Cuando sucede el 68, evidentemente, me absorbe, me jala, me sumo, participo en la primera manifestación del 26 de julio, por primera vez en mi vida, en un evento multitudinario de ese tamaño. Yo venía del Puerto de Veracruz, pero nunca había estado en una manifestación donde le gritaran de cosas al presidente de la república en ese momento, que bien las tenía merecidas, pero, de todos modos, para mí era un poco fuerte. En esa manifestación me impulsan los compañeros, incluso a tomar la palabra, ahí en el monumento, en la Alameda, y después nos persiguen los granaderos, y nos dispersamos. A partir de ahí, en realidad, en lo que participo, es en las brigadas que se forman en la facultad, de todo tipo, la de alimentación, la de boteo, en fin, la de ir a hacer mítines. Y así es como yo me paso al movimiento, para mí… me cambió la vida, yo creo que les pasó a muchísimos jóvenes de la generación, me enseñó a ver las cosas de otra forma.