I. Aprendizaje esperado:
Reconoce las instituciones y prácticas de tipo colonial que organizaron la economía del virreinato: encomienda, repartimiento, tributo, mercedes de tierras, reales de minas.

Durante la Colonia, las actividades económicas permitieron generar riqueza mediante la extracción, transformación y distribución de los recursos naturales. Las principales durante este periodo fueron la agricultura, la ganadería, la minería, los obrajes y el comercio. Estas actividades transformaron de manera radical la vida y entorno del mundo prehispánico. Se modificaron las formas de propiedad de la tierra, la explotación de los trabajadores, los métodos de producción, consumo e intercambio para adoptar una nueva fisonomía propia del virreinato. Si bien todos estos procesos tardaron en asentarse y no se llevaron a cabo de la noche a la mañana, para principios del siglo xviii ya se encontraban conformadas de manera más estable las características que prevalecieron durante el resto del periodo colonial. Las principales ciudades y puertos ya estaban fundados y se habían establecido los caminos que los comunicaban, articulando de una manera más funcional toda la red económica que dio sustento al virreinato de la Nueva España.

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II. Aprendizaje esperado:
Identifica las instancias de la autoridad española: virrey, audiencia, corregidores.

La Nueva España se constituyó como un territorio que pertenecía a una monarquía imperial cuyo gobernante supremo, el rey de España, vivía a miles de kilómetros de distancia. Esto determinó la forma en la que se administró el virreinato, así como las instituciones que se crearon para gobernarla. En la Península se encontraban, además del monarca, sus secretarios y el Consejo de Indias. Para el caso de las posesiones americanas, existió también un dispositivo central integrado por el virrey y las audiencias; una organización provincial constituida por los gobernadores y corregidores o alcaldes mayores; y un dispositivo local, integrado por los cabildos y sus oficiales. Todos ellos sustentaron a lo largo de tres siglos la administración de las pertenencias españolas americanas, y a pesar de que la estructuración de las instituciones trató de seguir lo más posible el modelo español, existieron variantes regionales según los usos y costumbres autóctonos.

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III. Aprendizaje esperado:
Reconoce la importancia de los cabildos de las ciudades de españoles y de los “pueblos de indios”.

Los cabildos o ayuntamientos destacan entre las demás instituciones de la administración española en América debido a que fueron los más cercanos a la gente común. Son conocidos como concejos municipales o cabildos seculares para diferenciarlos de los cabildos eclesiásticos, y fueron las principales instancias de gobierno local durante el periodo novohispano. El investigador Francisco Quijano considera que este tipo de organismo tuvo su origen en la Edad Media con los llamados concejos abiertos, lugares en los que los vecinos de villas y ciudades podían discutir y encontrar una solución a problemas de la comunidad. Los cabildos se componían básicamente por dos tipos de funcionarios: los regidores y los alcaldes ordinarios. Los primeros eran quienes votaban y tomaban las decisiones, y los segundos, se encargaban de impartir justicia. Se fundaron cientos de cabildos a lo largo del virreinato y funcionaron tanto en pueblos de españoles como en los de indígenas.

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