Plano general actual del sitio, elaborado por el Proyecto Yaxchilán (inah) del arqueólogo Roberto García Moll (2003, p. 32, fig. 6). Modificado para delimitar el Sector B que Maler denominó La cadena de templos cerca del pie de la cuesta noreste de la cadena montañosa de la Acrópolis Mayor y Menor.

SECTOR B: LA CADENA DE TEMPLOS CERCA DEL PIE DE LA CUESTA NORESTE DE LA CADENA MONTAÑOSA DE LA ACRÓPOLIS MAYOR Y MENOR

En la parte más baja de las colinas que circundan al Terraplén Curvo o la Gran Plaza, Teobert Maler agrupó otro conjunto de edificios ubicados en esta área, las Estructuras 20, 21, 22, 23 y 24, todos dispuestas al pie de la colina en la que se encuentra el complejo arquitectónico que denominó Acrópolis Mayor.

Trabajos posteriores, en la década de 1930 por John S. Bolles y en el periodo comprendido entre 1973 y 1985 por el Proyecto Yaxchilán dirigido por Roberto García Moll, han permitido no sólo identificar estructuras que previamente no habían sido reportadas en el área monumental del sitio, sino también definir con mayor precisión los conjuntos arquitectónicos de Yaxchilán, por lo que en la actualidad las Estructuras 20, 21, 22, 23 y 24 se conciben como parte del conjunto mayor denominado: la Gran Plaza. Cabe mencionar que entre este grupo de edificios no sólo se hallaron ofrendas, sino también la mayoría de los contextos funerarios más suntuosos de Yaxchilán.

La Estructura 20 se encuentra orientada hacia el río Usumacinta, dispuesta sobre una plataforma monumental adosada al pie de la colina de la Acrópolis Mayor, cerrando al suroeste el espacio delimitado por las Estructuras 4, 5 y 8. Teobert Maler también denominó a esta construcción el Templo del Pájaro, debido a que en dos de sus dinteles reconoció la ofrenda de un pájaro como un don sacrificial.

Maler señaló la importancia de la Estructura 20 por su gran número de monumentos asociados, entre ellos: cuatro estelas (4, 5, 6 y 7), altares y tres dinteles (12, 13 y 14); incluso consideraba que la Estela 3 con su altar, pese a su lejanía, habría formado parte del conjunto escultórico del edificio. En la descripción general de la Estructura 20 indicó la presencia de tres accesos con dinteles labrados, además de nichos sobre el friso, probablemente ornamentados. Así también reportó la presencia de restos de pintura roja y decoración en estuco en diversos sectores de la construcción. En el tiempo en el que este explorador visitó esa construcción encontró totalmente colapsada la porción sureste, no obstante, su acuciosa mirada le permitió hacer dibujos reconstructivos hipotéticos.

Al interpretar las representaciones en los monumentos, Teobert Maler reconoció en el dintel 12 a un guerrero de alto rango, presuntamente un halachvinic, sosteniendo una lanza con la mano derecha y, con la izquierda, la cuerda con la que lleva atados a dos prisioneros, mientras que otro guerrero frente a él le presenta otro par de cautivos atados. En los dinteles 13 y 14 refirió una misma escena, en la que una mujer de alto rango, sosteniendo un abanico de plumas, ofrece a un sacerdote una charola con un pájaro como don sacrificial, mientras que aquél le presenta el torso de una deidad y también sostiene un abanico de plumas. En el caso de las estelas 4, 5, 6 y 7, la mayoría las encontró fragmentadas, con sus dos caras labradas, señalando que el lado orientado hacia el río, el llamado “lado humano”, generalmente se hallaba erosionado, reconociendo apenas las siluetas de los personajes, mientras que, en el lado orientado hacia los edificios, el supuesto “lado divino”, que frecuentemente halló en mejores condiciones, reconoció en todos los casos a deidades, siendo recurrente el denominado “dios benéfico”.

A principios de la década de 1980, el Edificio 20 fue intervenido y consolidado por parte del Proyecto Yaxchilán, dirigido por el arqueólogo Roberto García Moll, siendo durante estos trabajos que se dio el hallazgo de una escalinata jeroglífica asociada al acceso a la estructura (Escalinata Jeroglífica 5), la cual narra diversos acontecimientos bélicos protagonizados por el Itzamnaaj B’alam III, quien reinó entre 769 y 800 d.C. En cuanto al resto de monumentos escultóricos asociados a la Estructura 20, los estudios epigráficos contemporáneos indican que todos ellos (dinteles y estelas) aluden a diversos pasajes asociados al mencionado Itzamnaaj B’ahlam III (también conocido como Chel Te’ Chan K’inich), salvo el caso de la Estela 6, que refiere al abuelo del soberano, Yaxuun B’ahlam III, quien habría gobernado en Yaxchilán entre 629 y 669 d.C.


