México cuenta con una posición geográfica privilegiada y amplios recursos naturales. Esta situación brinda amplias posibilidades para el desarrollo del país, sobre todo ante los retos de siglo xxi, en que se busca generar energías limpias para disminuir las emisiones de efecto invernadero, a lo que el gobierno mexicano se comprometió en los Acuerdos de París en 2015. Sin embargo, fue a finales de 2018 cuando inició un ambicioso programa de construcción de plantas eólicas y fotovoltáicas para integrarse al complejo Sistema Eléctrico Nacional.

Así como ocurrió en el siglo xx, la construcción de la infraestructura eléctrica fue un esfuerzo patrocinado por el Estado, pero contó con la colaboración del capital privado y asesoría extranjera. El Plan Sonora y Plan Istmo, que fueron impulsados por la presidencia de Andrés Manuel López Obrador (2018-2024), no son la excepción. Es de esperar que los próximos gobiernos continúen con la expansión de plantas generadoras de energías limpias.