FELIPE ÁNGELES FUE FUSILADO

El consejo de guerra así lo decidió

presentación

Felipe Ángeles es un personaje difícil de olvidar. Recientemente se le homenajeó al cumplirse cien años de su fusilamiento. Publicaciones, ceremonias, exposiciones y diversas actividades culturales han destacado la trayectoria y los valores del militar para reafirmar la relevancia de este hombre no sólo por su disciplina y dedicación cuando estudió en el Colegio Militar, sino también por servir a la causa revolucionaria al lado de Francisco I. Madero. Cuando no se identificó con las grandes personalidades que dominaban la política mexicana, se exilió en los Estados Unidos preocupado por la situación de su país. Siendo un espectador más y exaltado por la precaria situación que él y su familia atravesaban en el exilio, planeó su regreso y un año después de entrar en territorio nacional fue capturado a traición: el 26 de noviembre de 1919 se cumplió la sentencia del Consejo Extraordinario de Guerra que lo condenó a muerte.

Ya que nuestro objetivo es la preservación del patrimonio histórico y cultural de México, en esta exposición mostramos íntegra el acta del Consejo Extraordinario de Guerra que juzgó a Felipe Ángeles hace un siglo. Dicha acta (cuya transcripción se incluye en esta muestra) ha sido un recurso importante en la historiografía dedicada a Ángeles por lo que consideramos relevante destacarla y facilitar su acceso a ella, así como también a otros documentos satélites que nos ayudan a conocer más detalles del último año de vida del ex general.

Agradecemos al Archivo Histórico de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) por la digitalización de los siete tomos que forman el expediente de Felipe Ángeles dentro del ramo de Cancelados. De igual forma, nuestra gratitud a la Biblioteca Miguel Lerdo de Tejada y al Centro de Estudios Históricos de México Carso por facilitar el uso de algunos documentos para la presente exposición.


 

El proyecto del manifiesto de Felipe Ángeles

“La extinción del caudillaje es nuestra firme resolución": Felipe Ángeles

Nueva York. El proyecto de manifiesto de Felipe Ángeles es un documento político que tenía por objetivo convocar al pueblo mexicano a luchar por la restauración de la ley y la extirpación de los gobiernos de caudillos. Se trata de un documento mecanografiado, de cinco fojas, que fue conservado por Federico González Garza.

(continúa en pág. 1)

Correspondencia entre hermanos: la convivencia con Felipe Ángeles durante el exilio

Nueva York. Este documento es una carta mecanografiada de una foja que Federico González Garza le dirige a su hermano Roque; en ella se comunicaron detalles sobre la relación que ambos tuvieron con Felipe Ángeles durante su exilio; dado que los dos hermanos fueron revolucionarios adheridos al maderismo los vínculos de los tres en Nueva York son perfectamente entendibles.

(continúa en pág. 2)

¿Qué sucedió en el Consejo de Guerra?

En 84 fojas del acta del Consejo Extraordinario de Guerra que juzgó a Felipe Ángeles, Néstor Enciso de Arce y a Antonio E. Trillo se encuentra un relato detallado de las 40 horas que transcurrieron desde el momento en que Ángeles compareció ante el Consejo hasta que éste lo sentenció a ser ejecutado.

(continúa en pág. 3)

La decisión:

Reminiscencia de González Garza para evitar el olvido

(continúa en pág. 4)
 

En La Habana Pedro Lamicq recibió información

Escritor e íntimo amigo de Madero supo de los preparativos...

(continúa en pág. 5)

Felipe Ángeles en los Estados Unidos

El ex gobernador del Distrito Federal nos comparte sus vivencias con el general

Serie de cuatro documentos, fechados entre el 2 de diciembre de 1917 y el 2 de enero de 1918.

(continúa en pág. 6)
 

La convocatoria de Felipe Ángeles

Luchar contra el régimen carrancista

El objetivo: restaurar la Constitución de 1857.

(continúa en pág. 7)
 

COBERTURA ESPECIAL DE EL DEMÓCRATA

La captura

20 de noviembre de 1919

La captura y el fusilamiento de Felipe Ángeles fueron difundidos en distintos medios de circulación nacional, entre ellos El Demócrata. Diario Libre de la Mañana, y la denominada Revista de Revistas publicada por primera vez en enero de 1910.

(continúa en pág. 8)

Al pie de la letra

Telegramas sobre la captura

La captura, el juicio, la sentencia y el fusilamiento de Felipe Ángeles quedaron documentados en una serie de comunicaciones y telegramas fechados entre el 20 y el 27 de noviembre de 1919.

(continúa en pág. 9)

El Juicio

“Más vale morir corriendo tras una ilusión que vivir desesperanzado.”

Aseguró Ángeles en una carta a Emiliano Sarabia al explicarle su decisión de regresar a México.

(continúa en pág. 10)

Felipe Ángeles ante el Consejo de Guerra

Se dice que en el Teatro de los Héroes de la ciudad de Chihuahua las autoridades militares repartieron cerca de cinco mil tarjetas de permiso para que la población presenciara el juicio del reconocido general

(continúa en pág. 11)

El 26 de noviembre de 1919 a las 6:55 de la mañana se cumplió la sentencia del Consejo de Guerra. La descarga de 10 fusiles terminó con la vida de Felipe Ángeles.

