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Pronunciamientos y amnistías. Plan de Montaño
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Pronunciamientos y amnistías. Plan de Montaño

En los años de la primera Presidencia de la República mexicana, presidida por Guadalupe Victoria, y fungiendo como vicepresidente Nicolás Bravo, la pugna entre las logias masónicas era patente. Buena parte de los políticos mexicanos estaban afiliados a uno de los ritos masónicos existentes: el de York y el escocés. Cuando se renovó el Congreso en 1826, la mayoría de los legisladores eran partidarios de los yorkinos.

A finales de 1827, el teniente coronel Manuel Montaño proclamó en Otumba un plan político que exigía al gobierno la desaparición de todas las “reuniones secretas, sea cual fuere su denominación y origen”. Pedía, además, que se removieran a todos los funcionarios de las secretarías del Ejecutivo y expulsar al enviado plenipotenciario de Estados Joel R. Poinsett. Los seguidores de este pronunciamiento fueron considerados rebeldes y el gobierno los persiguió. Se descubrió que detrás de este plan se encontraba el vicepresidente Nicolás Bravo. Y Vicente Guerrero fue designado para enfrentar a los sublevados.

En el Senado de la República se recibieron varias solicitudes pidiendo la amnistía de los pronunciados pero también encontramos en esta colección solicitudes que rechazan cualquier intento de promulgar una amnistía en favor de los levantados en Otumba.