La rebelión del Miztón o Mixtón o Guerra de Xuchipila
Hoy en Memórica hemos reunido una colección de documentos pictográficos y escritos del siglo xvi y otras publicaciones del xix y principios del xx en los que se narraron los acontecimientos sobre el levantamiento indígena del Miztón o Mixtón, o Guerra de Xuchipila, que puso en crisis la seguridad del virreinato de la Nueva España. Entre los años 1540 y 1542, 20 años después de la conquista de Tenochtitlan, los territorios del noroeste de México fueron escenario de una de las más violentas rebeliones en contra del dominio español.
El primer conquistador en pisar estas tierras fue el capitán Nuño de Guzmán, quien entre 1529 y 1530 llegó junto con sus hombres a reclamar el territorio en nombre de la Corona española. Consecuencia de ello, y de los enormes abusos cometidos contra los indígenas, fue la rebelión del Miztón o Mixtón, también llamada Guerra de Xuchipila, un levantamiento que tuvo como protagonistas a los caxcanes, zacatecos, guainamotas, coras y tecuales, conocidos como chichimecas, habitantes del sur de Zacatecas, del norte de Jalisco y Nayarit.
Antonio de Mendoza dio la orden a Pedro de Alvarado de sofocar la rebelión. Éste atacó a los indígenas en el peñol de Nochistlán y ahí fue herido al caerle encima su caballo. Días más tarde moriría en Guadalajara: uno de los más estrepitosos fracasos de la conquista española. Tras la muerte de Alvarado, el virrey, encabezó al ejército compuesto por españoles e indígenas “amigos”, como los tlaxcaltecas o los grupos de nahuas y tarascos, para someter la insurrección de los caxcanes y zacatecos.
La estrategia defensiva de los grupos rebeldes fue una de las más desarrolladas en Mesoamérica: se resguardaron en las empinadas laderas y paredones creando verdaderas fortalezas en las elevaciones de los peñoles. De ahí que algunas fuentes históricas llamen “empeñolarse” al hacerse fuerte. Los arcos y las flechas no pudieron competir contra la artillería española y tras una sangrienta batalla los indígenas insurrectos sucumbieron ante los conquistadores.
Después de la caída del Miztón, el señor Tenamaztle, posteriormente bautizado como Francisco Tenamaztle, se entregó a los conquistadores y fue desterrado a España. Ahí, junto con fray Bartolomé de las Casas, comenzaría una nueva lucha en el Consejo de Indias para que le fuera reconocido el derecho que ejerció al defenderse y los abusos a los que su pueblo fue sometido.