SUPLEMENTO:
Descargue y lea completa el Acta del Consejo Extraordinario de Guerra que juzgó al general Felipe Ángeles.
Digitalización del acta del consejo extraordinario. Inicia en página 190 del tomo VII del expediente de Felipe Ángeles.

Créditos Investigación y curaduría: Amairani Tello y Rebeca Flores / Colaboradores: Imelda Aguirre, Cora Amador, Ivonne Charles, Atzelbi Hernández, Jesús Plácido y Danae Ortiz / Cuidado editorial: Rebeca Flores / Diseño: Mauricio Espinosa Azócar Material de apoyo Bazant, Mílada, “Estudiantes mexicanos en el extranjero: el caso de los hermanos Urquidi”, Historia Mexicana, núm. 4, vol. 36 (El Colegio de México, abril de 1987), pp. 739-758. / Calzadíaz Barrera, Alberto, General Felipe Ángeles, Secretaría de Cultura, México, 2019. / Canales Santos, Álvaro, “Roque González Garza. Presidente de México 1915”, Museo de los presidentes coahuilenses. Consultado en: http://museopresidentes.org.mx/archivos/62.pdf. / Cervantes, Federico, Felipe Ángeles en la revolución: biografía (1869-1919), Gobierno del Estado de Hidalgo, México, 2008. / “Chihuahua en el tiempo: el antiguo Teatro de los Héroes”, inah. Consultado en: http://inahchihuahua.gob.mx/sala-de-prensa.pl?id=251. / Garfias Magaña, Luis, “El general Felipe Ángeles: esbozo de una biografía militar” en Felipe Ángeles en la Revolución, Adolfo Gilly (comp.), Era, México, 2016. / Gilly, Adolfo, Felipe Ángeles, el estratega, Era, México, 2019. / Gómez Peña, C. y Benjamín Herrera Vargas, Proceso de muerte del Sr. Gral. Felipe Ángeles fusilado el 26 de noviembre de 1919 en la Cd. de Chihuahua, Secretaría de Cultura, México, 2019. / Gutiérrez Müller, Beatriz, “Revista de Revistas, testigo del siglo xx”, en Excélsior (30 de junio de 2019). / Hernández y Lazo, Begoña y Ramiro González, Felipe Ángeles, inehrm, México, 2019. Disponible: https://inehrm.gob.mx/recursos/Libros/Felipe_Angeles_Begonia.pdf. / Moguel Aquino, Luis Enrique, Exilio maderista. Un estudio de caso: el licenciado Federico González Garza en Estados Unidos, 1913-1914, tesis de licenciatura en historia, unam, México, 2001, p. 2.

 

El proyecto del manifiesto de Felipe Ángeles

Ángeles fue un militar hidalguense leal a la revolución maderista. Tiempo después, acaecida la fractura entre convencionistas y carrancistas, se adhirió a la División del Norte. Con el triunfo del carrancismo y la dispersión de los convencionistas, Felipe Ángeles se separó de Francisco Villa y se fue a vivir con su familia a El Paso, Texas, para después trasladarse a Nueva York. Es en esta última ciudad donde, en 1918, firma su proyecto de manifiesto.

Las primeras cuatro fojas fueron redactadas por Ángeles mientras que la última corresponde a los comentarios y sugerencias señaladas por González Garza, su amigo y compañero de ideales políticos. De manera que cuando Ángeles fue aprehendido en Chihuahua, González imploró clemencia para el general, argumentando la fidelidad que éste tuvo, compartida con Carranza, al mandato de Madero durante su caída en la Decena Trágica.

En su documento, Ángeles enfatiza, a manera de subrayado, las palabras “desiderata” y “trabajar”: con la primera llama a respetar la voluntad del pueblo, mientras que la segunda la propone como vía para salvar al país de la crisis económica dejada por el carrancismo y su proyecto de nación, vertido en la Constitución de 1917. Coloca en mayúsculas al destinatario: “a todo el pueblo mexicano”. En cuanto a la foja de comentarios realizados por Federico González Garza, una sugerencia importante es que, al triunfo de la insurrección, se protegerá el sufragio sin distinción de partido para así contribuir a la “extinción del caudillaje”, subrayando esta última frase.

El proyecto de manifiesto de Felipe Ángeles parte de la Constitución de 1857 como una base teórica de la democracia y sus instituciones. Así, plantea la urgencia de un gobierno democrático, entendido como aquél elegido libremente por el pueblo, y que gobierna para su beneficio. Una de sus propuestas fundamentales es erradicar los gobiernos de caudillos y suprimir al ejército. El general Ángeles equiparó la figura del caudillo con la del dictador, siendo sus tropas un instrumento para el despotismo y la opresión.

En su proyecto llama a la restauración de la Constitución de 1857, argumentando que la de 1917, derivada del carrancismo, sólo creó crisis económica, odio e intransigencia en el país. Felipe Ángeles plantea también que durante la lucha se podrán nombrar autoridades locales provisionales designadas por el voto público y, al triunfo del movimiento, se velará por la legitimidad de las elecciones. En el documento evoca sus inicios en la Revolución, cuando en febrero de 1913 se adhirió como soldado al maderismo; desde entonces tuvo la convicción de defender las instituciones democráticas, y éste fue el principal motivo que lo llevó a sublevarse en 1918; asimismo, califica al gobierno carrancista de ilegal, inepto e inmoral y, en este sentido, cierra su manifiesto expresando su convicción de sacrificarse por la democracia para dejar ese legado de lucha e insurrección a futuras generaciones.


