, e incluso en la de 1917 que nos rige en la actualidad.