Los bestiarios de Naxín se pueden leer desde sus muy diferentes series de personajes que abarcan seres mitológicos de la cosmogonía mazateca (Naminá ñujún / Cuatro dioses),20 en donde principalmente los animales de las montañas, bosques, selvas y océanos participan de un ecosistema sagrado (Jkín naminá / Muchos dioses Camaxtle y Tezcatlipoca).21
Por otro lado, en ese universo fantástico y cosmogónico también se comprenden los animales que se tornan bestias indómitas y temerarias: pájaros, cabros con cuellos largos, canes y reptiles que aluden a una cierta maldad zoomorfa y rabelesiana. Principalmente en sus técnicas del collage aparecen seres humanizados o animalizados, ambos son siempre mutaciones de la codicia, la maldad, la venganza, la represión, la persecución, el autoritarismo, la colonización y la muerte (Kusín-tsíjkakana-miee / La represión y Bestias suéltenme).22 y 23 De las series que han recurrido principalmente a cabezas de siniestras criaturas está la de “La colonización”, donde los personajes de Cortés y Moctezuma se encuentran en el devenir de una civilización de 500 años y en una cultura de la dominación y la imposición del cristianismo como un vehículo de la destrucción de las lenguas originarias (Chjuún ku naminá / Mujer y Dios).24
La narración mazateca no es diferente a la mexica, maya, chinanteca, seri, totonaca, huichola, pame, etcétera; consiste en identificar con sus más altos valores estereotípicos a los personajes que han sido agentes del odio y la dominación (Ñangatsíaa / Todos somos hermanos de sangre).25 La lengua mazateca cobra su propio criterio y humor a través de los cuerpos deformes y alargados que Naxín nos hace ver, con las claves de la resistencia y la emancipación cultural.
No es una gráfica complaciente o domesticada, al contrario, estos personajes se imbrican en cuerpos transformados, cuya metamorfosis implica contradicción, sorna y la confrontación de visiones del mundo. Habitar la conquista de los personajes de Naxím es un cruce de elementos primigenios y antiguos, con la conquista del oeste forastero, (Kijná / Rápido),26, una especie de salvaje western donde navajos y vaqueros se enfrentan en una escena de represión magisterial de la asamblea de los pueblos de Oaxaca. El mensaje decantado en escenas de humor cotidiano revive a los dioses defensores de la tierra contra los monstruos bífidos y de tres cabezas que reprimieron el levantamiento de los pueblos.