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Correspondencia entre hermanos

Federico González ocupó el cargo de gobernador del Distrito Federal durante la presidencia de Francisco I. Madero, mientras que Roque logró una diputación. Acaecida la Decena Trágica, y el subsecuente asesinato de Madero, ambos se unen a la División del Norte. En la Convención de Aguascalientes, Roque González fungió como representante de Francisco Villa y también fue comisionado para presidir las sesiones. Además, el 16 de enero de 1915, tras la toma de la Ciudad de México, es designado presidente interino, cargo que ocupó hasta el 10 de junio del mismo año, cuando fue obligado a declinar en favor de su secretario, Francisco Lagos Cházaro. A su renuncia, Roque González se reincorpora a las tropas de Villa. Posteriormente, los hermanos González se exilian en los Estados Unidos. Es en este contexto donde se produce la carta que Federico envía el 1° de mayo de 1918, desde Nueva York, a Roque, quien residía en San Antonio, Texas.

En el documento se tratan varios asuntos. En un primer momento se alude al 24 aniversario de la muerte de sus padres; el autor se expresa con nostalgia sobre los tiempos en que la familia estaba unida. Posteriormente, le informa sobre la conversación que sostuvo con Ángeles, a quien se refiere como “don Felipe”. Entre esto, reconoce compartir su misma visión, pero lamenta la “lentitud” en su toma de decisiones, ante lo cual considera que están en un deadlock (punto muerto), palabra que subraya, y enseguida completa: “ni para atrás ni para adelante”.

En la misiva, Federico González aparece como una especie de intermediario entre Ángeles y Roque, a quien le expone el deseo de aquél para que se una a la insurrección. El plan es proceder por regiones; una de ellas sería ocupada por Roque González.

Asimismo, le hace saber que le ha comentado sus opiniones a Ángeles, a quien Roque considera como “la persona en quien se debe poner los ojos”, es decir, quien debía encabezar el levantamiento contra Carranza. De esta manera, cuando Ángeles se subleva y es aprehendido en Chihuahua, Roque le dirige un telegrama a Carranza en el que suscribe: “San Antonio, Texas, Nov. 26 de 1919.― Señor Venustiano Carranza. ― Ciudad de México. ― Hombres que como usted, olvidan por pasión los grandes servicios prestados a México por el patriota Ángeles, merecen la condenación de su pueblo”.

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¿Qué sucedió en el Consejo de Guerra?

A grandes rasgos, el juicio puede dividirse en cuatro momentos: el interrogatorio a cada uno de los tres acusados, las declaraciones de los cuatro testigos, el careo que éstos tuvieron con Ángeles, y el debate que se llevó a cabo entre los abogados defensores y el agente del Ministerio Público.

Una de las controversias que se manifestó a lo largo de toda la audiencia fue precisamente respecto de las facultades de la instancia para juzgar a los procesados: “los tribunales militares, en ningún caso y por ningún motivo, podrán extender su jurisdicción sobre personas que no pertenezcan al Ejército”, explicó el coronel Alfonso Gómez Luna, defensor de oficio. Ante ese hecho quedaba resolver un cuestionamiento: ¿era o no Felipe Ángeles un miembro activo del Ejército mexicano? Una y otra vez, los abogados defensores Gómez Luna y Alberto López Hermosa argumentaron por la negativa. El revolucionario había pertenecido al Ejército federal de la época de Porfirio Díaz, pero ese grado “terminó con los tratados de Teoloyucan”; después militó en el Ejército constitucionalista, pero luego de la Convención de Aguascalientes la Secretaría de Guerra lo borró del escalafón; si bien la carrera militar del revolucionario era incuestionable, en ese momento no pertenecía a la institución castrense.

El general de Brigada Gabriel Gavira, presidente del Consejo Extraordinario de Guerra, reiteradamente se negó a solicitar a la autoridad competente un comprobante de que los acusados estaban registrados en el Ejército. Gavira y los demás miembros del Consejo se condujeron durante el juicio dando por hecho que tanto Ángeles como Enciso de Arce y Trillo debían ser procesados como militares.

¿Estaba Felipe Ángeles sustraído a la obediencia del gobierno constituido? Es una interrogante que se mantuvo en todas las alocuciones que se pronunciaron ese día en el Teatro de los Héroes de la ciudad de Chihuahua.

Ángeles explicó que su presencia en territorio mexicano obedecía a los objetivos trazados por una asociación formada en los Estados Unidos: la Liga Liberal Mexicana, que perseguía “la unificación de todos los elementos Mexicanos con el fin de hacer cesar los disturbios interiores de la República y evitar una Intervención Extranjera”. El Consejo negó la validez de tales afirmaciones y lo declaró culpable del delito de rebelión, basándose en el hecho de que, luego de haber vivido en los Estados Unidos, cuando volvió a México Ángeles se mantuvo en territorio dominado por las fuerzas villistas. Ante los cuestionamientos sobre su relación con Francisco Villa, Ángeles explicó que no fue sino su subalterno; que lo consideraba un hombre bueno, aunque se había separado de él porque consideraba inhumano el trato que éste daba a sus enemigos. Contó que muchas veces intercedió con éxito ante el llamado Centauro del Norte para “librar la vida a muchas personas y proteger la honra de muchas muchachas”.

