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Factura de la compra de material fotográfico

Factura de la compra de material fotográfico

 
 

Institución: Centro de Estudios de Historia de México Carso

A pesar de que en los últimos años estuvo a punto de desaparecer, la compañía Kodak, dedicada al diseño, producción y comercialización de equipo fotográfico, es una de las más conocidas alrededor del mundo. Fue fundada en 1892 por George Eastman, quien estableció su empresa en Rochester, Nueva York. En septiembre de 1888 había patentado su cámara hand held box, con la cual la toma de una imagen se reducía a tres pasos: sacar un cordón, girar una llave y apretar un botón. Este proceso terminó con las largas sesiones que se realizaban, por lo general, en un estudio para obtener un retrato. Llevando a cabo una producción masiva de este aparato a bajo costo, gracias a su eficiente publicidad y a su distribución internacional, pronto se colocó como la marca más importante de fotografía comercial en el mundo. La filial en México se establecería hasta el año 1922, por lo que antes de esa fecha los interesados en adquirir sus productos tuvieron que hacerlo, de manera directa, en Estados Unidos, como puede advertirse en el objeto destacado que presentamos en esta ocasión.

 

Esta factura de exportación resguardada por el Centro de Estudios de Historia de México-Carso resulta interesante por varias razones. Además de hacer referencia a esta importante empresa estadunidense, resulta notable que quienes realizaran esta compra fueran los Hermanos Abitia, nombre de un destacado estudio fotográfico establecido en Hermosillo, Sonora. Su fundador, Jesús Hermenegildo Abitia Garcés, oriundo de Batuchi, Chihuahua, estableció su local en 1905, el único dedicado a este oficio en la ciudad y en la región. Abitia, que conjugaba su trabajo de retratista con el de músico y laudero, tuvo que desviar sus actividades cotidianas debido a la llegada de la Revolución mexicana, movimiento al que se sumó al lado de su amigo Álvaro Obregón. Como miembro del Cuarto Batallón irregular de Sonora, se incorporó al Despacho de Propaganda Revolucionaria, en donde una de sus labores era retratar y filmar lo que sucedía en las campañas militares, por lo que este documento atestigua los insumos que el también cineasta consumía en aquellas épocas del movimiento armado.

 

En el pedido pueden identificarse compras por una cámara Graflex, aparato utilizado, sobre todo, en el medio periodístico; algunos lentes; rollos de película; estuches; marcos de impresión; adaptadores y otros utensilios que eran necesarios para llevar a cabo su tarea cinematográfica. Además de señalar el peso de los materiales, su precio y cantidades, se indica que éstos se enviarían al general Álvaro Obregón a Eagle Pass, Texas. Al terminar la lucha armada, Abitia se instaló en la Ciudad de México y continuó colaborando con el grupo sonorense, por cuya iniciativa se dedicó a documentar de forma visual las obras que los generales victoriosos construían en la capital del país. El trabajo que realizó entre 1913 y 1917 se reunió en una cinta silente que después se ocuparía para dar forma al filme Epopeyas de la Revolución, editada por Gustavo Carrero en 1961 y estrenada en agosto de 1962 en una función especial para el entonces presidente Adolfo López Mateos, como propaganda para legitimar al Partido Revolucionario Institucional como heredero y custodio de los ideales revolucionarios.

 

Material de apoyo:

Miquel, Ángel, “Las dos versiones de Epopeyas de la Revolución y sus fuentes”, en Vivomatografías. Revista de estudios sobre precine y cine silente en Latinoamérica, año 2, núm. 2, diciembre de 2016, pp. 76-98.

Pretelin Ríos, Claudia, "Usted apretaba un botón, Kodak hacía el resto", en Alquimia, núm. 42, agosto de 2011, pp. 14-21.

 

Institución: Centro de Estudios de Historia de México Carso

A pesar de que en los últimos años estuvo a punto de desaparecer, la compañía Kodak, dedicada al diseño, producción y comercialización de equipo fotográfico, es una de las más conocidas alrededor del mundo. Fue fundada en 1892 por George Eastman, quien estableció su empresa en Rochester, Nueva York. En septiembre de 1888 había patentado su cámara hand held box, con la cual la toma de una imagen se reducía a tres pasos: sacar un cordón, girar una llave y apretar un botón. Este proceso terminó con las largas sesiones que se realizaban, por lo general, en un estudio para obtener un retrato. Llevando a cabo una producción masiva de este aparato a bajo costo, gracias a su eficiente publicidad y a su distribución internacional, pronto se colocó como la marca más importante de fotografía comercial en el mundo. La filial en México se establecería hasta el año 1922, por lo que antes de esa fecha los interesados en adquirir sus productos tuvieron que hacerlo, de manera directa, en Estados Unidos, como puede advertirse en el objeto destacado que presentamos en esta ocasión.

Esta factura de exportación resguardada por el Centro de Estudios de Historia de México-Carso resulta interesante por varias razones. Además de hacer referencia a esta importante empresa estadunidense, resulta notable que quienes realizaran esta compra fueran los Hermanos Abitia, nombre de un destacado estudio fotográfico establecido en Hermosillo, Sonora. Su fundador, Jesús Hermenegildo Abitia Garcés, oriundo de Batuchi, Chihuahua, estableció su local en 1905, el único dedicado a este oficio en la ciudad y en la región. Abitia, que conjugaba su trabajo de retratista con el de músico y laudero, tuvo que desviar sus actividades cotidianas debido a la llegada de la Revolución mexicana, movimiento al que se sumó al lado de su amigo Álvaro Obregón. Como miembro del Cuarto Batallón irregular de Sonora, se incorporó al Despacho de Propaganda Revolucionaria, en donde una de sus labores era retratar y filmar lo que sucedía en las campañas militares, por lo que este documento atestigua los insumos que el también cineasta consumía en aquellas épocas del movimiento armado.

 

En el pedido pueden identificarse compras por una cámara Graflex, aparato utilizado, sobre todo, en el medio periodístico; algunos lentes; rollos de película; estuches; marcos de impresión; adaptadores y otros utensilios que eran necesarios para llevar a cabo su tarea cinematográfica. Además de señalar el peso de los materiales, su precio y cantidades, se indica que éstos se enviarían al general Álvaro Obregón a Eagle Pass, Texas. Al terminar la lucha armada, Abitia se instaló en la Ciudad de México y continuó colaborando con el grupo sonorense, por cuya iniciativa se dedicó a documentar de forma visual las obras que los generales victoriosos construían en la capital del país. El trabajo que realizó entre 1913 y 1917 se reunió en una cinta silente que después se ocuparía para dar forma al filme Epopeyas de la Revolución, editada por Gustavo Carrero en 1961 y estrenada en agosto de 1962 en una función especial para el entonces presidente Adolfo López Mateos, como propaganda para legitimar al Partido Revolucionario Institucional como heredero y custodio de los ideales revolucionarios.

Material de apoyo:

Miquel, Ángel, “Las dos versiones de Epopeyas de la Revolución y sus fuentes”, en Vivomatografías. Revista de estudios sobre precine y cine silente en Latinoamérica, año 2, núm. 2, diciembre de 2016, pp. 76-98.

Pretelin Ríos, Claudia, "Usted apretaba un botón, Kodak hacía el resto", en Alquimia, núm. 42, agosto de 2011, pp. 14-21.

 

 

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