Muchos han sido los adjetivos y sobrenombres con los que se ha hablado de Gilberto Bosques: hombre solidario, negociador excelente, defensor, gestor, adalid del asilo diplomático e incluso, el “Schindler mexicano”. En Memórica. México, haz memoria hemos querido contar parte de su historia, pues desde muy joven se encontró en momentos clave para México y con sus generosas acciones inscribió su nombre y el de nuestro país en la memoria internacional.

Bosques fue un hombre multifacético: revolucionario, profesor, diplomático, negociador, difusor de la cultura y defensor de la humanidad. Nació en Chiautla de Tapia, en el estado de Puebla, el 20 de julio de 1892. Muy joven se unió a la Revolución, en las filas de Aquiles Serdán, y cuando el movimiento triunfó ingresó a la política. Idealista de la educación y de la libertad de prensa, y en colaboración con José Vasconcelos, coordinó varias publicaciones como El Sembrador, El Gladiador, La Antorcha y La Revista de América. Para 1934 ya era diputado federal y en 1935, con el apoyo de obreros y campesinos, se postuló como candidato a gobernador de Puebla. Durante 1938 dirigió el periódico El Nacional. Un año después entró al servicio diplomático; fue cónsul general de México en París y Marsella, y luego Ministro Extraordinario y Plenipotenciario en Portugal, Suecia, Finlandia y Cuba. Durante su gestión en Francia otorgó miles de visas que salvaron a los refugiados que eran perseguidos por los regímenes fascistas. Murió casi a los 103 años, el 4 de julio de 1995, en la Ciudad de México.

Bosques fue un hombre multifacético: revolucionario, profesor, diplomático, negociador, difusor de la cultura y defensor de la humanidad. Nació en Chiautla de Tapia, en el estado de Puebla, el 20 de julio de 1892. Muy joven se unió a la Revolución, en las filas de Aquiles Serdán, y cuando el movimiento triunfó ingresó a la política. Idealista de la educación y de la libertad de prensa, y en colaboración con José Vasconcelos, coordinó varias publicaciones como El Sembrador, El Gladiador, La Antorcha y La Revista de América. Para 1934 ya era diputado federal y en 1935, con el apoyo de obreros y campesinos, se postuló como candidato a gobernador de Puebla. Durante 1938 dirigió el periódico El Nacional. Un año después entró al servicio diplomático: fue cónsul general de México en París y Marsella, y luego Ministro Extraordinario y Plenipotenciario en Portugal, Suecia, Finlandia y Cuba. Durante su gestión en Francia otorgó miles de visas que salvaron a los refugiados que eran perseguidos por los regímenes fascistas. Murió casi a los 103 años, el 4 de julio de 1995, en la Ciudad de México.