La forma más palpable en la que el pueblo mexicano reconoció la labor que Gabriela Mistral realizó en nuestro país fue a través de homenajes en presencia de la escritora. Como prueba están los numerosos testimonios periodísticos que dejaron registro de ello. A menos de un mes de su llegada, el 21 de julio de 1922, la prensa ya anunciaba “El homenaje de la Federación de Estudiantes a Gabriela Mistral” en el diario El Universal, el 1° de agosto; tendrían lugar una serie de fiestas en su honor que contarían con exposiciones, conciertos y concursos, entre otras actividades. La sociedad forestal se sumó a su reconocimiento con un paseo por Xochimilco, y el Teatro de la Comedia albergaría el “Homenaje de la mujer mexicana a Gabriela Mistral”, cuyo programa de actividades sería publicado también por El Universal el 4 de agosto de 1922.

Otra manera de reconocerla, y que ella confesó como lo que más valoraba, era que se bautizara con su nombre a escuelas y bibliotecas, eventos que daba a conocer el diario citado con una fotografía donde la vemos de pie, leyendo a la concurrencia. También fue reconocida por sus futuros colegas, como las alumnas de la Escuela Normal de Profesoras, pues se preparaban y buscaban el financiamiento para recibirla, tal cual se reportaba también en El Universal, el 5 de agosto del mismo año.

La poetisa aprovechaba dichos eventos para dirigirse a los asistentes, como lo hizo en un salón de té Sanborns ante las alumnas de la Escuela de Medicina. Su presencia era fundamental en otros actos como el del primer Congreso Nacional de Maestros Misioneros, donde se le nombró presidenta honoraria, el 18 de septiembre de 1922. Cerramos la colección con una nota de inauguración de la escuela Gabriela Mistral del año que dejó México, 1924.