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Circunvolución en forma de cabeza

Circunvolución en forma de cabeza

 
 

Institución: Mexicana

Germán Gutiérrez Cueto (1893-1975) fue el escultor de esta interesante pieza abstracta titulada Circunvolución en forma de cabeza, que fue reconocida con el primer premio de la II Bienal de Escultura en México en 1967. A fin de comprender su sentido, echamos mano del nombre de la obra, cuya definición tiene origen en el mundo científico y hace referencia a los giros cerebrales que el autor representa plásticamente con las ondulaciones del material de bronce con el que está realizada. El resultado final es un objeto de arte armónico en el que se adivinan algunas formas gracias a los espacios vacíos, orificios, y perforaciones que se lograron formar en su interior.

 

Si bien la vocación inicial de Cueto había sido la química, abandonó estos estudios debido al inicio de la Revolución. Años más tarde, al fallecer su padre en 1916, parte a España a estudiar filosofía y letras, no obstante, es en el viejo continente en donde surge su interés por las artes plásticas, en donde logró expresarse en variadas formas, pues además de la escultura incursionó en la pintura y en la creación de títeres, entre otras actividades. En Europa tuvo la oportunidad de conocer las vanguardias que florecían con éxito. De vuelta en México ingresó en 1918 a la Academia de Bellas Artes de San Carlos por una estancia corta y poco tiempo después asistió a Ignacio Asúnsolo en la ejecución de las esculturas que le encargó José Vasconcelos como secretario de Educación Pública. En este sentido, en 1922 forma parte de los pintores que firmaron junto con David Alfaro Siqueiros y Diego Rivera el manifiesto político y estético del recién formado Sindicato de Trabajadores Técnicos, Pintores y Escultores.

 

Identificado como uno de los miembros del movimiento estridentista, que era en general más de índole literario, Cueto prestaba su estudio como lugar de reunión recurrente del grupo, él desde la plástica, como sus compañeros en la literatura, rompía con los valores tradicionales y rechazaba la tradición arraigada del modernismo. El otro espacio de reunión estridentista fue El Café de Nadie en donde se colocaron algunas de sus famosas máscaras, otra de sus pasiones, que recreaban los rostros de los integrantes; además de que los escritores como Germán List Arzubide incluían sus imágenes en las publicaciones de la agrupación.

 

Para 1927 se trasladó a París junto con su familia. Su mujer Dolores Velásquez, también artista, adoptó su apellido siendo a partir de entonces conocida como Lola Cueto. En la Ciudad Luz se dio a conocer su trabajo en diversas exposiciones y de vuelta a su país natal en la tercera década del siglo xx inició una fructífera carrera en la que experimentó con diversos lenguajes, no sólo de naturaleza plástica, pues destacó brillantemente en el mundo del teatro y específicamente en el guiñol.

Material de apoyo

Bosh Romeu, Teresa, Vida y obra de Germán Cueto, Facultad de Filosofía y Letras-unam, México 1999.

 

Institución: Mexicana

Germán Gutiérrez Cueto (1893-1975) fue el escultor de esta interesante pieza abstracta titulada Circunvolución en forma de cabeza, que fue reconocida con el primer premio de la II Bienal de Escultura en México en 1967. A fin de comprender su sentido, echamos mano del nombre de la obra, cuya definición tiene origen en el mundo científico y hace referencia a los giros cerebrales que el autor representa plásticamente con las ondulaciones del material de bronce con el que está realizada. El resultado final es un objeto de arte armónico en el que se adivinan algunas formas gracias a los espacios vacíos, orificios, y perforaciones que se lograron formar en su interior.

Si bien la vocación inicial de Cueto había sido la química, abandonó estos estudios debido al inicio de la Revolución. Años más tarde, al fallecer su padre en 1916, parte a España a estudiar filosofía y letras, no obstante, es en el viejo continente en donde surge su interés por las artes plásticas, en donde logró expresarse en variadas formas, pues además de la escultura incursionó en la pintura y en la creación de títeres, entre otras actividades. En Europa tuvo la oportunidad de conocer las vanguardias que florecían con éxito. De vuelta en México ingresó en 1918 a la Academia de Bellas Artes de San Carlos por una estancia corta y poco tiempo después asistió a Ignacio Asúnsolo en la ejecución de las esculturas que le encargó José Vasconcelos como secretario de Educación Pública. En este sentido, en 1922 forma parte de los pintores que firmaron junto con David Alfaro Siqueiros y Diego Rivera el manifiesto político y estético del recién formado Sindicato de Trabajadores Técnicos, Pintores y Escultores.

Identificado como uno de los miembros del movimiento estridentista, que era en general más de índole literario, Cueto prestaba su estudio como lugar de reunión recurrente del grupo, él desde la plástica, como sus compañeros en la literatura, rompía con los valores tradicionales y rechazaba la tradición arraigada del modernismo. El otro espacio de reunión estridentista fue El Café de Nadie en donde se colocaron algunas de sus famosas máscaras, otra de sus pasiones, que recreaban los rostros de los integrantes; además de que los escritores como Germán List Arzubide incluían sus imágenes en las publicaciones de la agrupación.

Para 1927 se trasladó a París junto con su familia. Su mujer Dolores Velásquez, también artista, adoptó su apellido siendo a partir de entonces conocida como Lola Cueto. En la Ciudad Luz se dio a conocer su trabajo en diversas exposiciones y de vuelta a su país natal en la tercera década del siglo xx inició una fructífera carrera en la que experimentó con diversos lenguajes, no sólo de naturaleza plástica, pues destacó brillantemente en el mundo del teatro y específicamente en el guiñol.

Material de apoyo

Bosh Romeu, Teresa, Vida y obra de Germán Cueto, Facultad de Filosofía y Letras-unam, México 1999.

 
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