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Dos grandes artistas del grabado yucateco. Picheta y Fernando Castro Pacheco
Portadilla de Dos grandes artistas del grabado yucateco. <em>Picheta</em> y Fernando Castro Pacheco

Dos grandes artistas del grabado yucateco. Picheta y Fernando Castro Pacheco

A lo largo del siglo XIX, tras la liberación de las colonias de la tutela española, floreció el arte independiente en Yucatán; tanto en el terreno de lo literario como en la plástica, se apreciaba la situación social tan especial de la península, aunado a las innovaciones tecnológicas de la época puestas al servicio de la expresión, tal fue el caso de la litografía que permitió la reproducción y difusión de caricaturas y dibujos a un amplio público y que hoy son importantes testimonios históricos y estéticos.

En el ámbito del grabado, Yucatán ha legado a la historia del arte a dos grandes autores de los que se ocupa esta muestra: Gabriel Vicente Gahona (1828-1917) y Fernando Castro Pacheco (1918-2013).

Gabriel Vicente Gahona, mejor conocido por su seudónimo Picheta, es uno de los más destacados artistas decimonónicos, contaba con un estilo crítico y en términos estéticos logró conseguir un carácter único en su trazo, lo cual hace que sus obras sean fácilmente reconocibles. A los 17 años consiguió que el gobierno estatal lo becara en Italia (1846-1947) para realizar estudios de dibujo y pintura, pero por motivos económicos acortó el viaje a sólo dos años. Al regresar a estado natal y a través de sus piezas observaba el entorno al que se aproxima de manera crítica. Resulta admirable el hecho de que fundó la primera academia de enseñanza del grabado en Mérida en donde se dedicó particularmente a la técnica de xilografía, pues ocupaba la madera de zapote típica de la región. Pronto se convirtió en una figura popular de la sociedad yucateca, que pasaba por un momento de inestabilidad, en gran medida por la llamada Guerra de Castas entre el estado y el centralismo de la capital y con las pugnas internas de mendistas y barbachanistas, todo aquello quedaba evidenciado en el semanario Don Bullebulle en el que Picheta difundió sus caricaturas satíricas y aquí mostramos varios ejemplos de ellas.

Por otro lado, Fernando Castro Pacheco fue un distinguido artista que cultivó tanto la pintura como el grabado y ha dejado una notable obra en la que ha resaltado la problemática de su estado natal en un franco arraigo por su tierra. Desde los 15 años inició su formación artística en la Escuela de Pintura y Artes Plásticas de Mérida, tiempo después, para 1941 él mismo fundó, junto con otros, la Escuela al Aire Libre de Artes Plásticas de Yucatán. Durante su vida abordó diferentes estilos y temáticas, en su gráfica por ejemplo, reflejó la pobreza y austeridad del pueblo y las injusticias que se cometían a los indígenas. En 1943 se dirigió a la Ciudad de México en donde obtuvo un importante reconocimiento como parte de la Escuela Realista Mexicana al lado de grandes artistas como Leopoldo Méndez, Alfredo Zalce y Raúl Anguiano. Consciente del valor de la enseñanza del arte, en la capital, fue profesor de la Academia de San Carlos y director de la Escuela de Pintura y Escultura "La Esmeralda" de la Secretaría de Educación Pública. Su arduo trabajo produjo una vasta obra que fue expuesta en México y el extranjero; y si bien pasó una larga temporada fuera de su estado, volvió a él en la década de los setentas para realizar una serie de murales en el Palacio Gubernamental en los que enalteció a la cultura maya. Murió a los 95 años de edad en la tierra que lo vio nacer.