Su carrera despegó, como la de muchos otros de sus colegas, gracias a su trabajo al servicio del Estado, creando programas culturales que tuvieron muy buena acogida. El artista, nacido en Silao, Guanajuato, el 4 de enero de 1909, contribuyó a nutrir y mantener arraigado el discurso posrevolucionario de una nación mestiza unificada, gracias también a sus aportaciones en el área de la educación, criticando incluso los métodos empleados por la llamada Escuela de Pintura al Aire Libre, por lo que rediseñó y fundó nuevos programas y talleres para escuelas de arte y artesanías. Su preocupación por la colectividad seguramente fue resultado de sus experiencias de juventud, cuando participó en el Programa Bracero, laborando en las plantaciones de naranja en California, como pescador y como jornalero en la industria del salmón en Canadá y Alaska, pues consideraba al trabajo como un acto de redención social. Ya por los años sesenta, se desempeñó como servidor público. Según la página de la Academia de Artes de México, de la que también fue miembro, fue vicepresidente del Subcomité Nacional de Artesanías y Arte Popular, organizado por el Comité Consultivo del Gobierno de México ante la Unesco. Y desde 1970 y hasta 1980 fue director del Museo Regional de Antropología e Historia, Alhóndiga de Granaditas, en Guanajuato. Para recordar a este versátil artista reunimos algunas de sus obras más destacadas, disponibles en este repositorio digital.