La actividad beisbolera fue muy intensa en sus primeros años de existencia. Las ligas mayores, menores y de escuelas tuvieron una duración de varios meses en los que participaron en promedio de dos a cuatro novenas. Se jugaron encuentros de práctica previos al inicio formal de los torneos; hubo amistosos, de exhibición a beneficio de la liga o de un equipo para sufragar los gastos de la temporada, y de caridad, y fue común que las novenas nuevas de distinto nivel lanzaran retos a las ya establecidas. En los periodos de vacaciones se jugaron series cortas y series internacionales. Además, hubo muchos encuentros llaneros, fuera de los normados por las ligas.
El profesionalismo o amateurismo de los peloteros fue un tema del que se ocupó la comunidad beisbolera. Según la región, de las estrategias echadas a andar por esas asociaciones y las de los primeros empresarios deportivos se favoreció uno u otro esquema de juego. Fue común que se incumpliera el reglamento cuando las ligas acordaban jugar sin pagar salarios y también que algunos peloteros abandonaran o cambiaran de equipo a media temporada. El producto de las entradas, descontados los gastos de operación, se destinaron a la liga y/o se distribuyeron entre los equipos en tiempos de amateurismo.
Hubo equipos que tuvieron una existencia efímera, otros que con diferente nombre tuvieron una presencia más prolongada y algunos que permanecieron bajo la misma, o casi, alineación por largo tiempo. Algunos se hicieron de una entusiasta afición siendo de los más famosos el México, de la capital; el Cuauhtémoc, de Monterrey; el Águila, de Veracruz, y el Fénix, de Mérida.
Hubo partidos que se jugaron dentro de los programas de algunas festividades cívicas y religiosas. Una de las más significativas fue la serie disputada entre el México y el Veracruz con motivo de las celebraciones organizadas para conmemorar el centenario de la Independencia.
Hubo partidos que se jugaron dentro de los programas de algunas festividades cívicas y religiosas. Una de las más significativas fue la serie disputada entre el México y el Veracruz con motivo de las celebraciones organizadas para conmemorar el centenario de la Independencia.
Algunas novenas representaron a empresas donde jugaban directivos y obreros como el Oliver o el Popo, compañías especializadas en la venta de máquinas de escribir y carnes, respectivamente.
Oliver, Ciudad de México.
El Mundo,
5 de diciembre de 1905, p. 3. (DIARIO DE LA TARDE)
De gran relevancia fueron las series organizadas con equipos extranjeros. Hubo, por ejemplo, varios partidos entre novenas de California, Arizona y Texas contra norteñas y de la Ciudad de México y entre el All Americans contra equipos del sureste. Hubo varias que enfrentaron al Cuba, Azules de La Habana, Fé de La Habana, All Cubans, Cuban Stars y All Stars contra clubes de la Ciudad y el Golfo de México.
El evento internacional que mayor revuelo provocó en la comunidad beisbolera mexicana fue la serie que jugaron los White Sox de Chicago, campeones de la Liga Americana, en el Parque de la Reforma de la Ciudad de México en 1907. La serie contó con partidos disputados entre dos novenas de los Medias Blancas y uno contra el equipo capitalino Récord. Las crónicas comentan que los visitantes fueron acompañados por periodistas, que fue mucho el público que asistió a los partidos y que el Récord, como se esperaba, perdió, pero conquistó algunos aplausos. Comentan también que los visitantes disfrutaron su estancia, les agradaba el clima e hicieron turismo cercano a la capital.