Los cuatro testigos en los que el Consejo se apoyó para justificar su sentencia, Gabino Sandoval, Félix M. Salas, Arnulfo Basurto y Francisco Vázquez, fueron los captores de Felipe Ángeles y de sus compañeros de infortunio. Los últimos tres, además, habían sido combatientes villistas que se rindieron ante Gabino Sandoval. Para capturar a Ángeles, Salas le tendió una trampa: le ofreció refugio en una cueva y luego informó de ello a Sandoval, quien acudió en su búsqueda.

La acusación que el agente del Ministerio Público hizo en las primeras horas de la madrugada del 25 de noviembre de 1919 formó parte importante de su argumento en la afirmación de que Ángeles y sus acompañantes habían presentado combate al momento de su aprehensión, y aseguró que para ello se basaba en los dichos de estos testigos. “No puede constituir prueba de mi rebeldía la afirmación de personas de la amoralidad de Salas y Basurto, quienes me habían ofrecido hospitalidad y amistad y luego fueron a delatarnos”, espetó Ángeles.

Ángeles no desaprovechó ninguna oportunidad para denunciar que, independientemente de cómo se desarrollara el juicio, la sentencia de muerte en su contra ya había sido dictada… y no se equivocaba: mientras que a Enciso de Arce y a Trillo se les condenó a 20 años y a seis años ocho meses de prisión, respectivamente, a las 23:40 horas del 25 de noviembre de 1919 Felipe Ángeles fue sentenciado a la pena capital.

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Reminiscencia de González Garza para evitar el olvido

Habían pasado 11 meses desde que Felipe Ángeles informó a Federico González sus intenciones de volver al país para organizar y unir a las facciones liberales contra Venustiano Carranza. Aquel domingo 2 de diciembre de 1917 iniciaron una serie de reuniones entre los hermanos González Garza y el ex director del Colegio Militar, entre cuyos objetivos estaba mejorar el plan de Ángeles, pero también, quizá de manera disimulada, convencerlo de que, a pesar de sus intenciones de ciudadano patriota, no dejaba de ser peligroso.

El lunes 18 de noviembre, seguramente Federico González retomó su apunte de dos días antes y remarcó con lápiz la nueva fecha para hacer un recuento de la conferencia que tuvieron los miembros de la Alianza Liberal Mexicana con Felipe Ángeles. En el escrito se dejó constancia de la fundación de la alianza y de quienes la presidían. El hidalguense ocupaba el primer lugar. El escrito da cuenta de la planeación del intento; por él sabemos, por ejemplo, que se consideró necesario establecer comunicación con Francisco Villa para tener algunos elementos militares a favor. La cuarta foja del manuscrito termina con una referencia de González en la que nos cuenta la disposición de don Felipe y que durante el encuentro les habló a sus acompañantes de las dificultades para cumplir su objetivo. González rescató otro tipo de detalles, por ejemplo: el licenciado Ramón Prida manifestó su deseo de colaborar con el general, y Leopoldo Hurtado entregó a Ángeles 300 dólares para facilitar en algo sus gastos de viaje, entre otros.

El documento termina con una sensible reflexión de González Garza en la que expresa que tomó estos apuntes para no olvidar lo acontecido y, como anticipando lo que habría de ocurrir un año con siete días después, aclara que no dejaba pruebas sólo para evitar el olvido, sino también para que quedara constancia de que el general Felipe Ángeles planeó largamente su regreso para luchar y derrocar a Carranza.



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En La Habana Pedro Lamicq recibió información

Pedro Lamicq, escritor e íntimo amigo de Madero, solía firmar con el seudónimo de Cráter. La misiva fue expedida en Nueva York, el 12 de noviembre de 1918, y tiene como destino La Habana, Cuba, lugar donde radicaba Lamicq. En la comunicación se tocan diversos temas; entre ellos, destacan algunas de las actividades de la Alianza en la que Felipe Ángeles concentraba sus esfuerzos para consolidar su regreso a México.

Después de la cortesía acostumbrada al inicio de las cartas, el contenido se torna amargo. González Garza informa sobre la muerte de Francisco Urquidi, ingeniero que en sus años de estudiante consiguió becas para educarse en el extranjero al igual que sus hermanos Manuel y Juan Francisco. Los hermanos Urquidi regresaron al país en 1908 a ejercer su profesión de ingenieros; sin embargo, corrieron diferente suerte. Francisco, el mayor de los tres hermanos, fue cónsul de Carranza en Nueva York y posteriormente se identificó con los ideales villistas. El autor de la epístola menciona que el ingeniero esperó cuatro días para ser inhumado junto a otras dos mil víctimas que dejó la “spanish influenza”. Según lo cuenta, Urquidi falleció en una situación precaria, por lo que propone que el caso podría ser atendido por la Sociedad de Beneficencia que Lamicq preside, y cuya labor felicita. Este testimonio sobre Urquidi nos advierte sobre la situación que muchos exiliados atravesaban, muy semejante a la de Ángeles antes de regresar a México.

Por otra parte, la creación de la Alianza Liberal Mexicana se dio a conocer a compañeros de lucha, por lo que González Garza también le informa sobre la conformación del comité ejecutivo, que tenía como vocales a Felipe Ángeles, Villarreal y Llorente; como secretarios a Santibáñez, Del Valle y el licenciado Peláez, y como tesorero al propio Federico, quien también quedó comisionado para redactar una circular invitando a sus colegas a formar juntas similares.

