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La aguadora

La aguadora

 
 

Institución: Mexicana - Museo Nacional de San Carlos

La aguadora (ca.1808-1812), del maestro Francisco de Goya, forma parte del patrimonio artístico de los mexicanos y es un extraordinario óleo que fue traído a nuestro país en la segunda década del siglo xx. En 1921 el destacado paisajista Gerardo Murillo, mejor conocido como Dr. Atl, se dio a la tarea de escribir el Catálogo de las pinturas y dibujos de la Colección pictórica y gráfica del diplomático Alberto J. Pani quien adquirió la pieza durante una estancia en Europa entre 1919 y 1920, la clasificó dentro de las obras españolas como hoy forman parte de la colección del Museo Nacional de San Carlos.

 

La protagonista del cuadro se ubica al centro y está representada de cuerpo entero. Destaca cierto aire de dignidad al portar un cántaro sobre la cadera derecha y un pequeño cesto en la mano izquierda. Por su actitud, pareciera que Goya deseaba dignificar los trabajos más humildes al engrandecer su figura, pues en esta obra el paisaje literalmente está en segundo plano y sirve para enaltecer a esta mujer que además transmite claramente una sensación de fortaleza. Si la observamos con cuidado notaremos que está realizada desde un punto de vista bajo lo que sugiere que se pintó considerando que sería colocada en un lugar alto como una sobrepuerta.

 

Un elemento que no pasa desapercibido es la elección de los colores que conforman la pintura, que si bien tienden a las tonalidades ocres oscuras éstas son variadas expresiones de su paleta. En la parte inferior el marrón de la falda está en perfecta armonía con la oscuridad del paisaje que con una línea bien dibujada da paso a la claridad del cielo que funciona a modo de fondo en un degradado que culmina con la blancura del chal que cruza el pecho de la aguadora. Una tela amarilla (que también tiende al ocre) atada a su cintura divide visualmente su imponente figura. El complemento perfecto para esta combinación armónica de tonalidades es el jarrón naranja que funciona como el elemento que le da sentido al título.

 

Se trata de una pieza de extraordinaria modernidad que resalta el importante papel de la mujer como trabajadora, en una época en que este aspecto pasaba casi inadvertido. El personaje logra transmitir orgullo en gran medida porque observa de manera directa al espectador evidenciando su fortaleza. A diferencia de las obras que recreaban a las mujeres de la nobleza esta humilde aguadora de Goya precede por muchos años a los trabajos del francés Gustave Courbet quien popularizó la representación femenina en las clases trabajadoras. Se sabe que fue una obra de la cual el gran pintor hizo varias versiones, por lo menos cuatro, además de la que tenemos en México se sabe de las que se conservan en The Norton Simon Foundation, en California; en el Museo de Bellas Artes de Budapest y una más en la colección del marqués de la Montesa, en Madrid.

 

Material de apoyo:

Arimura, Rie, Erandi Lisset Ávalos Aburto e Ireri Ortiz Silva (coordinadoras). Francisco de Goya, una mirada desde lejos. Escuela Nacional de Estudios Superiores Unidad Morelia unam, Universidad de Morelia, México, 2017.

Seseña Natacha, Vida cotidiana en tiempo de Goya, Ministerio de Educación y Cultura, Dirección General de Bellas Artes y Bienes culturales, Madrid, 1996.

 

Institución: Mexicana - Museo Nacional de San Carlos

La aguadora (ca.1808-1812), del maestro Francisco de Goya, forma parte del patrimonio artístico de los mexicanos y es un extraordinario óleo que fue traído a nuestro país en la segunda década del siglo xx. En 1921 el destacado paisajista Gerardo Murillo, mejor conocido como Dr. Atl, se dio a la tarea de escribir el Catálogo de las pinturas y dibujos de la Colección pictórica y gráfica del diplomático Alberto J. Pani quien adquirió la pieza durante una estancia en Europa entre 1919 y 1920, la clasificó dentro de las obras españolas como hoy forman parte de la colección del Museo Nacional de San Carlos.

La protagonista del cuadro se ubica al centro y está representada de cuerpo entero. Destaca cierto aire de dignidad al portar un cántaro sobre la cadera derecha y un pequeño cesto en la mano izquierda. Por su actitud, pareciera que Goya deseaba dignificar los trabajos más humildes al engrandecer su figura, pues en esta obra el paisaje literalmente está en segundo plano y sirve para enaltecer a esta mujer que además transmite claramente una sensación de fortaleza. Si la observamos con cuidado notaremos que está realizada desde un punto de vista bajo lo que sugiere que se pintó considerando que sería colocada en un lugar alto como una sobrepuerta.

 

Un elemento que no pasa desapercibido es la elección de los colores que conforman la pintura, que si bien tienden a las tonalidades ocres oscuras éstas son variadas expresiones de su paleta. En la parte inferior el marrón de la falda está en perfecta armonía con la oscuridad del paisaje que con una línea bien dibujada da paso a la claridad del cielo que funciona a modo de fondo en un degradado que culmina con la blancura del chal que cruza el pecho de la aguadora. Una tela amarilla (que también tiende al ocre) atada a su cintura divide visualmente su imponente figura. El complemento perfecto para esta combinación armónica de tonalidades es el jarrón naranja que funciona como el elemento que le da sentido al título.

Se trata de una pieza de extraordinaria modernidad que resalta el importante papel de la mujer como trabajadora, en una época en que este aspecto pasaba casi inadvertido. El personaje logra transmitir orgullo en gran medida porque observa de manera directa al espectador evidenciando su fortaleza. A diferencia de las obras que recreaban a las mujeres de la nobleza esta humilde aguadora de Goya precede por muchos años a los trabajos del francés Gustave Courbet quien popularizó la representación femenina en las clases trabajadoras. Se sabe que fue una obra de la cual el gran pintor hizo varias versiones, por lo menos cuatro, además de la que tenemos en México se sabe de las que se conservan en The Norton Simon Foundation, en California; en el Museo de Bellas Artes de Budapest y una más en la colección del marqués de la Montesa, en Madrid.

Material de apoyo:

Arimura, Rie, Erandi Lisset Ávalos Aburto e Ireri Ortiz Silva (coordinadoras). Francisco de Goya, una mirada desde lejos. Escuela Nacional de Estudios Superiores Unidad Morelia unam, Universidad de Morelia, México, 2017.

Seseña Natacha, Vida cotidiana en tiempo de Goya, Ministerio de Educación y Cultura, Dirección General de Bellas Artes y Bienes culturales, Madrid, 1996.

 

 

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