Las ciudades y sus habitantes dependen de las movilidades. Los trayectos de la casa al trabajo, hacia áreas comerciales y para realizar tareas de cuidado son fundamentales en un lugar como la Ciudad de México. La infraestructura que permite el movimiento tiene un valor intrínseco que la hace de interés colectivo. Sin embargo, automovilistas, pasajeros de camiones, trenes y teleféricos, ciclistas y transeúntes tienen una experiencia diferenciada en la ciudad moderna. Al pensar en necesidades básicas, interés colectivo y desigualdades, nos enfrentamos a un fenómeno complejo.
Una de las paradojas que definen la experiencia urbana actual quedó condensada en el fotomontaje de Enrique Bostelmann, Con un nudo en la garganta: el espacio está organizado alrededor de los automóviles en una ciudad donde la mayoría de los habitantes no tiene acceso a éstos. La dependencia de los autos, la construcción de espacios exclusivos para ellos y las exclusiones de otras formas de movilidad son algunos de los problemas centrales de la ciudad actual. ¿Cómo llegamos a este punto? Éste no fue un fenómeno natural e inevitable, sino un proceso histórico echado a andar por intereses, conflictos, transiciones e incertidumbre.
En La ciudad y las movilidades podrás explorar un cambio a gran escala en la Ciudad de México. La primera sección, Dependencias, presenta un momento en el que el tranvía era esencial para la ciudad y sus habitantes a inicios del siglo xx; la segunda, Experiencias, cuenta cómo y por qué los automotores y sus choferes se convirtieron en símbolos de renovación urbana y moral para el escritor Salvador Novo; y la tercera, Disputas, expone las tensiones sociales que marcaron la vida urbana en la ciudad del automóvil a mediados del siglo xx. ¿Qué nos muestra la historia de las movilidades en nuestra capital sobre la experiencia contemporánea? ¿Qué soluciones podemos imaginar para el futuro?