En la carta, Federico González le hace saber a Lamicq sobre la invitación de la Alianza a las Conferencias de Trabajadores Panamericanos, a inaugurarse el 12 de noviembre de 1918 en Laredo, a las que enviarían como delegados a Villarreal, a su hermano Roque y a Ismael Palafox. González consideraba que la Alianza se beneficiaría con su asistencia a dichas conferencias. Destaca la solicitud del nombre de tres personas “de filiación netamente liberal revolucionaria” para poder constituir la primera junta en La Habana, ofreciendo que, previamente, le haría llegar una copia de las bases y el reglamento de la misma.

Para cerrar, González se autodefine como un ciudadano del mundo que espera ver a la Humanidad emancipada, y le comunica su satisfacción respecto del triunfo de los Aliados en la segunda Guerra Mundial, lo que para él significa el fin de las autocracias. No obstante, expresa que aún le falta satisfacer su anhelo más profundo: el que dicho triunfo se vea reflejado en el bien de México.

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Felipe Ángeles en Estados Unidos

Esta serie de cuatro documentos, fechados entre el 2 de diciembre de 1917 y el 2 de enero de 1918, fueron escritos por Federico González Garza en Nueva York. En estos apuntes seleccionados, el autor hace un recuento sobre las reuniones que sostuvo con el ex general Felipe Ángeles y en las cuales discutieron la pertinencia del regreso de Ángeles a México para emprender un movimiento contra Venustiano Carranza. Los manuscritos son el testimonio de un hombre que participó en el proceso revolucionario de principios del siglo xx mexicano y, en la sexta foja del apunte del 18 de noviembre de 1918, González Garza dejó claro el motivo por el que escribió estos textos: “temor de olvidar lo que pasó”.

González Garza provenía de una familia sencilla y tuvo que sortear grandes dificultades: pronto se dio cuenta de que los estudios profesionales de derecho no le garantizaban una estabilidad económica por lo que decidió sumarse al movimiento antirreeleccionista y estrechar su relación con Francisco I. Madero, con quien no sólo tenía ideas afines, sino que también ocupó varios cargos en el gobierno de éste. ¿Qué hacía González en Nueva York? Después de la Decena Trágica, Federico González se exilió en los Estados Unidos, al igual que otros maderistas y como lo hizo también el mismo Felipe Ángeles en 1915, después de la disolución de la División del Norte tras su derrota en las batallas de Celaya.

Los apuntes de González Garza nos dan información importante sobre el regreso de Ángeles; en estos escritos pueden seguirse los cambios y las adecuaciones del manifiesto con el que el ex general pretendía volver, así como algunos comentarios, opiniones y apreciaciones que tenía del talentoso militar. Respecto del manifiesto de Ángeles, el autor comentó el 2 de diciembre que el escrito era breve y específico, por lo que el pueblo no lo comprendería plenamente; cabe recordar que la opinión de González era importante para el militar no sólo por su profesión de abogado, sino también porque participó en la revisión del Plan de San Luis y tenía conocimiento de causa.

La insistencia de Ángeles en que González Garza revisara el manifiesto resulta evidente; este último, en repetidas ocasiones, le hizo saber lo delicado de la empresa a través de sus comentarios al proyecto, el cual omitía importantísimas acciones necesarias para organizar al nuevo gobierno en caso de que Ángeles tuviera éxito. El hábito de González Garza de escribir notas de sus encuentros nos permite saber que la gente más cercana al general Ángeles pasó más de un año tratando de hacerlo desistir de regresar al país estando claramente en desventaja ante Carranza.

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La convocatoria de Felipe Ángeles

La convocatoria de Felipe Ángeles es un documento mecanografiado de seis fojas dirigido al pueblo mexicano, fechado en 1919; tiene como antecedente el proyecto de manifiesto que el autor y Federico González trabajaron casi un año en Nueva York durante 1918. En el texto, Ángeles mantiene los planteamientos centrales de su proyecto. Tanto al inicio del documento como al final aparecen un par de leyendas manuscritas: la primera, determina el asunto del documento: “llamada del general Felipe Ángeles, lanzada a penetrar territorio nacional, a luchar contra el régimen carrancista”. En la última nota se lee: “copia directa del original, sacada por el mismo general Ángeles, y entregada al Sr. Roque González Garza, quien la tiene en su poder”. Se recordará que los hermanos González Garza fueron militantes adeptos a la revolución maderista, y compañeros de ideales políticos de Ángeles, quienes le sirvieron de apoyo en su proyecto de insurrección contra el carrancismo.

Felipe Ángeles señala que el movimiento liberal mexicano alcanzó su cristalización con la Constitución de 1857, integrada por las Leyes de Reforma; sin embargo, éste quedó obstaculizado con el gobierno de caudillos sostenidos por el ejército, al que califica de predemocrático. Al ex general le resultaba claro que el pueblo de México aspiraba a ser gobernado bajo dicha Constitución. El destacado militar en su llamamiento consideraba a la democracia como un camino a la “evolución” de la sociedad mexicana, cuya primera fase comienza con el establecimiento de un gobierno democrático legítimo, caracterizado por “autoridades reales” elegidas por el pueblo, las cuales consignen en nuevas leyes las reformas que anhele la sociedad. Este último punto —el de la elaboración de reformas— es una de las diferencias que pueden advertirse entre el proyecto de manifiesto y la convocatoria.

