El nacimiento del Archivo General y Público de la Nación
El nacimiento del Archivo General y Público de la Nación (agpn) el 23 de agosto de 1823 está ligado a la gestación de la forma de gobierno republicana, a unos meses de la destitución de Agustín de Iturbide como emperador, con la restitución del Congreso. Esta renacida institución, encargada de dar forma a la nación con la convocatoria a un nuevo proceso constituyente, acogió la propuesta de Lucas Alamán para crear un archivo nacional, planteamiento puesto en práctica por el Supremo Poder Ejecutivo, que desde marzo de aquel año recaía en Guadalupe Victoria, Nicolás Bravo y Pedro Celestino Negrete. Sin embargo, su formación no partió de cero, pues consideraron los esfuerzos precedentes del Archivo General de la Nueva España formado a finales del siglo xviii.
De sus expedientes surgieron las bases sobre las que el agpn contribuyó a orientar el proceso de construcción de nuestra nación durante casi un siglo y a atender las necesidades de la ciudadanía, aun durante el paréntesis imperial de Maximiliano cuando —siguiendo los mismos objetivos del archivo republicano— se creó el Archivo General del Imperio. En medio de la lucha armada iniciada en 1910, mudó de nombre a Archivo General de la Nación (1917) y aportó al proceso revolucionario hasta que se le restaron prerrogativas sobre las instituciones públicas, por lo cual no pudo contribuir a la construcción de las décadas siguientes como lo hiciera en el pasado. Esta breve pausa duró poco más de medio siglo a partir de 1920, pero desde finales de la década de 1970 el Archivo ha resurgido para ocupar el lugar que le corresponde en la vida pública.
ver más
De sus expedientes surgieron las bases sobre las que el agpn contribuyó a orientar el proceso de construcción de nuestra nación durante casi un siglo y a atender las necesidades de la ciudadanía, aun durante el paréntesis imperial de Maximiliano cuando —siguiendo los mismos objetivos del archivo republicano— se creó el Archivo General del Imperio. En medio de la lucha armada iniciada en 1910, mudó de nombre a Archivo General de la Nación (1917) y aportó al proceso revolucionario hasta que se le restaron prerrogativas sobre las instituciones públicas, por lo cual no pudo contribuir a la construcción de las décadas siguientes como lo hiciera en el pasado. Esta breve pausa duró poco más de medio siglo a partir de 1920, pero desde finales de la década de 1970 el Archivo ha resurgido para ocupar el lugar que le corresponde en la vida pública.
Orígenes de los acervos del Archivo General de la Nación
El acervo que resguarda el agn se ha constituido a lo largo del tiempo con los documentos de las instituciones gubernamentales, desde la época colonial, pasando por el México independiente y el México contemporáneo, hasta el siglo xxi. Durante el xix los primeros esfuerzos de ordenación también trajeron aparejada la recuperación de materiales en manos de instituciones extintas, como la Audiencia, algunos que se encontraban en posesión de particulares como las mercedes de tierras y aguas, y otros que estaban bajo custodia de establecimientos como la Biblioteca Nacional o el antiguo Hospital de Jesús, en el México posrevolucionario.
El patrimonio documental ha pasado de la organización en ramos que se heredó del Archivo General del Virreinato a su composición a partir de fondos, subfondos, secciones, subsecciones y series, de acuerdo con la estructura y el nivel de complejidad de las instituciones y de otros acervos que lo conforman. Los fondos también se han enriquecido con la integración de archivos particulares, familiares, colecciones específicas y con aquellas formadas por la propia dependencia. Conforme los archivos de trámite de las oficinas gubernamentales se han convertido en históricos, las transferencias han engrosado el acervo, con una especial intensidad en el periodo de renacimiento del agn entre 1976 y 1982: en esta etapa se incorporaron al menos una decena de archivos institucionales y 87 fondos documentales de particulares.
ver más
El patrimonio documental ha pasado de la organización en ramos que se heredó del Archivo General del Virreinato a su composición a partir de fondos, subfondos, secciones, subsecciones y series, de acuerdo con la estructura y el nivel de complejidad de las instituciones y de otros acervos que lo conforman. Los fondos también se han enriquecido con la integración de archivos particulares, familiares, colecciones específicas y con aquellas formadas por la propia dependencia. Conforme los archivos de trámite de las oficinas gubernamentales se han convertido en históricos, las transferencias han engrosado el acervo, con una especial intensidad en el periodo de renacimiento del agn entre 1976 y 1982: en esta etapa se incorporaron al menos una decena de archivos institucionales y 87 fondos documentales de particulares.