La Estructura 21 se encuentra orientada hacia el río Usumacinta, dispuesta sobre una plataforma monumental adosada al pie de la colina de la Acrópolis Mayor, y contigua a la Estructura 20 y a la escalinata monumental que dirige hacia la Estructura 33. Teobert Maler denominó a esta construcción el Templo con los Dinteles Arrancados, aludiendo con ello a los monumentos esculpidos (dinteles 15, 16 y 17), que se encontraban asociados a los tres accesos a la cámara central y que fueron aserrados entre 1882 y 1883 por órdenes de Alfred P. Maudslay para ser llevados al Museo Británico.

Maler hizo los dibujos de corte y planta del Edificio 21, además de una breve descripción donde refirió que se trata de una “estructura de 18 m de largo, con tres cámaras: una grande central de 6.66 m de largo y otras dos más pequeñas, una a cada lado”. No obstante, él consideraba que la construcción no tenía mayor importancia tras haber sido despojada de sus dinteles labrados.

En 1983, la Estructura 21 fue intervenida y consolidada por parte del Proyecto Yaxchilán, dirigido por el arqueólogo Roberto García Moll, siendo durante estos trabajos que se determinó que la construcción tan sólo consta de una amplia crujía, que es la que Maler denominó como la cámara principal; en tanto que lo que dicho explorador creyó como dos pequeñas cámaras adosadas, en realidad son dos construcciones independientes aledañas al edificio y que fueron designadas como Edificios 73 y 89. Cabe mencionar que durante la de éstos se encontró al interior de la crujía una estela labrada con una fecha inscrita en 741 d.C., la cual representa a la señora Uh Chan Le’m [?], madre del gobernante Yaxuun B’ahlam IV (Estela 35), y además, en el muro posterior, se halló una elaborada representación palaciega sobre estuco pintado que muestra a personajes de la élite sobre una banqueta. Asimismo, debajo del piso del edificio se localizaron ofrendas, entierros y una suntuosa tumba de un personaje femenino.


La Estructura 22 se encuentra orientada hacia el río Usumacinta, dispuesta sobre una plataforma monumental adosada al pie de la colina de la Acrópolis Mayor, cerrando al suroeste el espacio delimitado por las Estructuras 10 y 13, y flanqueando a la escalinata monumental que conduce a la Estructura 33. Teobert Maler denominó a esta construcción como la Estructura de las inscripciones o Edificio de las inscripciones, debido a la gran cantidad de dinteles asociados que identificó (dinteles 18, 19, 20, 21, 22 y 23)

Maler hizo la descripción del edificio y sus monumentos, además de que dibujó su planta arquitectónica, en la que indicó seis accesos: cuatro en la parte frontal, uno en un costado y otro en la fachada posterior; a todos los que asoció un dintel labrado. Este explorador además indicó que todos los dinteles se encuentran labrados con glifos, por lo que, ante la imposibilidad de descifrarlos en ese tiempo, tan sólo procedió a describirlos brevemente, dibujarlos y fotografiarlos, señalando dimensiones y cantidad de glifos. Al respecto, cabe hacer mención que, si bien Maler señaló la existencia hipotética del dintel 23, en asociación al acceso del extremo noroeste del edificio, este monumento nunca fue hallado ni por él mismo ni por estudiosos posteriores.

En décadas subsecuentes, diversos estudiosos visitaron Yaxchilán, entre ellos: Sylvanus G. Morley e Ian Graham, quienes corrigieron el dibujo de la planta arquitectónica del Edificio 22, e incluso documentaron la presencia de un altar labrado (Altar 17), que aunque Maler ya lo había reportado, no ofreció más información que su simple mención. No obstante, entre 1981 y 1983, bajo el Proyecto Yaxchilán, dirigido por Roberto García Moll, que se excavó y consolidó el edificio, dándose a conocer sus características generales y corrigiendo en gran medida las plantas arquitectónicas que se habían hecho de la construcción. Asimismo, al no hallarse el mencionado el dintel 23, al que hacía alusión Maler, se utilizó dicha numeración para un monumento descubierto en el Edificio 23.

Los estudios epigráficos han indicado que en su mayoría los dinteles labrados no son contemporáneos a la edificación de la Estructura 22, sino que debido a su estilo son más antiguos y debieron ser traídos de una construcción anterior, siendo entonces, el dintel 21, el único contemporáneo a la construcción del edificio. En dicho monumento se registra un ritual protagonizado por el gobernante Yaxuun B’ahlam IV en 752 d.C.


Las Estructuras 23 y 24 se ubican sobre una plataforma monumental adosada al pie de la colina de la Acrópolis Mayor y se disponen contiguos formando una “L”, delimitando un espacio semicerrado que se abre hacia el Terraplén Curvo o Gran Plaza. Teobert Maler también denominó a la Estructura 23 como el Templo de la Cabeza de Tigre, debido a la representación presente en el dintel 26.

En su descripción y dibujo de la planta de las estructuras, Maler apenas bosquejó una construcción con dos accesos refiriéndose al Edificio 24, centrando mayormente su atención en el Edificio 23, al que calificó como un “edificio que data del último y mejor periodo de la arquitectura maya”. Dicha estructura fue descrita como una construcción conformada por dos crujías paralelas con subdivisiones al interior e intercomunicadas entre sí por dos vanos, refiriendo además siete accesos al Edificio 23: cuatro en la parte posterior y tres en la fachada frontal, los cuales encontró alineados con tres altares, siendo el de en medio el de mayores dimensiones (Altar 18). Asimismo, este explorador llamó la atención sobre los restos de una crestería calada sobre el techo de las cámaras abovedadas y de restos de decoración estucada en la cornisa, además de que en el muro posterior de la cámara principal observó “rastros de pintura roja con volutas verdes y azules”.