Otras de las diferencias que presenta dicha convocatoria respecto al proyecto de manifiesto son las siguientes: se propone sustituir al ejército permanente —instrumento de opresión en el gobierno de caudillos— por un ejército nacional que sea representante genuino del pueblo. Asimismo, se plantea perfeccionar las instituciones a partir de las reformas necesarias para el Estado.

En este documento, Felipe Ángeles aborda detenidamente cómo se convocará a elecciones, tanto a nivel local como nacional, luego de que el levantamiento tenga éxito. Apunta que en la medida en que se vayan pacificando los estados, sus gobernadores llamarán a comicios para elegir a las autoridades locales. Cuando acontezca el triunfo definitivo, el jefe del movimiento convocará a votaciones para nombrar a las autoridades federales. En este punto se incluye la observación que Federico González hizo en el proyecto, en la que se estipula respetar el sufragio sin importar el partido político de adscripción; esto en contraparte a las acciones de Carranza, quien privó de votar a quienes no simpatizaban con él.

Felipe Ángeles comparó al gobierno de Carranza con el de Santa Ana, cuando no había constitución ni instituciones estables; de ahí que el objetivo central de esta convocatoria y de su movimiento sea restaurar la Constitución de 1857. El trabajo realizado en “confraternidad” será en este proyecto un deber patriótico cimentado en el apoyo entre mexicanos, en el que se antepondrán las garantías de vida y la ayuda servicial.

Ángeles manifiesta preocupación por el peligro que representa tener un vecino poderoso, como los Estados Unidos, quien podría aprovechar el clima de inestabilidad política para realizar una intervención en el país. Finaliza advirtiendo que, en caso de fracasar en la contienda, su sacrificio aumentará el prestigio de la causa y la bandera de la democracia pasará a manos más dignas.

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La captura y el fusilamiento de Felipe Ángeles

La captura y el fusilamiento de Felipe Ángeles fueron difundidos en distintos medios de circulación nacional, entre ellos El Demócrata. Diario Libre de la Mañana, y la denominada Revista de Revistas, publicada por primera vez en enero de 1910 y que tuvo aparición semanal a lo largo de seis décadas, transitando del porfiriato a los gobiernos emanados de la Revolución mexicana. En tanto que El Demócrata fue un diario constitucionalista, publicado entre 1914 y 1926, adepto al gobierno en turno.

En el número 1003 de ese mismo periódico, publicado el jueves 20 de noviembre de 1919, se anuncia la captura de Ángeles con un encabezado en mayúsculas y a tinta roja, y con el subtítulo de: “un capitán de la defensa social del Valle de los Olivos, realizó esta hazaña”. La noticia de la captura aparece al lado de otra titulada “El bolcheviquismo se abate sobre el estado de Yucatán, Felipe Carrillo excita a los indios al incendio”, la cual nos deja entrever el complicado clima político y social que se vivía en distintas regiones del país, de norte a sur.

La nota de El Demócrata ocupa tres de las ocho columnas de la plana y es ilustrada por un retrato del rostro de Felipe Ángeles titulado “el prisionero del Valle de los Olivos”, a quien se le acusa de haber desertado del Ejército Constitucionalista —del cual formó parte hasta septiembre de 1914—, así como de desconocer al gobierno de Carranza. Se le describe como “el segundo de Villa”; relata que al momento de ser capturado se disponía a ganar la frontera con los Estados Unidos, en representación de Doroteo Arango. Por otro lado, informa de una reunión celebrada el 12 de noviembre de 1919 en la que hubo desavenencias entre ambos porque Felipe pretendía ser nombrado jefe de Operaciones en Michoacán, título que le fue negado por Villa, lo que lo llevó a pedir su baja en dicho ejército. Empero, en la declaración presentada por Ángeles durante el juicio, éste señala no haber tenido contacto con Villa desde tiempo atrás.

La prensa y diversos medios de comunicación dieron a conocer la noticia de la captura y el juicio, y una vez consumada la sentencia que dictó el Consejo Extraordinario de Guerra, se dedicaron algunas líneas para hablar sobre el ex general. En Revista de Revistas, publicada el domingo 30 de noviembre de 1919, se menciona que Ángeles fue capturado en el cerro de las Moras de la sierra de Nonoava, Chihuahua, por un contingente al mando de Gabino Sandoval, a quien se le premió con 10 mil pesos. Dicha nota es acompañada por cuatro retratos de Felipe Ángeles: uno como coronel facultativo de Artillería, el segundo como revolucionario, el tercero en traje de civil durante 1912, y el último se trata de un retrato al iniciarse la revolución constitucionalista. Tanto en El Demócrata como en Revista de Revistas se menciona que el tribunal falló en favor de la pena de muerte para el ex general Ángeles, dando una sentencia de 20 años de prisión para el mayor Néstor Enciso de Arce y seis años para el soldado Alfredo Trillo.

Paradójicamente, tres meses después de que el Consejo sentenció a Felipe Ángeles por no reconocer a Venustiano Carranza como Presidente de la República, Gabriel Gavira se incorporó al Plan de Agua Prieta, también desconociendo a Carranza.

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Al pie de la letra

La captura, el juicio, la sentencia y el fusilamiento de Felipe Ángeles quedaron documentados en una serie de comunicaciones y telegramas fechados entre el 20 y el 27 de noviembre de 1919, los cuales pertenecen al Archivo Militar de la Sedena, y se encuentran sellados por lo que entonces fuera la Secretaría de Guerra y Marina.

