lupa
El Cárcamo de Dolores

El Cárcamo de Dolores

 
 

Institución: Museo Archivo de la Fotografía maf

En 1950 la Ciudad de México inició un proceso de crecimiento y modernización. La población de la capital superó, por primera ocasión, los tres millones de habitantes. Esto llevó a las autoridades del entonces Distrito Federal a emprender obras de mejoramiento urbano, entre ellas la distribución de agua potable. En la fotografía se muestra el Cárcamo de Dolores en el Bosque de Chapultepec que distribuye las aguas del Río Lerma. Como puede apreciarse en la imagen, la construcción avanzaba, aunque quedaban pendientes los detalles artísticos de Diego Rivera que lo distinguen al día de hoy. El edificio combina materiales propios de las construcciones modernas: acero y concreto. Los trabajadores que realizan esa ardua labor toman un descanso para recuperar energías y llevar la obra a buen término, como puede observarse en la foto, donde los albañiles toman algunos minutos para descansar y tomar el sol, beber algún refresco, o conversar, sin prestar atención a la lente del fotógrafo.

 

La fotografía está tomada en un ángulo de tres cuartos y corresponde a la entrada principal del Cárcamo, antes de que Diego Rivera interviniera el edificio con escultura y pintura. La cerca que rodea la estructura es sencilla, y en la actualidad continúa en uso en obras públicas y privadas. Los materiales de construcción tampoco han cambiado mucho. Como puede observarse, lotes de arena, concreto, cemento, grava y tabiques están aglutinados alrededor de la edificación. Los responsables fueron el arquitecto Ricardo Rivas y el ingeniero Eduardo Molina, quienes formaron parte de ese proyecto hidráulico del entonces Departamento del Distrito Federal iniciado en 1941. La estructura tenía un doble propósito: embellecer el Bosque de Chapultepec, para que los habitantes de la ciudad disfrutaran los espacios abiertos, y, sobre todo, cubrir las necesidades hídricas de la capital, que crecían de manera exponencial durante el llamado “Milagro mexicano” en la década de 1950.

 

En la parte posterior del Cárcamo puede observarse uno de los respiraderos de los tanques de almacenamiento de agua. Éstos fueron construidos en la década de 1920, por lo que el diseño y los materiales de revestimiento son diferentes. Otro detalle importante es que la fuente que actualmente circunda estas estructuras aún no había sido construida, de ahí que el proyecto de Rivas y de Molina contemplara un conjunto escultórico de gran envergadura encargado a Diego Rivera quien, con detalles prehispánicos relacionados a la mitología del agua, imprimió un sello nacionalista y del México moderno. Al interior del Cárcamo existe una placa dedicada a los trabajadores de las obras hidráulicas del Lerma que perdieron la vida; de ahí la importancia de resaltar la labor cotidiana de los obreros como los que muestra esta fotografía. El Cárcamo de Dolores en el Bosque de Chapultepec fue concluido e inaugurado en 1951.

 

Institución: Museo Archivo de la Fotografía maf

En 1950 la Ciudad de México inició un proceso de crecimiento y modernización. La población de la capital superó, por primera ocasión, los tres millones de habitantes. Esto llevó a las autoridades del entonces Distrito Federal a emprender obras de mejoramiento urbano, entre ellas la distribución de agua potable. En la fotografía se muestra el Cárcamo de Dolores en el Bosque de Chapultepec que distribuye las aguas del Río Lerma. Como puede apreciarse en la imagen, la construcción avanzaba, aunque quedaban pendientes los detalles artísticos de Diego Rivera que lo distinguen al día de hoy. El edificio combina materiales propios de las construcciones modernas: acero y concreto. Los trabajadores que realizan esa ardua labor toman un descanso para recuperar energías y llevar la obra a buen término, como puede observarse en la foto, donde los albañiles toman algunos minutos para descansar y tomar el sol, beber algún refresco, o conversar, sin prestar atención a la lente del fotógrafo.

La fotografía está tomada en un ángulo de tres cuartos y corresponde a la entrada principal del Cárcamo, antes de que Diego Rivera interviniera el edificio con escultura y pintura. La cerca que rodea la estructura es sencilla, y en la actualidad continúa en uso en obras públicas y privadas. Los materiales de construcción tampoco han cambiado mucho. Como puede observarse, lotes de arena, concreto, cemento, grava y tabiques están aglutinados alrededor de la edificación. Los responsables fueron el arquitecto Ricardo Rivas y el ingeniero Eduardo Molina, quienes formaron parte de ese proyecto hidráulico del entonces Departamento del Distrito Federal iniciado en 1941. La estructura tenía un doble propósito: embellecer el Bosque de Chapultepec, para que los habitantes de la ciudad disfrutaran los espacios abiertos, y, sobre todo, cubrir las necesidades hídricas de la capital, que crecían de manera exponencial durante el llamado “Milagro mexicano” en la década de 1950.

 

En la parte posterior del Cárcamo puede observarse uno de los respiraderos de los tanques de almacenamiento de agua. Éstos fueron construidos en la década de 1920, por lo que el diseño y los materiales de revestimiento son diferentes. Otro detalle importante es que la fuente que actualmente circunda estas estructuras aún no había sido construida, de ahí que el proyecto de Rivas y de Molina contemplara un conjunto escultórico de gran envergadura encargado a Diego Rivera quien, con detalles prehispánicos relacionados a la mitología del agua, imprimió un sello nacionalista y del México moderno. Al interior del Cárcamo existe una placa dedicada a los trabajadores de las obras hidráulicas del Lerma que perdieron la vida; de ahí la importancia de resaltar la labor cotidiana de los obreros como los que muestra esta fotografía. El Cárcamo de Dolores en el Bosque de Chapultepec fue concluido e inaugurado en 1951.

 
Otros destacados
Otros destacados

Mostrar

por página