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Asesinato del periodista Manuel Buendia (atribuido)

Asesinato del periodista Manuel Buendia (atribuido)

 
 

Institución: Centro Académico de la Memoria de Nuestra América

La labor del periodista se ha convertido en una de las más peligrosas no sólo en México sino a nivel mundial y la libertad de expresión, uno de los derechos más vulnerados en las últimas décadas. Según datos de la onu, entre 2006 y 2020, más de 1200 periodistas fueron ultimados por cumplir con su labor de informar al público y en uno de cada diez casos los homicidas han salido impunes, según el observatorio de periodistas asesinados de la unesco. Sin embargo, la práctica del periodismo como una labor de alto riesgo no comenzó de un día para otro. En México, uno de los casos más sonados y que detonaron el interés en este tema fue el crimen contra el periodista Manuel Buendía Tellezgirón, llevado a cabo el 30 de mayo de 1984 en la capital del país. El periodista michoacano al momento de ser asesinado trabajaba en el diario Excélsior. Su columna, “Red Privada”, publicada en dicho periódico era reproducida en medios de todo el país y sus comentarios en ésta sobre el narcotráfico, la ultraderecha y la corrupción gubernamental, fueron probablemente, el detonante de su muerte.

 

Este destacado maestro y formador de reporteros, además de ser uno de los periodistas más leídos de la segunda mitad del siglo xx, fue ultimado al salir de su oficina, en el cruce de las avenidas Paseo de la Reforma e Insurgentes. Según testigos y crónicas de los acontecimientos, Buendía fue alcanzado por un hombre alto y fornido, con ciertas características del tipo militar, quien le disparó cinco tiros por la espalda y huyó en una motocicleta a través de la llamada Zona Rosa. Con el tiempo se supo que quien disparó era Rafael Moro Ávila, agente de la Dirección Federal de Seguridad (dfs) quien dijo cumplir órdenes de su jefe, José Antonio Zorrilla Pérez a quien Buendía investigaba por vínculos con el narcotráfico. A pesar de que se dio con los supuestos culpables, el caso se considera como una muestra de impunidad y de corrupción debido a que éstos no cumplieron su sentencia completa y porque, además, según allegados al reportero, había muchas más personas implicadas en el crimen, como lo podemos ver en el expediente que presentamos en esta ocasión como objeto destacado.

 

En él se pueden leer las reacciones de otros medios ante el asesinato de su colega, crónicas de lo acontecido aquel fatal día; el avance de las investigaciones; sobre los presuntos implicados y las hipótesis alrededor de los responsables intelectuales del crimen. Se ve claramente el paso del tiempo en la investigación, cómo los primeros años estuvo estancada y después se encontraron posibles explicaciones al evento. El asesinato se llevó a cabo durante el gobierno de Miguel de la Madrid, pero las averiguaciones continuaron durante el sexenio de Carlos Salinas, y las detenciones se hicieron hasta 1989, pasados cinco años de la tragedia, lo cual queda registrado en las notas que se conjuntan en este expediente proporcionado a Memórica por el Centro Académico de la Memoria de Nuestra América. Hoy en día se considera un crimen que no ha sido esclarecido pues aún se tienen dudas sobre los verdaderos responsables de éste y las razones que los animaron. Hay quienes apuntan al narcotráfico, pero otros señalan al propio Estado, de quien Buendía escribió varias notas con su mordaz pluma.

Material de apoyo:

Granados Chapa, Miguel Ángel, Buendía. El primer asesinato de la narcopolítica en México, México, Grijalbo Mondadori, 2012, 320 p.

Martínez, Omar Raúl, Manuel Buendía en la trinchera periodística. Andanzas, ideario y columnas escogidas, México, Fundación Manuel Buendía/Universidad de Xalapa, 1999, 337 p.

 

Institución: Centro Académico de la Memoria de Nuestra América

La labor del periodista se ha convertido en una de las más peligrosas no sólo en México sino a nivel mundial y la libertad de expresión, uno de los derechos más vulnerados en las últimas décadas. Según datos de la onu, entre 2006 y 2020, más de 1200 periodistas fueron ultimados por cumplir con su labor de informar al público y en uno de cada diez casos los homicidas han salido impunes, según el observatorio de periodistas asesinados de la unesco. Sin embargo, la práctica del periodismo como una labor de alto riesgo no comenzó de un día para otro. En México, uno de los casos más sonados y que detonaron el interés en este tema fue el crimen contra el periodista Manuel Buendía Tellezgirón, llevado a cabo el 30 de mayo de 1984 en la capital del país. El periodista michoacano al momento de ser asesinado trabajaba en el diario Excélsior. Su columna, “Red Privada”, publicada en dicho periódico era reproducida en medios de todo el país y sus comentarios en ésta sobre el narcotráfico, la ultraderecha y la corrupción gubernamental, fueron probablemente, el detonante de su muerte.

Este destacado maestro y formador de reporteros, además de ser uno de los periodistas más leídos de la segunda mitad del siglo xx, fue ultimado al salir de su oficina, en el cruce de las avenidas Paseo de la Reforma e Insurgentes. Según testigos y crónicas de los acontecimientos, Buendía fue alcanzado por un hombre alto y fornido, con ciertas características del tipo militar, quien le disparó cinco tiros por la espalda y huyó en una motocicleta a través de la llamada Zona Rosa. Con el tiempo se supo que quien disparó era Rafael Moro Ávila, agente de la Dirección Federal de Seguridad (dfs) quien dijo cumplir órdenes de su jefe, José Antonio Zorrilla Pérez a quien Buendía investigaba por vínculos con el narcotráfico. A pesar de que se dio con los supuestos culpables, el caso se considera como una muestra de impunidad y de corrupción debido a que éstos no cumplieron su sentencia completa y porque, además, según allegados al reportero, había muchas más personas implicadas en el crimen, como lo podemos ver en el expediente que presentamos en esta ocasión como objeto destacado.

 

En él se pueden leer las reacciones de otros medios ante el asesinato de su colega, crónicas de lo acontecido aquel fatal día; el avance de las investigaciones; sobre los presuntos implicados y las hipótesis alrededor de los responsables intelectuales del crimen. Se ve claramente el paso del tiempo en la investigación, cómo los primeros años estuvo estancada y después se encontraron posibles explicaciones al evento. El asesinato se llevó a cabo durante el gobierno de Miguel de la Madrid, pero las averiguaciones continuaron durante el sexenio de Carlos Salinas, y las detenciones se hicieron hasta 1989, pasados cinco años de la tragedia, lo cual queda registrado en las notas que se conjuntan en este expediente proporcionado a Memórica por el Centro Académico de la Memoria de Nuestra América. Hoy en día se considera un crimen que no ha sido esclarecido pues aún se tienen dudas sobre los verdaderos responsables de éste y las razones que los animaron. Hay quienes apuntan al narcotráfico, pero otros señalan al propio Estado, de quien Buendía escribió varias notas con su mordaz pluma.

Material de apoyo:

Granados Chapa, Miguel Ángel, Buendía. El primer asesinato de la narcopolítica en México, México, Grijalbo Mondadori, 2012, 320 p.

Martínez, Omar Raúl, Manuel Buendía en la trinchera periodística. Andanzas, ideario y columnas escogidas, México, Fundación Manuel Buendía/Universidad de Xalapa, 1999, 337 p.

 
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