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Carta de Francisco Villa dirigida a Carranza

Carta de Francisco Villa dirigida a Carranza

 
 

Institución: Centro de Estudios de Historia de México Carso

Es conocido que la relación entre Venustiano Carranza y Francisco Villa era de mutua desconfianza. Sin embargo, al calor de la Revolución mexicana y la lucha contra el gobierno usurpador de Victoriano Huerta esto no fue así. Ambos, provenientes de distinto origen social, el primero de clase media de Coahuila, con fuertes vínculos con Bernardo Reyes —uno de los alzados contra el presidente Francisco I. Madero en febrero de 1913. Villa, por su parte, de origen más humilde, e incluso considerado como un facineroso, tenía gran aceptación popular, aspecto que quizás el Primer Jefe del Ejército Constitucionalista envidiaba. A pesar de las diferencias entre estos personajes, los dos colaboraron en la misma causa: la revolución constitucionalista contra la dictadura huertista. La carta que aquí se presenta muestra, sin duda, una de las cualidades del entonces coronel Francisco Villa, quien en ese momento aún no conformaba la poderosa División del Norte: su lealtad y entrega a las causas justas, como él consideraba.

 

Cuando Villa escribió esta misiva en respuesta a la solicitud del Primer Jefe del Ejército Constitucionalista entonces establecido en Hermosillo, Sonora, nuestro personaje cumplía apenas 10 días en el cargo de gobernador provisional del estado de Chihuahua, mismo que había sido recuperado para la causa revolucionaria. En la carta confirma haber recibido a don Erasto Carranza, sobrino del líder de la revolución, quien entregó el documento en manos del divisionario. En ésta se lee un lenguaje cordial y respetuoso, así como las facilidades que Francisco prestó a don Erasto para continuar su viaje a Sierra Mojada y Ocampo en la vecina Coahuila. Destacan también las palabras de despedida que afirma: “me repito de Ud. como su adicto subordinado y amigo y S.S.”, con las que concede y respeta el liderazgo de Carranza. Sin embargo, conforme el triunfo constitucionalista se fue consolidando las fricciones entre ellos pronto comenzaron a surgir, sobre todo después de la feroz batalla de Zacatecas el 23 de junio de 1914.

 

La confrontación entre Villa y Carranza no puede reducirse a las diferencias sociales de ambos personajes, tampoco a proyectos políticos que, en el caso del primero, apenas comenzaba a configurarse, en cuanto a que Venustiano tenía claridad de su proyecto político-social, mismo que excluía a los mexicanos que tuvieran orígenes humildes y sociales como nuestro divisionario. Las cualidades que él tenía eran propias de un caudillo social. Durante su gestión como gobernador demostró cierta honradez —cosa rara entre los políticos revolucionarios—, y promovió reformas sociales, en especial de protección de la infancia y también educativas. Fueron estas características, más allá de su complejo carácter, las que atrajeron a muchos simpatizantes, entre ellos el general Felipe Ángeles, que, al cabo de unos meses, lo llevaron a organizar a la poderosa División del Norte, con la que Villa acumuló numerosas victorias sobre los huertistas.

 

Material de apoyo:

Calzadíaz Barrera, Alberto, General Felipe Ángeles, México, inehrm, 2019.

Katz, Friedrich, La guerra secreta en México. Europa, Estados Unidos y la revolución mexicana, México, Ediciones Era, 1981. (Colección: Problemas de México).

Silva Herzog, Jesús, Breve historia de la Revolución Mexicana, México, Fondo de Cultura Económica, 2002, 2 tomos. (Colección: Popular).

 

Institución: Centro de Estudios de Historia de México Carso

Es conocido que la relación entre Venustiano Carranza y Francisco Villa era de mutua desconfianza. Sin embargo, al calor de la Revolución mexicana y la lucha contra el gobierno usurpador de Victoriano Huerta esto no fue así. Ambos, provenientes de distinto origen social, el primero de clase media de Coahuila, con fuertes vínculos con Bernardo Reyes —uno de los alzados contra el presidente Francisco I. Madero en febrero de 1913. Villa, por su parte, de origen más humilde, e incluso considerado como un facineroso, tenía gran aceptación popular, aspecto que quizás el Primer Jefe del Ejército Constitucionalista envidiaba. A pesar de las diferencias entre estos personajes, los dos colaboraron en la misma causa: la revolución constitucionalista contra la dictadura huertista. La carta que aquí se presenta muestra, sin duda, una de las cualidades del entonces coronel Francisco Villa, quien en ese momento aún no conformaba la poderosa División del Norte: su lealtad y entrega a las causas justas, como él consideraba.

Cuando Villa escribió esta misiva en respuesta a la solicitud del Primer Jefe del Ejército Constitucionalista entonces establecido en Hermosillo, Sonora, nuestro personaje cumplía apenas 10 días en el cargo de gobernador provisional del estado de Chihuahua, mismo que había sido recuperado para la causa revolucionaria. En la carta confirma haber recibido a don Erasto Carranza, sobrino del líder de la revolución, quien entregó el documento en manos del divisionario. En ésta se lee un lenguaje cordial y respetuoso, así como las facilidades que Francisco prestó a don Erasto para continuar su viaje a Sierra Mojada y Ocampo en la vecina Coahuila. Destacan también las palabras de despedida que afirma: “me repito de Ud. como su adicto subordinado y amigo y S.S.”, con las que concede y respeta el liderazgo de Carranza. Sin embargo, conforme el triunfo constitucionalista se fue consolidando las fricciones entre ellos pronto comenzaron a surgir, sobre todo después de la feroz batalla de Zacatecas el 23 de junio de 1914.

 

La confrontación entre Villa y Carranza no puede reducirse a las diferencias sociales de ambos personajes, tampoco a proyectos políticos que, en el caso del primero, apenas comenzaba a configurarse, en cuanto a que Venustiano tenía claridad de su proyecto político-social, mismo que excluía a los mexicanos que tuvieran orígenes humildes y sociales como nuestro divisionario. Las cualidades que él tenía eran propias de un caudillo social. Durante su gestión como gobernador demostró cierta honradez —cosa rara entre los políticos revolucionarios—, y promovió reformas sociales, en especial de protección de la infancia y también educativas. Fueron estas características, más allá de su complejo carácter, las que atrajeron a muchos simpatizantes, entre ellos el general Felipe Ángeles, que, al cabo de unos meses, lo llevaron a organizar a la poderosa División del Norte, con la que Villa acumuló numerosas victorias sobre los huertistas.

Material de apoyo:

Calzadíaz Barrera, Alberto, General Felipe Ángeles, México, inehrm, 2019.

Katz, Friedrich, La guerra secreta en México. Europa, Estados Unidos y la revolución mexicana, México, Ediciones Era, 1981. (Colección: Problemas de México).

Silva Herzog, Jesús, Breve historia de la Revolución Mexicana, México, Fondo de Cultura Económica, 2002, 2 tomos. (Colección: Popular).

 

 

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