En agosto de 2005 Carlos Pellicer López resguardó el archivo personal de su tío en la Biblioteca Nacional, legando a la nación mexicana innumerables testimonios históricos, artísticos y culturales que Pellicer Cámara reunió durante su vida. Es incuestionable el valor histórico y cultural de la colección mencionada, lo es también el compromiso social de Pellicer López al confiar en la Biblioteca Nacional, una de las instituciones de mayor importancia cultural de nuestro país. No son pocas las colecciones privadas que luego de la muerte de sus propietarios se dispersan y se asimilan dentro de otras, algunas simplemente se desechan, mientras que otras, al reconocerse su valor, se venden o subastan a privados, pero la de Pellicer, para fortuna del patrimonio cultural mexicano, permanece aquí dentro de las instalaciones de la Máxima Casa de Estudios.

De acuerdo con el inventario que se encuentra disponible en la sala de consulta del Fondo reservado de la bn, la colección de Pellicer se conforma por 266 cajas, dentro de las cuales podremos encontrar carpetas que son los expedientes. Actualmente la colección se encuentra debidamente organizada y cuenta con un cuadro de clasificación archivística con lo que se garantiza su organización para la recuperación de la información y consulta. A grandes rasgos la colección tiene abundantes documentos textuales, como lo son cartas, también encontramos de manera regular registros artísticos o relacionados con el arte, por otra parte, en los diferentes expedientes y de manera un tanto azarosa encontraremos objetos cotidianos, desde tarjetas de presentación hasta objetos como lo es un estuco. Miguel Ángel Castro recuperó una reflexión de Vicente Quirarte sobre la gran cantidad de objetos reunidos por Pellicer y refiere que las “reliquias personales forman un conjunto más para la narración de su trayecto vital”, así pues, lejos de agotar las posibilidades y las historias que del archivo de Pellicer pueden emanar, mostramos aquí algunos documentos y objetos que dan cuenta de aquella exuberancia de la que se habló al inicio, es esta una invitación para conocerla y explorarla.