Itinerancia del acervo del agpn al agn
Desde su nacimiento, el agpn enfrentó enormes desafíos para realizar su labor debido a problemas de desorganización, disgregación y hacinamiento de los documentos, acentuados, además, por la falta de un local adecuado para albergarlos, la necesidad de profesionalizar al personal y el apremio por obtener recursos para el correcto desempeño de sus trabajos.
Por siglo y medio (1823-1973) el Archivo se ubicó en Palacio Nacional, en las antiguas oficinas de la Secretaría del Virreinato, y, aunque se realizaron ajustes al espacio y pequeñas extensiones, fue insuficiente para resguardar de manera óptima sus acervos. Durante una parte del siglo xix algunos de esos materiales se movieron al Convento de Santo Domingo (1823-1845) y en la década de 1920 una porción se trasladó a la capilla de Guadalupe en Tacubaya, junto a la Casa Amarilla. Los esfuerzos de los directores fueron infructuosos hasta que finalmente el Archivo se concentró en el extinto Palacio de Comunicaciones, en Tacuba 8, desde donde retomó el impulso protagónico de la institución.
ver más
Por siglo y medio (1823-1973) el Archivo se ubicó en Palacio Nacional, en las antiguas oficinas de la Secretaría del Virreinato, y, aunque se realizaron ajustes al espacio y pequeñas extensiones, fue insuficiente para resguardar de manera óptima sus acervos. Durante una parte del siglo xix algunos de esos materiales se movieron al Convento de Santo Domingo (1823-1845) y en la década de 1920 una porción se trasladó a la capilla de Guadalupe en Tacubaya, junto a la Casa Amarilla. Los esfuerzos de los directores fueron infructuosos hasta que finalmente el Archivo se concentró en el extinto Palacio de Comunicaciones, en Tacuba 8, desde donde retomó el impulso protagónico de la institución.
Avatares del patrimonio documental
La creación del agpn buscaba remontar los perjuicios sufridos por el acervo durante la guerra de Independencia. Sin embargo, en los años siguientes la documentación padeció robos y saqueos; venta de parte de los documentos a coheteros, tenderos y boticarios por algunos funcionarios; incendios, tumultos, rebeliones y las transformaciones revolucionarias, así como también las invasiones de potencias extranjeras que impidieron los trabajos y ocasionaron desórdenes. Estos peligros fueron agravados con las condiciones inadecuadas que produjeron roturas, hongos e incluso pérdidas totales.
Durante buena parte del siglo xx, y a pesar de la estabilidad posrevolucionaria, las amenazas no se eliminaron por completo para el acervo del Archivo General de la Nación: es conocido el incidente en la planta baja de Palacio Nacional con la inundación del fondo Correspondencia de Virreyes y también los daños que ocasionaron la humedad, el polvo, el hacinamiento y las palomas al acervo en la Casa Amarilla por medio siglo. No obstante las dificultades mencionadas, directores, trabajadores y ciudadanos comprometidos unieron esfuerzos por resguardar la documentación, reglamentar su funcionamiento y obtener un local acondicionado sobre todo para la institución, lo cual se logró finalmente con el traslado del Archivo General de la Nación al reacondicionado edificio de la extinta Cárcel Preventiva del Distrito Federal (1977-1982).
