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Los generales Francisco Villa y Ornelas, después de la rendición

Los generales Francisco Villa y Ornelas, después de la rendición

 
 

Institución: Centro de Estudios de Historia de México Carso - Fondo Adolfo de la Huerta

Esta fotografía de junio de 1920 retrata al Centauro del Norte en la hacienda de Canutillo, a donde el ingeniero Elías Torres y el general Eugenio Martínez, enviados del presidente Adolfo de la Huerta, llevaron las negociaciones para la firma del Convenio oficializado el 28 de julio en el Palacio Municipal de Sabinas, Coahuila.

Sentado a la sombra de un árbol, comparte un cigarrillo con Porfirio Ornelas, su segundo comandante en la batalla de Torreón. Villa lleva un revólver al cinto, pero no es aquel con el que practicaba tiro en días previos a la batalla de Celaya y que Casasola hizo famoso desde sus fotografías. Del fabricante norteamericano Colt, en su modelo Bisley de 1912, con cachas de concha nácar, se dice que era la pistola preferida del general. Tampoco es aquel de 38mm que se devolvió a México en una reciente visita de Estado a Cuba y que originalmente le obsequiara Francisco I. Madero en 1910. El que vemos aquí es una pieza más barata, anterior a la favorita, introducida en el mercado en 1900, y tiene un calibre .41 y cañón de cinco y media pulgadas.

 

Institución: Centro de Estudios de Historia de México Carso - Fondo Adolfo de la Huerta

Esta fotografía de junio de 1920 retrata al Centauro del Norte en la hacienda de Canutillo, a donde el ingeniero Elías Torres y el general Eugenio Martínez, enviados del presidente Adolfo de la Huerta, llevaron las negociaciones para la firma del Convenio oficializado el 28 de julio en el Palacio Municipal de Sabinas, Coahuila.

Sentado a la sombra de un árbol, comparte un cigarrillo con Porfirio Ornelas, su segundo comandante en la batalla de Torreón. Villa lleva un revólver al cinto, pero no es aquel con el que practicaba tiro en días previos a la batalla de Celaya y que Casasola hizo famoso desde sus fotografías. Del fabricante norteamericano Colt, en su modelo Bisley de 1912, con cachas de concha nácar, se dice que era la pistola preferida del general. Tampoco es aquel de 38mm que se devolvió a México en una reciente visita de Estado a Cuba y que originalmente le obsequiara Francisco I. Madero en 1910. El que vemos aquí es una pieza más barata, anterior a la favorita, introducida en el mercado en 1900, y tiene un calibre .41 y cañón de cinco y media pulgadas.

 
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