Gracias a sus habilidades de negociación, Gilberto Bosques regresó a la vida diplomática para continuar ayudando a las personas. Fue Ministro Extraordinario y Plenipotenciario en Portugal (1946-1950), en Suecia y Finlandia (1950-1953) y en Cuba (1953-1964). En todos estos lugares estableció el posicionamiento mexicano en materia política y humanitaria.
Además, se preocupó por dar a conocer la obra de los artistas mexicanos a nivel internacional, una labor menos heroica pero de igual importancia, de la cual rescatamos una breve muestra en este apartado, como un reconocimiento de sus esfuerzos por difundir a México.