Institución: procine
A finales de los años noventa, justo cuando México se preparaba para entrar al nuevo siglo, se llevó a cabo un acontecimiento que resumió de manera total la corrupción que prevalecía en el régimen priísta que gobernaba el país. Fue entonces cuando salió a la luz que Ricardo Miguel Cavallo, director del Registro Nacional de Vehículos (Renave) —creado en 1998 durante el mandato de Ernesto Zedillo y cuyo objetivo era regular el registro vehicular y evitar el robo, así como la importación desmedida de unidades—, había sido un torturador en la época de la dictadura cívico-militar argentina ocurrida entre los años 1976 y 1983. Cavallo fue uno de los principales verdugos de la Escuela de Mecánica de la Armada (esma), el centro clandestino de detención más importante en aquel gobierno, y fue acusado y procesado por 226 crímenes, pero también amnistiado por la Ley de Punto Final de 1986. Asimismo, fue identificado por varios sobrevivientes de aquel sitio cuando lo vieron en las noticias de su país como un importante funcionario de la administración mexicana.
La concesión del Renave se entregó a la empresa Talsud, dirigida por Cavallo, y comenzó a funcionar el 15 de junio de 1998. Para lograr los objetivos que este organismo planteó, se debía proporcionar documentación personal y del vehículo, y se abrieron centros de atención en diversos puntos del territorio nacional. En caso de no cumplir con el trámite, los propietarios podían hacerse acreedores a una multa. Pero empadronar a alrededor de 14 millones de autos equivalía entonces a unos 400 millones de dólares anuales de facturación, lo cual también levantó sospechas entre la sociedad y los periodistas que comenzaron a rastrear al organismo y a su director. Desde su creación, el Renave pareció funcionar sin problemas, hasta que los resultados de las pesquisas reporteriles aparecieron en un diario de circulación nacional que informó que el verdadero nombre del funcionario era Miguel Ángel Cavallo, alias Sérpico, Marcelo o Ricardo, y que había sido teniente de la armada Argentina y acusado de genocidio, tortura y terrorismo durante la dictadura militar.
Gracias a esta investigación y a los numerosos testimonios de las víctimas en Argentina, fue extraditado a España en agosto de 2000, en donde se le siguió un juicio que lo declaró culpable en 2011, por el que fue condenado a cadena perpetua por crímenes contra la humanidad. La historia se narra en este documental titulado Cavallo tras las rejas, del año 2005, dirigido por la cineasta especialista en temas de derechos humanos Shula Erenberg y que se encuentra en Memórica gracias al Fideicomiso para la Promoción y Desarrollo del Cine Mexicano en la Ciudad de México. El filme, que tiene una duración de 50 minutos, es un viaje a los recuerdos y a la memoria de los sobrevivientes que tienen que contar lo inenarrable para que las palabras “nunca más” adquieran sentido, y que explica cómo los militares argentinos, que gozaron de impunidad durante muchos años, pudieron acceder a espacios de poder tanto en su país como en el exterior, en este caso, entre la clase política mexicana, sustrato ideal para que germinara un negocio fraudulento y corrupto como lo fue el Renave en su momento.
Material de apoyo:
Martínez Martínez, Ricardo, La memoria contra el olvido. La extradición de Ricardo Cavallo, reportaje, México, Plaza y Valdés, 2005.
Vales, José, Ricardo Cavallo. Genocidio y corrupción en América Latina, Buenos Aires, Grupo Editorial Norma, 2003.
Institución: procine
A finales de los años noventa, justo cuando México se preparaba para entrar al nuevo siglo, se llevó a cabo un acontecimiento que resumió de manera total la corrupción que prevalecía en el régimen priísta que gobernaba el país. Fue entonces cuando salió a la luz que Ricardo Miguel Cavallo, director del Registro Nacional de Vehículos (Renave) —creado en 1998 durante el mandato de Ernesto Zedillo y cuyo objetivo era regular el registro vehicular y evitar el robo, así como la importación desmedida de unidades—, había sido un torturador en la época de la dictadura cívico-militar argentina ocurrida entre los años 1976 y 1983. Cavallo fue uno de los principales verdugos de la Escuela de Mecánica de la Armada (esma), el centro clandestino de detención más importante en aquel gobierno, y fue acusado y procesado por 226 crímenes, pero también amnistiado por la Ley de Punto Final de 1986. Asimismo, fue identificado por varios sobrevivientes de aquel sitio cuando lo vieron en las noticias de su país como un importante funcionario de la administración mexicana.
La concesión del Renave se entregó a la empresa Talsud, dirigida por Cavallo, y comenzó a funcionar el 15 de junio de 1998. Para lograr los objetivos que este organismo planteó, se debía proporcionar documentación personal y del vehículo, y se abrieron centros de atención en diversos puntos del territorio nacional. En caso de no cumplir con el trámite, los propietarios podían hacerse acreedores a una multa. Pero empadronar a alrededor de 14 millones de autos equivalía entonces a unos 400 millones de dólares anuales de facturación, lo cual también levantó sospechas entre la sociedad y los periodistas que comenzaron a rastrear al organismo y a su director. Desde su creación, el Renave pareció funcionar sin problemas, hasta que los resultados de las pesquisas reporteriles aparecieron en un diario de circulación nacional que informó que el verdadero nombre del funcionario era Miguel Ángel Cavallo, alias Sérpico, Marcelo o Ricardo, y que había sido teniente de la armada Argentina y acusado de genocidio, tortura y terrorismo durante la dictadura militar.
Gracias a esta investigación y a los numerosos testimonios de las víctimas en Argentina, fue extraditado a España en agosto de 2000, en donde se le siguió un juicio que lo declaró culpable en 2011, por el que fue condenado a cadena perpetua por crímenes contra la humanidad. La historia se narra en este documental titulado Cavallo tras las rejas, del año 2005, dirigido por la cineasta especialista en temas de derechos humanos Shula Erenberg y que se encuentra en Memórica gracias al Fideicomiso para la Promoción y Desarrollo del Cine Mexicano en la Ciudad de México. El filme, que tiene una duración de 50 minutos, es un viaje a los recuerdos y a la memoria de los sobrevivientes que tienen que contar lo inenarrable para que las palabras “nunca más” adquieran sentido, y que explica cómo los militares argentinos, que gozaron de impunidad durante muchos años, pudieron acceder a espacios de poder tanto en su país como en el exterior, en este caso, entre la clase política mexicana, sustrato ideal para que germinara un negocio fraudulento y corrupto como lo fue el Renave en su momento.
Material de apoyo:
Martínez Martínez, Ricardo, La memoria contra el olvido. La extradición de Ricardo Cavallo, reportaje, México, Plaza y Valdés, 2005.
Vales, José, Ricardo Cavallo. Genocidio y corrupción en América Latina, Buenos Aires, Grupo Editorial Norma, 2003.
