Institución: Archivo Tomás Montero
La madrugada del 28 de julio de 1957, un sismo con magnitud de 7.7 en escala de Richter y con epicentro en Guerrero, colapsó la bóveda del Cine Encanto sobre la zona de butacas con la misma fuerza con la que derribó de su columna al Ángel de la Independencia. Los daños fueron graves, el Ángel fue restaurado, pero fue demolido poco después. La fotografía del dañado cine ubicado en Serapio Rendón 87, al interior de la colonia San Rafael, fue capturada por Tomás Montero Torres “el fotógrafo de la oposición”. Montero, quien “se atrevió a registrar la corrupción, los fraudes, la ilegalidad y la violencia social” de su época, capturó en 1957 la ciudad devastada por uno de los tres sismos más violentos que la han sacudido. Montero fotografió la fachada del Encanto después del sismo, que casi burlonamente aún tenía la marquesina intacta y anunciaba el estreno del momento, El día D; aunque la cinta se trataba del desembarco en Normandía, el título quedó como postal del desastre. Del cine sólo quedó el recuerdo y el lote que actualmente es ocupado por un edificio de departamentos.
El Encanto compartió públicos y colonia con otros cines, como el Universal (antes San Rafael), el Ópera, el Lux, pero también se conectó con aquello que Francisco Alfaro y Alejandro Ochoa llamaron los “corredores urbanos” de la ciudad, al ubicarse tan cerca de la Rivera de San Cosme. El Encanto, junto con sus compañeros de zona, le dieron una identidad propia a la colonia y, por 20 años, fue “el mundo del contacto social por antonomasia” de la San Rafael. Este cine que se inauguró con 4000 butacas distribuidas en luneta, anfiteatro, galería y segundo, un vestíbulo de triple altura, una marquesina y fachada inmensa, fue también punto de referencia por su arquitectura. Obra del arquitecto Francisco J. Serrano y De la Rosa, el Cine Encanto se volvió emblema de modernidad, tanto por el estilo Art Decó de su diseño, como porque su función fue proyectar el gran invento de la modernidad, el cine. Este cine modernísimo fue resultado del diseño arquitectónico que logró Serrano, pero también de su experiencia y contacto con el cine desde pequeño, pues de alguna forma conocía las necesidades del público y de la industria de la exhibición.
El 18 de septiembre de 1937, en su volumen 128, la publicación estadounidense Motion Picture Herald, incluyó al Cine Elcantro dentro de la sección “Better Theatres”; en realidad se trata del Cine Encanto, pero ya por un error de transcripción o registro el nombre está mal escrito, aunque las fotografías nos permiten identificarlo correctamente. En la publicación se destaca el diseño y la iluminación de la sala y la califican como “una de las empresas más sofisticadas de exhibición cinematográfica de América Latina”, enfatizando la modernidad que expresa a través de su arquitectura. El Encanto se edificó bajo las condiciones del “Reglamento de Cinematógrafos para el Distrito y Territorios Federales” sobre construcción y diseño, que permitió impulsar “una arquitectura específica para el cine, completa y especializada, la cual no negó la herencia legada por los teatros, pero que se instaló como una tipología que fue encontrando su propio camino, urbano y arquitectónico, a lo largo de las siguientes cinco décadas”, que convirtió a la ciudad de México en la ciudad de las salas de cine.
Material de apoyo:
Alfaro Salazar, Francisco Haroldo, y Alejandro Ochoa Vega, Espacios distantes... aún vivos: las salas cinematográficas de la Ciudad de México, 2a ed. Universidad Autónoma Metropolitana, Universidad Nacional Autónoma de México, 2015.
“Los palacios cinematográficos de la Ciudad de México*”. Disponible aquí.
González Franco, Lourdes Cruz, Francisco J. Serrano. Ingeniero civil y arquitecto, México, Universidad Nacional Autónoma de México, 1998.
Mateos-Vega, Verónica, “La Jornada: Fotógrafo de la oposición captó la otra cara del milagro mexicano”, en La Jornada, 13 de octubre de 2014. Disponible aquí.
Quigley Publishing Co., Motion Picture Herald (Sep-Oct 1937), [New York, N.Y. : Quigley Pub. Co.], 1937. Disponible aquí.
