Hacia energías renovables:
la ruta verde 2018-2030

Los avances en materia energética, así como los retos provocados por el cambio climático han generado un amplio debate en todo el mundo sobre el uso de energías limpias o verdes. Hay quienes apuestan por mantener sin cambios las políticas energéticas, es decir, el uso de combustibles fósiles.

Por otro lado, el avance en el desarrollo tecnológico para obtener y generar energía solar o eólica provocó un boom en varios países en la adquisición de aerogeneradores y paneles solares. Sin embargo, en México, la reforma en materia energética de 2013 que concesionó la explotación de estos recursos a nivel nacional, tuvo como único objetivo la venta de electricidad y no la generación de energía verde. Esta situación puso en jaque a la soberanía energética de México.

Si bien, se construyeron algunos parques eólicos privados, éstos no estuvieron interconectados al Sistema Eléctrico Nacional, lo que dificultó la distribución de electricidad y generó una situación parecida a la que prevalecía antes de la nacionalización de esta industria en los años sesenta.

En 2018 se trazó un plan de gran envergadura conocido como Programa de Desarrollo del Sistema Eléctrico Nacional (prodesen), de trascendencia transexenal que contemplaba la renovación a las hidroeléctricas y termoeléctricas, así como el impulso a la construcción de plantas solares y parques eólicos, esto con la finalidad de virar hacia la generación de energías limpias y alcanzar la soberanía energética de México.

La construcción de los megaproyectos para la generación de energía en México no es algo nuevo. La mayoría de la infraestructura existente en la actualidad comenzó a construirse en la década de los treinta, y ha ido renovándose.

Entre 2020 y 2021, el impacto del cambio climático en México provocó afectaciones en la capacidad generadora y distribución de energía. Ante esta situación, la cfe y un grupo de especialistas determinaron que la falta de inversión en infraestructura en las últimas tres décadas, provocó “disturbios” que dejaron a varias partes del país sin energía eléctrica y concluyeron que era indispensable que el estado retomara las riendas en materia energética, para reorientar y controlar el flujo, frecuencia y voltaje del Sistema Eléctrico Nacional, así como la búsqueda de inversión comprometida con el desarrollo de México, sobre todo en materia de energías verdes.

En 2021 diversos e inusuales frentes fríos, donde las temperaturas descendieron a una temperatura récord en Texas, provocaron el congelamiento de las redes de distribución de gas natural que alimentaba a las plantas termoeléctricas: tanto privadas como públicas. Las primeras tomaron la decisión de cerrar y dejar de suministrar energía a miles de hogares, esto porque entienden la generación de electricidad como una mercancía. En cambio, la cfe consideró, a pesar del aumento en el precio de los energéticos, continuar con la operación de este sector, estratégico para la seguridad nacional.

Esta situación reafirmó la responsabilidad del Estado para recuperar en su mayoría el sector energético nacional y convertirse en actor principal en esta materia. En este sentido, se revirtió la reforma de 2013.