lupa
Retrato de Lupe Marín

Retrato de Lupe Marín

 
 

Institución: Museo de Arte Moderno

En esta obra de arte se reúnen dos personajes fundamentales en la historia de la cultura mexicana. Por un lado, su creador es el famoso muralista Diego Rivera y por el otro la modelo es Guadalupe Marín, con quien el pintor estuvo casado por cinco años en segundas nupcias y es la figura en la centraremos esta apreciación. En el cuadro llama la atención la ausencia de contorno en sus ojos por la indefinición con que fueron trazados, sólo podemos adivinar su verde tonalidad; la mirada está perdida en el infinito y dirigida a lo alto, enfatizando una expresión que en el conjunto del rostro transmite desasosiego.

 

El misterio en sus ojos se repite en el misterio de su vida como si de muchas “Lupes” se tratara. La observamos de frente y detrás en un desdoblamiento que se produce gracias al reflejo que provoca un espejo colocado a sus espaldas. Esta característica visual nos permite ver otro ángulo de su anatomía en franca analogía a los diversos matices de su fuerte personalidad en la que ha prevalecido el mito de una mujer envalentonada y temperamental, a menudo fuera de sus casillas y explosiva que incluso llegó a estar internada en una institución para enfermos mentales. Lupe, como todos la llamaban, solía romper las normas sociales, sin temor al qué dirán; era pues provocativa y arriesgada, altamente sensible a los acontecimientos que la rodeaban.

 

La perspectiva de su cuerpo trazado en el lienzo la engrandece como si se le observara desde una posición baja, esto logra un efecto visual de grandeza que culmina en su enigmático rostro. Se trata de un cuadro en el que prevalecen las tonalidades claras tal como sucede con el fondo que solo se ve interrumpido por el reflejo de lo que pareciera un ventanal. Mucho se ha señalado que podría haber sido pintado en la casa estudio que Juan O’Gorman diseñó para la pareja Kahlo Rivera.

Su universo social estaba poblado de figuras interesantísimas y destacadas del arte nacional, muchos de ellos colegas de Rivera, incluida la tercer y última esposa del pintor, Frida Kahlo y demás intelectuales como la fotógrafa Lola Álvarez Bravo, el artista Juan Soriano y su segundo marido el escritor Jorge Cuesta del grupo de los Contemporáneos. En estos y muchos más se basó para desarrollar su propia vía de expresión creativa en el ámbito literario en La única (1938) primera de dos novelas que escribió y en la que --sin una educación formal-- logró plasmar el ámbito artístico y cultural de su tiempo, siendo ella, dentro de su propia obra, un personaje más.

 

Material de apoyo:

Marín, Guadalupe, Única, Fomento Editorial unam, México, 2020.

Poniatowska, Elena, Dos veces única, Seix Barral, México, 2015.

 

Institución: Museo de Arte Moderno

En esta obra de arte se reúnen dos personajes fundamentales en la historia de la cultura mexicana. Por un lado, su creador es el famoso muralista Diego Rivera y por el otro la modelo es Guadalupe Marín, con quien el pintor estuvo casado por cinco años en segundas nupcias y es la figura en la centraremos esta apreciación. En el cuadro llama la atención la ausencia de contorno en sus ojos por la indefinición con que fueron trazados, sólo podemos adivinar su verde tonalidad; la mirada está perdida en el infinito y dirigida a lo alto, enfatizando una expresión que en el conjunto del rostro transmite desasosiego.

El misterio en sus ojos se repite en el misterio de su vida como si de muchas “Lupes” se tratara. La observamos de frente y detrás en un desdoblamiento que se produce gracias al reflejo que provoca un espejo colocado a sus espaldas. Esta característica visual nos permite ver otro ángulo de su anatomía en franca analogía a los diversos matices de su fuerte personalidad en la que ha prevalecido el mito de una mujer envalentonada y temperamental, a menudo fuera de sus casillas y explosiva que incluso llegó a estar internada en una institución para enfermos mentales. Lupe, como todos la llamaban, solía romper las normas sociales, sin temor al qué dirán; era pues provocativa y arriesgada, altamente sensible a los acontecimientos que la rodeaban.

 

La perspectiva de su cuerpo trazado en el lienzo la engrandece como si se le observara desde una posición baja, esto logra un efecto visual de grandeza que culmina en su enigmático rostro. Se trata de un cuadro en el que prevalecen las tonalidades claras tal como sucede con el fondo que solo se ve interrumpido por el reflejo de lo que pareciera un ventanal. Mucho se ha señalado que podría haber sido pintado en la casa estudio que Juan O’Gorman diseñó para la pareja Kahlo Rivera.

Su universo social estaba poblado de figuras interesantísimas y destacadas del arte nacional, muchos de ellos colegas de Rivera, incluida la tercer y última esposa del pintor, Frida Kahlo y demás intelectuales como la fotógrafa Lola Álvarez Bravo, el artista Juan Soriano y su segundo marido el escritor Jorge Cuesta del grupo de los Contemporáneos. En estos y muchos más se basó para desarrollar su propia vía de expresión creativa en el ámbito literario en La única (1938) primera de dos novelas que escribió y en la que --sin una educación formal-- logró plasmar el ámbito artístico y cultural de su tiempo, siendo ella, dentro de su propia obra, un personaje más.

Material de apoyo:

Marín, Guadalupe, Única, Fomento Editorial unam, México, 2020.

Poniatowska, Elena, Dos veces única, Seix Barral, México, 2015.

 
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