Institución: Archivo Tomás Montero
La madrugada del 28 de julio de 1957, un sismo con magnitud de 7.7 en escala de Richter y con epicentro en Guerrero, colapsó la bóveda del Cine Encanto sobre la zona de butacas con la misma fuerza con la que derribó de su columna al Ángel de la Independencia. Los daños fueron graves, el Ángel fue restaurado, pero fue demolido poco después. La fotografía del dañado cine ubicado en Serapio Rendón 87, al interior de la colonia San Rafael, fue capturada por Tomás Montero Torres “el fotógrafo de la oposición”. Montero, quien “se atrevió a registrar la corrupción, los fraudes, la ilegalidad y la violencia social” de su época, capturó en 1957 la ciudad devastada por uno de los tres sismos más violentos que la han sacudido. Montero fotografió la fachada del Encanto después del sismo, que casi burlonamente aún tenía la marquesina intacta y anunciaba el estreno del momento, El día D; aunque la cinta se trataba del desembarco en Normandía, el título quedó como postal del desastre. Del cine sólo quedó el recuerdo y el lote que actualmente es ocupado por un edificio de departamentos.
El Encanto compartió públicos y colonia con otros cines, como el Universal (antes San Rafael), el Ópera, el Lux, pero también se conectó con aquello que Francisco Alfaro y Alejandro Ochoa llamaron los “corredores urbanos” de la ciudad, al ubicarse tan cerca de la Rivera de San Cosme. El Encanto, junto con sus compañeros de zona, le dieron una identidad propia a la colonia y, por 20 años, fue “el mundo del contacto social por antonomasia” de la San Rafael. Este cine que se inauguró con 4000 butacas distribuidas en luneta, anfiteatro, galería y segundo, un vestíbulo de triple altura, una marquesina y fachada inmensa, fue también punto de referencia por su arquitectura. Obra del arquitecto Francisco J. Serrano y De la Rosa, el Cine Encanto se volvió emblema de modernidad, tanto por el estilo Art Decó de su diseño, como porque su función fue proyectar el gran invento de la modernidad, el cine. Este cine modernísimo fue resultado del diseño arquitectónico que logró Serrano, pero también de su experiencia y contacto con el cine desde pequeño, pues de alguna forma conocía las necesidades del público y de la industria de la exhibición.
El 18 de septiembre de 1937, en su volumen 128, la publicación estadounidense Motion Picture Herald, incluyó al Cine Elcantro dentro de la sección “Better Theatres”; en realidad se trata del Cine Encanto, pero ya por un error de transcripción o registro el nombre está mal escrito, aunque las fotografías nos permiten identificarlo correctamente. En la publicación se destaca el diseño y la iluminación de la sala y la califican como “una de las empresas más sofisticadas de exhibición cinematográfica de América Latina”, enfatizando la modernidad que expresa a través de su arquitectura. El Encanto se edificó bajo las condiciones del “Reglamento de Cinematógrafos para el Distrito y Territorios Federales” sobre construcción y diseño, que permitió impulsar “una arquitectura específica para el cine, completa y especializada, la cual no negó la herencia legada por los teatros, pero que se instaló como una tipología que fue encontrando su propio camino, urbano y arquitectónico, a lo largo de las siguientes cinco décadas”, que convirtió a la ciudad de México en la ciudad de las salas de cine.
Material de apoyo:
Alfaro Salazar, Francisco Haroldo, y Alejandro Ochoa Vega, Espacios distantes... aún vivos: las salas cinematográficas de la Ciudad de México, 2a ed. Universidad Autónoma Metropolitana, Universidad Nacional Autónoma de México, 2015.
“Los palacios cinematográficos de la Ciudad de México*”. Disponible aquí.
González Franco, Lourdes Cruz, Francisco J. Serrano. Ingeniero civil y arquitecto, México, Universidad Nacional Autónoma de México, 1998.
Mateos-Vega, Verónica, “La Jornada: Fotógrafo de la oposición captó la otra cara del milagro mexicano”, en La Jornada, 13 de octubre de 2014. Disponible aquí.
Quigley Publishing Co., Motion Picture Herald (Sep-Oct 1937), [New York, N.Y. : Quigley Pub. Co.], 1937. Disponible aquí.
