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Catástrofes naturales y reacción ciudadana

Catástrofes naturales y reacción ciudadana

 
 

Institución: Museo Archivo de la Fotografía, maf

Humo, escombros, consternación y desesperación en las ruinas de lo que fuera un edificio en las inmediaciones del Eje Central y Venustiano Carranza. La mañana del 19 de septiembre de 1985 un fuerte sismo sacudió la Ciudad de México. Apenas habían pasado cuatro días de la celebración de las Fiestas Patrias, y la decoración tricolor adornaba edificios oficiales y particulares. Además, la ciudad se preparaba para albergar el Mundial de Futbol México ’86, que llevó al gobierno a invertir, en periodo de crisis y ajustes económicos, considerables cantidades de dinero público para la infraestructura mundialista. El temblor de aquel día, demostró la fragilidad de los nuevos edificios, así como la corrupción de un sistema decrépito, y el abandono, por parte de las autoridades, de las mínimas medidas de protección civil en esas modernas construcciones. Sin embargo, lo más importante, fue que demostró y confirmó la solidaridad de los capitalinos ante aquella emergencia, que sembró muerte y destrucción en la zona central de la capital mexicana.

 

En esta fotografía puede observarse que los rescatistas no cuentan con equipo profesional ni de protección, a diferencia de los posteriores a esta trágica fecha. Grupos del cuerpo de policía capitalino apoyaron a rescatistas, bomberos, médicos y paramédicos de la Cruz Roja Mexicana que se apresuraron a llegar al lugar, a veces sin el material necesario y sin la “autorización oficial”. La falta de recursos provocó que las labores de rescate fueran realizadas con lentitud, lo que incrementó el número de víctimas fatales. En la parte superior de la imagen puede apreciarse a un grupo de bomberos que sofocan las llamas surgidas a raíz del colapso del edificio, así como a civiles, acompañados por miembros de otras corporaciones, en una búsqueda contrarreloj de sobrevivientes en las ruinas de antiguos apartamentos.

 

Imagen de una tragedia y marcas de tiempo que aún persisten. El edificio que se mantiene de pie desde aquel fatídico 19 de septiembre de 1985 corresponde al número 13 del Eje Central Lázaro Cárdenas; a un costado se aprecia una vivienda con daños considerables provocados por el temblor. En la actualidad, esta vialidad es muy concurrida, por lo que es recomendable detenerse para observar las marcas que dejó en el lugar aquel acontecimiento, los cambios provocados en las construcciones que sobrevivieron, o los lugares que cambiaron de uso. Así, donde antes existió una torre residencial, puede encontrarse un estacionamiento. La catástrofe de aquel año marcó un antes y un después en los protocolos civiles y gubernamentales para corregir las normas de construcción y evitar la pérdida de vidas humanas. Sin embargo, a casi 40 años de aquel suceso, algunas constructoras han hecho caso omiso de las recomendaciones y esto fue evidente en los terremotos de 2017 y 2022.

 

Institución: Museo Archivo de la Fotografía, maf

Humo, escombros, consternación y desesperación en las ruinas de lo que fuera un edificio en las inmediaciones del Eje Central y Venustiano Carranza. La mañana del 19 de septiembre de 1985 un fuerte sismo sacudió la Ciudad de México. Apenas habían pasado cuatro días de la celebración de las Fiestas Patrias, y la decoración tricolor adornaba edificios oficiales y particulares. Además, la ciudad se preparaba para albergar el Mundial de Futbol México ’86, que llevó al gobierno a invertir, en periodo de crisis y ajustes económicos, considerables cantidades de dinero público para la infraestructura mundialista. El temblor de aquel día, demostró la fragilidad de los nuevos edificios, así como la corrupción de un sistema decrépito, y el abandono, por parte de las autoridades, de las mínimas medidas de protección civil en esas modernas construcciones. Sin embargo, lo más importante, fue que demostró y confirmó la solidaridad de los capitalinos ante aquella emergencia, que sembró muerte y destrucción en la zona central de la capital mexicana.

En esta fotografía puede observarse que los rescatistas no cuentan con equipo profesional ni de protección, a diferencia de los posteriores a esta trágica fecha. Grupos del cuerpo de policía capitalino apoyaron a rescatistas, bomberos, médicos y paramédicos de la Cruz Roja Mexicana que se apresuraron a llegar al lugar, a veces sin el material necesario y sin la “autorización oficial”. La falta de recursos provocó que las labores de rescate fueran realizadas con lentitud, lo que incrementó el número de víctimas fatales. En la parte superior de la imagen puede apreciarse a un grupo de bomberos que sofocan las llamas surgidas a raíz del colapso del edificio, así como a civiles, acompañados por miembros de otras corporaciones, en una búsqueda contrarreloj de sobrevivientes en las ruinas de antiguos apartamentos.

 

Imagen de una tragedia y marcas de tiempo que aún persisten. El edificio que se mantiene de pie desde aquel fatídico 19 de septiembre de 1985 corresponde al número 13 del Eje Central Lázaro Cárdenas; a un costado se aprecia una vivienda con daños considerables provocados por el temblor. En la actualidad, esta vialidad es muy concurrida, por lo que es recomendable detenerse para observar las marcas que dejó en el lugar aquel acontecimiento, los cambios provocados en las construcciones que sobrevivieron, o los lugares que cambiaron de uso. Así, donde antes existió una torre residencial, puede encontrarse un estacionamiento. La catástrofe de aquel año marcó un antes y un después en los protocolos civiles y gubernamentales para corregir las normas de construcción y evitar la pérdida de vidas humanas. Sin embargo, a casi 40 años de aquel suceso, algunas constructoras han hecho caso omiso de las recomendaciones y esto fue evidente en los terremotos de 2017 y 2022.

 
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