En lo concerniente a los monumentos labrados de este edificio, Maler denunció el saqueo previo de los dinteles 24 y 25, que fueron arrancados de sus respectivos vanos para posteriormente aserrarlos en su parte posterior y así aligerar el peso que permitiera transportarlos. No obstante, entre las ruinas del colapsado acceso frontal noroeste, le fue posible recuperar el dintel 26, que encontró partido en dos, con la mitad inferior presentando cierto grado de erosión. La representación de este monumento, que aún conservaba restos de pintura azul celeste, Maler la interpretó como una escena donde una mujer de alto rango ofrece un tocado con cabeza de felino a un sacerdote que realiza un sacrificio y sostiene un cuchillo en una de sus manos. Por otra parte, en lo concerniente a los monumentos asociados al Edificio 24, este explorador sólo refirió un par de dinteles labrados en cada uno de los dos accesos que identificó (dinteles 27 y 28), los cuales, al sólo contar con inscripciones glíficas en una de sus caras, no interpretó y se limitó a tomar fotografías y a hacer una breve descripción contabilizando la cantidad de glifos que contienen.

A finales de las décadas de 1970 y principios de 1980, se exploraron y consolidaron los Edificios 23 y 24 por parte del Proyecto Yaxchilán, dirigido por el arqueólogo Roberto García Moll; durante estos trabajos se definieron las características de ambas construcciones corrigiendo así las plantas arquitectónicas que habían presentado no sólo Teobert Maler, sino otros estudiosos posteriores. En las excavaciones de los mencionados edificios se hallaron dos nuevos dinteles, uno en cada edificio; se trata del dintel 23 en el Edificio 23 y el dintel 59 en el Edificio 24; además se recuperaron no sólo ofrendas, sino también diversos entierros y tres tumbas con un rico ajuar de piedra verde, concha, hueso y cerámica.

Los estudios epigráficos han señalado que los dinteles del Edificio 23 narran diversos acontecimientos protagonizados por el gobernante Itzamnaah Kokaaj B’ahlam II y su principal esposa, la señora K’ab’al Xook, entre los años 681 y 726 d.C. Por su parte, los dinteles del Edificio 24 registran los fallecimientos del gobernante Itzamnaah Kokaaj B’ahlam II en 742 d.C., su madre, la señora Pakal Naal en 705 d.C., y sus esposas: la señora K’ab’al Xook en 749 d.C., y la señora Uh Chan Le’m[?] en 751 d.C.


La Estela 2 se localiza al inicio de la gran escalinata que dirige a la Estructura 33 desde el Terraplén Curvo o Gran Plaza. Teobert Maler encontró este monumento caído y fracturado, estimando su altura en 1.67 metros. En su descripción, este explorador señaló que sólo identificó labrada una cara del monumento, siendo probable, a su parecer, que aquella que quedó expuesta hubiera perdido su relieve.

Maler consideraba que la escena en la Estela 2 representaba “algún suceso sangriento”, y reconoció en la base ornamental “un solo glifo cronológico, que se puede interpretar como la novena serie de años, o bolonahau. (La cara representa la palabra ahau = rey, sobre la cual se puede distinguir con claridad el número 9 = bolon)”; refiriéndose al personaje representado, en sus propias palabras, lo identificó como:

… un guerrero con los dos brazos cortados. Está representado de frente, y sólo la cara está de perfil. Sobre su tocado parece estar sentado un gnomo (ppus), y de su occipucio cae hacia atrás una gran pluma; otra, que se proyecta hacia el frente, pasa por la nariz del guerrero […] Frente al guerrero, cerca de la orilla, hay una punta de lanza con pendientes, pero sin mango, para indica que ésta se ha vuelto inútil, ya que el guerrero ha perdido sus brazos y no puede sostenerla” [Maler, 1986: 104].


En 1983 fue intervenida la gran escalinata que da acceso a la Estructura 33, por parte del Proyecto Yaxchilán, bajo la dirección de Roberto García Moll, siendo durante estos trabajos que se definió la posición de la Estela 2, empotrada en una caja, al centro de un basamento bajo. Por su parte, los estudios epigráficos han coincidido en señalar que el monumento registra una fecha en 613 d.C., no obstante, debido a la erosión de los glifos, no es claro ni el acontecimiento ni el personaje a los que se alude, aunque se ha propuesto que se trate de una representación del decimocuarto gobernante de Yaxchilán.

Cabe mencionar que la naturaleza del tallado de la escena ha despertado el interés de los estudiosos, pues se ha sugerido que la representación pudo ser retrabajada de una anterior, lo que explicaría, en parte, el por qué no están claramente indicados los brazos del personaje, aspecto que en su momento llevó a Maler a considerar que carecía de ellos.