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La mirada expandida del fotógrafo
Portadilla de <p>Tomás Montero y su cámara</p>

Tomás Montero y su cámara

Nacido en Morelia, Michoacán en 1913, José Tomás Montero Torres realizó estudios de Bellas Artes en la ex Academia de San Carlos. Trabajó como dibujante y diseñador. Su carrera como fotógrafo se desarrolló en el periódico La Nación.

El ojo polifacético de Tomás Montero, recuperó hermosos paisajes michoacanos que revelan el pasado y presente de las tradiciones del estado, así como las fiestas purépechas. Escenas vivas del lago de Pátzcuaro y Janitzio, escenas de la vida cotidiana, rituales de enorme belleza festiva. Las personas que fueron retratadas por Montero en diversos ámbitos de la pesca, orfebrería, cocina, juego y celebraciones, dan cuenta de una región y geografía que no le fueron ajenas, por el contrario parece que Montero desliza una sensibilidad visual que logra traducir entonces lo que en sus estampas y sus paisajes transcurren y toman forma de sonidos, figuras artísticas, rostros de una inocencia transparentes frente a su lente. La vida lo obligó a tomar caminos distintos a los de la academia de artes, pero nunca se alejó de la capacidad de producir una mirada estética propia. Su contemporaneidad con los conflictos políticos, las huelgas y los movimientos sociales, le permitieron retratar a la ciudad de México en plena expansión, explotar sus recursos técnicos y desarrollar los riesgos inherentes a la profesión de fotoperiodista, profesión que para los años cincuenta se consolidaba a pasos agigantados. La modernidad que atestiguan sus imágenes, su divertidísima serie sobre los siniestros de la ciudad de México o la inauguración de framante Puerto Aéreo, muestran y contrastan la mirada pintoresca del campo que dio sustento a la estridente ciudad en donde todo ocurrió.