En los años de 1886 a 1889 y en el de 1891, el artista viajero austriaco Teobert Maler realizó seis temporadas de exploraciones en varios asentamientos de los antiguos mayas de la porción suroeste y centro sur de Yucatán en colindancia con el estado de Campeche, en la región denominada la Serranía del Puuc. De diciembre de 1891 a enero de 1892 estuvo en Chichén Itzá, en el centro norte de Yucatán, en cuyas ruinas hizo trabajos de desmonte de vegetación y retiro de escombro para el levantamiento de un plano arquitectónico, dibujos y tomas fotográficas de las edificaciones monumentales erigidas y de los hallazgos producto de sus excavaciones o de otros investigadores que le precedieron. Dentro de los expedientes reunidos hay fotografías del arqueólogo alemán Eduardo Seler –quien visitó el sitio en varias ocasiones– y del mismo Maler de las fachadas aún en ruinas del Templo de las Tortugas y el Caracol, el Complejo de las Monjas, el Templo del Dios Recostado (hoy Templo de los Guerreros), el Templo de los Jaguares y Escudos del Juego de Pelota, El Caracol y El Castillo, sólo por nombrar algunos. 

Y también de los bajorrelieves tallados dentro del santuario que corona al Castillo y de aquellos en el interior de otras edificaciones. También documentó con su cámara las intervenciones de excavación y descubrimientos escultóricos realizados en 1875 por August y Alice Le Plongeon en la Plataforma de Venus y en 1883 dentro de la Plataforma de las Águilas y los Jaguares y las que él ejecutó en el Templo de las Mesas Pequeñas, donde halló diversos atlantes y un Chac Mool. Estas fotografías son unas de las primeras que ofrecen un registro detallado del corpus arquitectónico y escultórico encontrado en esa antigua urbe.