Durante las primeras horas del 1° de enero de 1994, el país se conmocionó al difundirse la noticia del levantamiento armado del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (ezln), en el estado de Chiapas, México. Los enfrentamientos se extendieron durante años, en medio de declaraciones del grupo rebelde, jornadas por la paz, diálogos y comisiones que buscaron pacificar la zona.

La prensa nacional e internacional se apostó en aquel estado del sureste mexicano, buscando no sólo registrar puntualmente los enfrentamientos, sino también entrevistar y capturar la imagen del portavoz de los indígenas levantados, el subcomandante insurgente Marcos, icono de los rebeldes mexicanos.

Las fotografías de los indígenas cubiertos con pasamontañas dieron la vuelta al mundo y pronto nacieron imágenes emblemáticas de los zapatistas, convirtiéndose en un fenómeno mediático a nivel internacional. Como era de esperarse, Pedro Valtierra estuvo ahí, logrando retratos destacables del Sub Marcos.

El 22 de diciembre de 1997, cuando la atención mundial al levantamiento había decrecido, se produjo una artera matanza contra 45 hombres, mujeres y niños en la comunidad de Acteal, municipio de Chenalhó, en Chiapas. Las protestas internacionales se produjeron de inmediato y de nueva cuenta la prensa se apostó en la región. La tensión obligó al Ejército a apostarse en aquel municipio, haciéndose del control de un valioso ojo de agua, lo que provocó más tensión entre los habitantes y las fuerzas armadas. Valtierra se había trasladado días antes a la zona del conflicto y con un pequeño equipo de colegas cubrió los hechos; sus cámaras congelaron pormenorizadamente los primeros encuentros tensos entre la población, en su mayoría mujeres, y el Ejército mexicano. Con su ojo entrenado y anticipándose a los acontecimientos, disparó su cámara para eternizar a las mujeres tzotziles enfrentándose a los soldados en un intento por alejarlos de su territorio. Esta imagen, publicada en primera plana el 4 de enero de 1998, le valió el Premio Rey de España de ese mismo año, por la mejor imagen noticiosa4.

Las chiapanecas son clave en la cobertura fotoperiodística de Valtierra en Chiapas: por lo menos tres retratos grupales son ahora iconos de las rebeldes zapatistas que se enfrentaron al aparato de Estado que a todas luces buscaba aniquilarlas. Armadas con piedras, palos, pasamontañas, su rebeldía e integridad indígenas, las mujeres de Altamirano, las de Yalchiptic, la de X´oyep, representan de forma digna a todas las latinoamericanas que se han levantado en armas contra la opresión, la injusticia social, el abandono del Estado. Mujeres que han sido fotografiadas por él, para dejar huellas visuales de que son ellas, las que luchan.

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4 Alberto del Castillo Troncoso, Las mujeres de X´oyep. La historia detrás de la fotografía, México, Conaculta / Centro de la Imagen, 2013.