En un mensaje del 20 de noviembre de 1919 se menciona que el presidente Venustiano Carranza recibió del general Manuel M. Diéguez la noticia de que el jefe de Defensa, Gabino Sandoval, había hecho prisionero al “cabecilla ex federal” Felipe Ángeles y a cuatro individuos más, el día 15 de noviembre a las cuatro de la tarde. En un telegrama, con la misma fecha, enviado por el general M. M. Acosta, jefe de los sectores Jiménez y Camargo, al secretario de Guerra, se informa que se recibió en calidad de prisioneros a Ángeles, Néstor Enciso, Juan Primera, Antonio Trillo y José Holguín Muñiz. Para el 22 de noviembre de 1919, el general de Brigada, F. L. Urquizo le escribe un telegrama al general Diéguez, solicitando que se forme el proceso, se convoque a Consejo Extraordinario y se cumpla la sentencia del delito imputable a Felipe Ángeles.

Cabe señalar que el 24 de noviembre hubo un intercambio de telegramas entre los generales Diéguez y Urquizo. Primeramente, éste se da por enterado sobre el Consejo de Guerra conformado contra Felipe Ángeles y los demás procesados. En calidad de muy urgente, Diéguez le informa que es casi seguro que los defensores de Ángeles pidan al Consejo que se suspenda la ejecución, apelando a la fracción 5 del artículo 107 de la Constitución federal, a lo cual Urquizo responde que por ningún motivo se suspenderá el Consejo de Guerra sin antes pronunciar la sentencia y llegar a la ejecución de la misma. Un día después, el 25 de noviembre, en calidad de urgente y muy urgente, hay un intercambio de telegramas entre Urquizo y Alfonso Gómez Luna, éste último siendo el defensor de oficio de los acusados. En la primera comunicación, Gómez Luna suplica suspender la ejecución de la pena de muerte para Ángeles, apelando al artículo 402 de la Ley Procesal Militar, a lo que Urquizo contesta no tener conocimiento de los resultados del Consejo de Guerra que juzgó a Felipe Ángeles y socios, por lo que no puede ordenar la suspensión de lo solicitado.

Posteriormente, en otro telegrama de carácter urgente, Urquizo pone al tanto al general Diéguez de que —como él se lo había anticipado— los defensores solicitaron la suspensión de la sentencia para Ángeles y sus compañeros, pero que argumentó no conocer el fallo, y así fue negada la solicitud. En un telegrama urgente emitido por Diéguez, fechado el 26 de noviembre, se informa que la noche anterior, siendo las 11:55 pm, el Consejo Extraordinario de Guerra condenó a Felipe Ángeles a la pena capital, al mayor Néstor Enciso a 20 años de prisión, y a Antonio Trillo, a seis años y ocho meses de prisión. Por último, en un telegrama del 27 de noviembre de 1919 firmado por también por Diéguez, se comunica al Presidente de la República que a las 6:45 am se cumplió, en el interior del cuartel 21, la sentencia dada por el Consejo en contra del ex general Felipe Ángeles.

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El fin de las especulaciones en torno al destino de Felipe Ángeles

El encabezado de este periódico confirmó las especulaciones en torno al destino de Felipe Ángeles. Escrito en tinta roja se anunció que la sentencia se había cumplido, a pesar de los telegramas en favor del reo y la defensa que se presentó ante el Consejo Extraordinario de Guerra. Pero el periódico no sólo ayudó a difundir la noticia de la “terrible sentencia”; también, con significativas imágenes, refirió algunos momentos de la vida del destacado general, e incluyó una fotografía del Teatro de los Héroes.

La trascendencia del juicio fue tanta que incluso la nota hace referencia a una edición extra publicada un día antes con la noticia del fusilamiento, misma que se agotó en tiempo récord pues tal era el interés por conocer los pormenores del caso. El mismo periódico transcribió el telegrama que un corresponsal mandó especialmente. Desde la ciudad de Chihuahua se remitieron los detalles sobre lo acontecido en el norte del país; informaron la actitud serena de Ángeles a pesar de que se le pasaría por las armas, y las lecturas a las que se dedicó. Según los testimonios, Felipe Ángeles confiaba que su muerte ayudaría en algo a resolver algunos problemas de la nación por la que tanto había combatido. Con sus visitantes compartió la sensibilidad que siempre lo caracterizó y dedicó varios autógrafos. Se sabe que se quedó a solas para dormir un poco. El informante asienta que desconoce si el ex general, en su celda al interior del 21 Regimiento de Caballería, pidió auxilio espiritual, pero sí comunica que escribió algunas cartas a su familia, que se encontraba en los Estados Unidos.

Después de dormir un poco, despedirse de sus acompañantes y de agradecer las diligencias de López Hermosa ante el Consejo Extraordinario de Guerra, Felipe Ángeles enfrentó sus últimos momentos con entereza y, firme, siguió al mayor Campos al paredón. El 26 de noviembre a las 6:55 de la mañana, aseguran que se cumplió la sentencia. Una descarga de 10 fusiles fue la última escena en vida de Ángeles.

