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Chiapas. Red de Caminos

Chiapas. Red de Caminos

 
 

Institución: Archivo General de la Nación, agn

Este plano del estado de Chiapas fue levantado por la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas (scop) y elaborado por el ingeniero Santiago Martínez Ríos y el dibujante Rogelio Marín E., quienes destacaron los caminos construidos entre 1952-1955, así como los proyectados. De acuerdo con la simbología utilizada, se muestran la capital del estado, las poblaciones principales, villas, pueblos y rancherías, el tipo de caminos que conectan cada una de éstas, además de las vías férreas y las veredas vecinales. Una de las características importantes del documento es el señalamiento de los accidentes orográficos, elevaciones, hidrografía y límites estatales e internacionales, entre otros. Todo este complejo sistema geográfico fue plasmado por la Dirección Nacional de Caminos y de la Oficina de Información y Estadística de esa secretaría, lo que confirma lo accidentado del terreno de esa región.

 

Cuando el 1° de enero de 1994 el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (ezln) capturó, de forma sorpresiva para los cuerpos de seguridad estatal y los destacamentos militares localizados en los Altos de Chiapas, la información recabada en este tipo de cartas y planos geográficos, más el conocimiento de veredas, vegetación, fauna, ríos, montes y otras vías de comunicación, permitió a la comandancia del ezln ocupar las cabeceras municipales de Altamirano, Ocosingo, Las Margaritas y San Cristóbal de las Casas, y poblaciones como Huixtán y Oxchuc, con gran celeridad y precisión. Así, los zapatistas pusieron en marcha un plan que no sólo consistió en la expresión de sus legítimas demandas como representantes de las comunidades indígenas marginadas en aquella región y en el resto de la república mexicana, sino que demostraron su capacidad organizativa y de movimiento en el difícil terreno de la selva lacandona.

 

En la contraofensiva del Ejército mexicano hacia el ezln, además del equipo bélico, los ingenieros militares echaron mano de mapas y planos como el que se muestra para retomar el control que las autoridades civiles estatales y municipales habían perdido. Al igual que los zapatistas, las fuerzas armadas tenían conocimiento del terreno, sin embargo, aquel levantamiento de enero de 1994 era un conflicto complejo, donde se entremezclaban diversas problemáticas sociales, como la marginación, pobreza, exclusión y explotación humana, de ahí que el Ejecutivo y el ezln tuvieron que entrar en negociaciones para encontrar acuerdos que resolvieran añejas cuestiones que varios gobiernos habían abandonado. A partir de ese momento, la geografía humana y la económica hicieron posible un nuevo reconocimiento de Chiapas con la finalidad de contar con los indicadores socioeconómicos para mejorar la vida de sus habitantes. Si bien todavía quedan cuestiones por atender, la geografía será un auxiliar fundamental para empezar a resolver estas carencias.

 

Material de apoyo:

La Jornada, enero de 1994.

Sierra Moncayo, María Julia y Reynaldo Sordo Cedeño, Atlas histórico de México, México, itam, 2017.

Tello Díaz, Carlos, La rebelión de las cañadas, México, Cal y Arena, 1995.

 

Institución: Archivo General de la Nación, agn

Este plano del estado de Chiapas fue levantado por la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas (scop) y elaborado por el ingeniero Santiago Martínez Ríos y el dibujante Rogelio Marín E., quienes destacaron los caminos construidos entre 1952-1955, así como los proyectados. De acuerdo con la simbología utilizada, se muestran la capital del estado, las poblaciones principales, villas, pueblos y rancherías, el tipo de caminos que conectan cada una de éstas, además de las vías férreas y las veredas vecinales. Una de las características importantes del documento es el señalamiento de los accidentes orográficos, elevaciones, hidrografía y límites estatales e internacionales, entre otros. Todo este complejo sistema geográfico fue plasmado por la Dirección Nacional de Caminos y de la Oficina de Información y Estadística de esa secretaría, lo que confirma lo accidentado del terreno de esa región.

Cuando el 1° de enero de 1994 el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (ezln) capturó, de forma sorpresiva para los cuerpos de seguridad estatal y los destacamentos militares localizados en los Altos de Chiapas, la información recabada en este tipo de cartas y planos geográficos, más el conocimiento de veredas, vegetación, fauna, ríos, montes y otras vías de comunicación, permitió a la comandancia del ezln ocupar las cabeceras municipales de Altamirano, Ocosingo, Las Margaritas y San Cristóbal de las Casas, y poblaciones como Huixtán y Oxchuc, con gran celeridad y precisión. Así, los zapatistas pusieron en marcha un plan que no sólo consistió en la expresión de sus legítimas demandas como representantes de las comunidades indígenas marginadas en aquella región y en el resto de la república mexicana, sino que demostraron su capacidad organizativa y de movimiento en el difícil terreno de la selva lacandona.

En la contraofensiva del Ejército mexicano hacia el ezln, además del equipo bélico, los ingenieros militares echaron mano de mapas y planos como el que se muestra para retomar el control que las autoridades civiles estatales y municipales habían perdido. Al igual que los zapatistas, las fuerzas armadas tenían conocimiento del terreno, sin embargo, aquel levantamiento de enero de 1994 era un conflicto complejo, donde se entremezclaban diversas problemáticas sociales, como la marginación, pobreza, exclusión y explotación humana, de ahí que el Ejecutivo y el ezln tuvieron que entrar en negociaciones para encontrar acuerdos que resolvieran añejas cuestiones que varios gobiernos habían abandonado. A partir de ese momento, la geografía humana y la económica hicieron posible un nuevo reconocimiento de Chiapas con la finalidad de contar con los indicadores socioeconómicos para mejorar la vida de sus habitantes. Si bien todavía quedan cuestiones por atender, la geografía será un auxiliar fundamental para empezar a resolver estas carencias.

Material de apoyo:

La Jornada, enero de 1994.

Sierra Moncayo, María Julia y Reynaldo Sordo Cedeño, Atlas histórico de México, México, itam, 2017.

Tello Díaz, Carlos, La rebelión de las cañadas, México, Cal y Arena, 1995.

 

 

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