ver más
Durante buena parte del siglo xx, y a pesar de la estabilidad posrevolucionaria, las amenazas no se eliminaron por completo para el acervo del Archivo General de la Nación: es conocido el incidente en la planta baja de Palacio Nacional con la inundación del fondo Correspondencia de Virreyes y también los daños que ocasionaron la humedad, el polvo, el hacinamiento y las palomas al acervo en la Casa Amarilla por medio siglo. No obstante las dificultades mencionadas, directores, trabajadores y ciudadanos comprometidos unieron esfuerzos por resguardar la documentación, reglamentar su funcionamiento y obtener un local acondicionado sobre todo para la institución, lo cual se logró finalmente con el traslado del Archivo General de la Nación al reacondicionado edificio de la extinta Cárcel Preventiva del Distrito Federal (1977-1982).
Traslado de los fondos a Lecumberri
El traslado de la sede del agn al renovado edificio de Lecumberri, antigua sede de la Cárcel Preventiva del Distrito Federal, fue expresión del resurgimiento experimentado por la institución entre 1977 y 1982. Durante ese periodo el Archivo General recuperó atribuciones sobre la administración pública y sus acervos, asumiendo el papel de órgano normativo y asesor del Poder Ejecutivo. Para ello contó con el respaldo gubernamental a través del Comité Técnico Consultivo de Unidades de Correspondencia y Archivo y, posteriormente, con el acuerdo presidencial de 1980 que puso las bases del Sistema Nacional de Archivos.
Con este cambio, el agn logró reunir por primera vez los fondos en un solo sitio y realizó una titánica labor de organización, descripción y catalogación, y publicó guías de fondos y generales, como la que sirvió para acomodar el acervo en Lecumberri. La institución creó lineamientos generales, mismos que socializó por medio de folletos e impresos diversos, así como capacitación archivística mediante cursos y seminarios. Acompañó la profesionalización de la archivística, así como la formación de archivos y sistemas estatales y municipales, particulares y eclesiales. Finalmente, fue la etapa de florecimiento de la conservación y la divulgación del patrimonio documental por medio de publicaciones, exposiciones y visitas guiadas.
ver más
Con este cambio, el agn logró reunir por primera vez los fondos en un solo sitio y realizó una titánica labor de organización, descripción y catalogación, y publicó guías de fondos y generales, como la que sirvió para acomodar el acervo en Lecumberri. La institución creó lineamientos generales, mismos que socializó por medio de folletos e impresos diversos, así como capacitación archivística mediante cursos y seminarios. Acompañó la profesionalización de la archivística, así como la formación de archivos y sistemas estatales y municipales, particulares y eclesiales. Finalmente, fue la etapa de florecimiento de la conservación y la divulgación del patrimonio documental por medio de publicaciones, exposiciones y visitas guiadas.
Siglo xxi: construcción de edificios de depósitos y laboratorios
Después del gran avance en materia de resguardo a finales del siglo xx, el agn ha profundizado en el xxi su empeño por asegurar la adecuada protección del patrimonio documental a su cargo. Como parte del reconocimiento de la importancia de esta institución, entre 2012 y 2018 se amplió la infraestructura con dos edificios destinados a laboratorios y depósitos para los fondos.
Esto ha permitido cumplir con las funciones sustantivas pues triplicó la capacidad de resguardo hasta un potencial de 150 kilómetros lineales y se establecieron las condiciones técnicas con la más alta tecnología para la organización, clasificación, descripción, conservación, preservación digital y reprografía de dicho patrimonio. Fiel a su historia de tenacidad, con estos logros materiales el agn asegura el legado del patrimonio documental a las siguientes generaciones de mexicanas y mexicanos.
Esto ha permitido cumplir con las funciones sustantivas pues triplicó la capacidad de resguardo hasta un potencial de 150 kilómetros lineales y se establecieron las condiciones técnicas con la más alta tecnología para la organización, clasificación, descripción, conservación, preservación digital y reprografía de dicho patrimonio. Fiel a su historia de tenacidad, con estos logros materiales el agn asegura el legado del patrimonio documental a las siguientes generaciones de mexicanas y mexicanos.