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Felipe Ángeles enfrenta al consejo de guerra

Se dice que en el Teatro de los Héroes de la ciudad de Chihuahua las autoridades militares repartieron cerca de cinco mil tarjetas de permiso para que la población presenciara el juicio del reconocido general Felipe Ángeles, del mayor Néstor Enciso de Arce y de Antonio Trillo. La versión de que el teatro tuvo tal cantidad de concurrentes es cuestionable, ya que entre palcos y butacas la capacidad del recinto era de 2400 espectadores; no obstante, sigue siendo una cifra considerable. Los asistentes más cercanos vieron lo que la fotografía ha rescatado de aquel juicio ocurrido hace ya cien años.

El lunes 24 de noviembre de 1919, muy de mañana, inició el proceso de los tres cautivos. Como bien se aprecia en la fotografía, los acusados están sentados en sillas de altos respaldos —lado izquierdo—, mientras que el Consejo Extraordinario de Guerra, imponente, al frente de una gran mesa, ocupa poco más de la mitad en la escena captada. Podemos notar a Felipe Ángeles cabizbajo; sabemos que es él porque alguien numeró a los acusados y en la parte central escribió los nombres de los reos y del presidente del Consejo, aunque a éste no se le señaló. Otro curioso detalle: detrás de los acusados se nota perfectamente la guardia que vigilaba que el juicio se desarrollara sin ninguna interrupción. La elegancia del recinto escénico contrastó con lo sensible del acontecimiento.

Tenemos un testimonio fotográfico importantísimo del juicio que sentenció a muerte a Felipe Ángeles; ¿quedó registro de aquella multitud que presenció el proceso?, ¿se consumó la injusticia con más de 2400 personas como testigos?, ¿efectivamente había tal multitud?... Se infiere que la cifra que proporciona el militar Federico Cervantes puede ser poco certera, sin embargo, es posible, dada la trascendencia del juicio, que centenares acudieran a presenciar semejante acontecimiento. Por lo pronto, otro detalle que podemos apreciar en la fotografía se encuentra en la parte inferior, donde vemos de espaldas a algunos de los asistentes. Estas figuras masculinas dan cuenta de que en el proceso no estuvieron sólo las partes, sino otras personas de las que no tenemos más noticias.

La llegada de Ángeles a Hidalgo del Parral causó revuelo entre la población. Cabe destacar que la prensa jugó un papel importante para dar a conocer la noticia, ya que desde el 18 de noviembre se había anunciado su situación; para el juicio ya habían pasado seis días desde que en la ciudad de Chihuahua se sabía de su captura. Federico Cervantes, en la biografía que hizo del ilustre militar, menciona que era de dominio público que el 22 de noviembre arribaría a la ciudad el reo y que “millares de almas” asistieron a la estación para esperar su llegada. El mismo biógrafo y amigo relata que el gobierno tomó precauciones para controlar cualquier posibilidad de rescate del general. La simpatía que había despertado Ángeles atrajo a numerosos interesados, así como también diferentes personalidades trataron de intervenir en favor del general haciéndole llegar telegramas a Manuel Diéguez con peticiones para que se le perdonara la vida.

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Créditos y material de apoyo

Créditos:

Investigación y curaduría: Amairani Tello y Rebeca Flores

Colaboradores: Imelda Aguirre, Cora Amador, Ivonne Charles, Atzelbi Hernández, Jesús Plácido y Danae Ortiz

Cuidado editorial: Rebeca Flores

Diseño gráfico y diseño web: Mauricio Espinosa Azócar

Material de apoyo:

Bazant, Mílada, “Estudiantes mexicanos en el extranjero: el caso de los hermanos Urquidi”, Historia Mexicana, núm. 4, vol. 36 (El Colegio de México, abril de 1987), pp. 739-758.

Calzadíaz Barrera, Alberto, General Felipe Ángeles, Secretaría de Cultura, México, 2019.

Canales Santos, Álvaro, “Roque González Garza. Presidente de México 1915”, Museo de los presidentes coahuilenses. Consultado en: http://museopresidentes.org.mx/archivos/62.pdf

Cervantes, Federico, Felipe Ángeles en la revolución: biografía (1869-1919), Gobierno del Estado de Hidalgo, México, 2008.

“Chihuahua en el tiempo: el antiguo Teatro de los Héroes”, inah.
Consultado en: http://inahchihuahua.gob.mx/sala-de-prensa.pl?id=251

Garfias Magaña, Luis, “El general Felipe Ángeles: esbozo de una biografía militar” en Felipe Ángeles en la Revolución, Adolfo Gilly (comp.), Era, México, 2016.

Gilly, Adolfo, Felipe Ángeles, el estratega, Era, México, 2019.

Gómez Peña, C. y Benjamín Herrera Vargas, Proceso de muerte del Sr. Gral. Felipe Ángeles fusilado el 26 de noviembre de 1919 en la Cd. de Chihuahua, Secretaría de Cultura, México, 2019.

Gutiérrez Müller, Beatriz, “Revista de Revistas, testigo del siglo xx”, en Excélsior (30 de junio de 2019).

Hernández y Lazo, Begoña y Ramiro González, Felipe Ángeles, inehrm, México, 2019.
Disponible: https://inehrm.gob.mx/recursos /Libros/Felipe_Angeles_Begonia.pdf

Moguel Aquino, Luis Enrique, Exilio maderista. Un estudio de caso: el licenciado Federico González Garza en Estados Unidos, 1913-1914, tesis de licenciatura en historia, unam, México, 2001, p. 2.

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