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Movimientos estudiantiles, criminalización de la juventud

Movimientos estudiantiles, criminalización de la juventud

 
 

Institución: Centro Académico de la Memoria de Nuestra América

El Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (itesm), conocido comúnmente como el Tec de Monterrey, llegó a la escena de la educación superior de México en el año de 1943. Surgió como una respuesta a la falta de universidades en el estado de Nuevo León, cuyos jóvenes por lo general tenían que salir del país para continuar con sus estudios profesionales. La élite económica del lugar consideró necesario un sitio que los formara con una orientación especial para que al terminar sus estudios se integraran a las compañías que ya existían en la zona o para adiestrar a los nuevos cuadros que en un futuro relevarían a los empresarios que las dirigían. Ante el nulo apoyo de las autoridades educativas del país, Eugenio Garza Sada, líder de los hombres de negocios regiomontanos, tomó en sus manos la encomienda y fundó este centro educativo que es de importancia hasta nuestros días. La institución fue muy bien acogida tanto por la sociedad neoleonesa como por personas de otros estados que enviaban a sus hijos a estudiar a Monterrey.

 

Por fuera, esta casa de estudios parecía un modelo de disciplina y de éxito, pero algunos problemas comenzaron a salir a la luz a finales de los años sesenta. Los jóvenes del Instituto empezaron a elaborar publicaciones que circulaban entre el estudiantado criticando el sistema de enseñanza, a algunas autoridades del sitio y comentando lo que consideraban defectos graves en su formación. Esto no fue del agrado de los directivos, quienes quisieron obligar a los estudiantes a cancelar sus impresos. Sin embargo, ellos ya se encontraban organizados en distintas asociaciones como la Federación de Estudiantes del Tecnológico (fetec), en aquel entonces liderada por José Luis Sierra Villarreal, personaje que aparece en la portada de este objeto destacado. En este expediente formado por notas periodísticas se puede acceder a información sobre el conflicto que se desató en el itesm cuando se decidió expulsar tanto a Sierra como a otros jóvenes por sus comportamientos considerados subversivos e irrespetuosos.

 

Esta medida en lugar de calmar los ánimos los avivó aún más involucrando a esta institución privada en los movimientos estudiantiles que surgieron por todo el país entre los años 1968 y 1969. Como se puede ver en este expediente, que proviene del Centro Académico de la Memoria de Nuestra América, los jóvenes apelaron a la opinión pública a través de desplegados: la prensa simpatizó con su causa y les dio el espacio para explicar su situación y sus objetivos al iniciar una huelga de hambre; también aparecen las respuestas de las autoridades del Tecnológico y las opiniones de los profesores involucrados en el movimiento. A fin de cuentas, la expulsión se concretó, sin embargo, las cosas no terminarían allí. Tras su salida del Tec, José Luis Sierra e Ignacio Arturo Salas Obregón se unirían con Carlos Garza Falla y Miguel Rico Tavera para dejar Monterrey y rentar una casa en la calle de Macorina, en Ciudad Nezahualcóyotl, con la intención de organizar un grupo armado, mismo que con el tiempo sería conocido como la Liga Comunista 23 de Septiembre.

 

Material de apoyo:

Fernández Menéndez, Jorge, Nadie supo nada. La verdadera historia del asesinato de Eugenio Garza Sada, México, Grijalbo, 2006.

Mendirichaga, Rodrigo, El Tecnológico de Monterrey. Sucesos, anécdotas, personajes, Monterrey, Castillo, 1982.

 

Institución: Centro Académico de la Memoria de Nuestra América

El Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (itesm), conocido comúnmente como el Tec de Monterrey, llegó a la escena de la educación superior de México en el año de 1943. Surgió como una respuesta a la falta de universidades en el estado de Nuevo León, cuyos jóvenes por lo general tenían que salir del país para continuar con sus estudios profesionales. La élite económica del lugar consideró necesario un sitio que los formara con una orientación especial para que al terminar sus estudios se integraran a las compañías que ya existían en la zona o para adiestrar a los nuevos cuadros que en un futuro relevarían a los empresarios que las dirigían. Ante el nulo apoyo de las autoridades educativas del país, Eugenio Garza Sada, líder de los hombres de negocios regiomontanos, tomó en sus manos la encomienda y fundó este centro educativo que es de importancia hasta nuestros días. La institución fue muy bien acogida tanto por la sociedad neoleonesa como por personas de otros estados que enviaban a sus hijos a estudiar a Monterrey.

Por fuera, esta casa de estudios parecía un modelo de disciplina y de éxito, pero algunos problemas comenzaron a salir a la luz a finales de los años sesenta. Los jóvenes del Instituto empezaron a elaborar publicaciones que circulaban entre el estudiantado criticando el sistema de enseñanza, a algunas autoridades del sitio y comentando lo que consideraban defectos graves en su formación. Esto no fue del agrado de los directivos, quienes quisieron obligar a los estudiantes a cancelar sus impresos. Sin embargo, ellos ya se encontraban organizados en distintas asociaciones como la Federación de Estudiantes del Tecnológico (fetec), en aquel entonces liderada por José Luis Sierra Villarreal, personaje que aparece en la portada de este objeto destacado. En este expediente formado por notas periodísticas se puede acceder a información sobre el conflicto que se desató en el itesm cuando se decidió expulsar tanto a Sierra como a otros jóvenes por sus comportamientos considerados subversivos e irrespetuosos.

Esta medida en lugar de calmar los ánimos los avivó aún más involucrando a esta institución privada en los movimientos estudiantiles que surgieron por todo el país entre los años 1968 y 1969. Como se puede ver en este expediente, que proviene del Centro Académico de la Memoria de Nuestra América, los jóvenes apelaron a la opinión pública a través de desplegados: la prensa simpatizó con su causa y les dio el espacio para explicar su situación y sus objetivos al iniciar una huelga de hambre; también aparecen las respuestas de las autoridades del Tecnológico y las opiniones de los profesores involucrados en el movimiento. A fin de cuentas, la expulsión se concretó, sin embargo, las cosas no terminarían allí. Tras su salida del Tec, José Luis Sierra e Ignacio Arturo Salas Obregón se unirían con Carlos Garza Falla y Miguel Rico Tavera para dejar Monterrey y rentar una casa en la calle de Macorina, en Ciudad Nezahualcóyotl, con la intención de organizar un grupo armado, mismo que con el tiempo sería conocido como la Liga Comunista 23 de Septiembre.

Material de apoyo:

Fernández Menéndez, Jorge, Nadie supo nada. La verdadera historia del asesinato de Eugenio Garza Sada, México, Grijalbo, 2006.

Mendirichaga, Rodrigo, El Tecnológico de Monterrey. Sucesos, anécdotas, personajes, Monterrey, Castillo, 1982.

 

 

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