Ésta es la tercera carta de la correspondencia entre Zapata y Guajardo. Está fechada apenas un día después de que Guajardo enviara su respuesta. En la carta, Zapata felicita a Guajardo por su decisión y le confirma que recibirán garantías, él y sus hombres, y que sus circunstancias como revolucionario mejorarían cuando formara parte del movimiento que él encabezaba. También le informó que algunos jefes del norte le habían brindado buenas referencias sobre su labor revolucionaria, tal vez con la intención de no hacer parecer que la invitación era un arrebato sino parte de una estrategia bien elaborada.

Por otra parte, Zapata le da instrucciones quizá para probar la lealtad del nuevo coronel, y también esperando que la acción de armas se efectuara correctamente. La orden era clara: desarmar y capturar al ex zapatista Victoriano Bárcenas y a su gente, considerados traidores al aceptar la amnistía carrancista en diciembre de 1918.

El fusilamiento de 59 de esos hombres —descrito en los documentos 1  y 13— era la prueba de lealtad que buscaba Zapata. Guajardo se la ofreció alegremente.