Este connotado investigador nació en el poblado de Brasseur, en el departamento de Nord, Francia, y a la edad de 20 años se trasladó a París, donde se ganó la vida colaborando en periódicos y escribiendo novelas. Después de ser ordenado en 1845 en Roma, Italia, viajó a Canadá, donde fue profesor de historia eclesiástica en el Seminario de Quebec. Posteriormente, se trasladó a Boston, Estados Unidos, donde fue nombrado vicario general de la diócesis, y a finales de 1846 retornó al Viejo Continente. En 1848 realizó su primer viaje a México como capellán de la legación francesa y permaneció aquí dos años; en uno de ellos viajó por su interior hasta California, y regresó a Europa en octubre de 1851. En julio de 1854 se trasladó a Centroamérica para internarse en Guatemala, El Salvador y Nicaragua, y desde 1857 hasta 1859, al ser nombrado administrador eclesiástico, residió en varias comunidades indígenas, cakchiqueles, mames y quichés en el primer país, y durante su estancia en Rabinal aprendió el idioma de los últimos. En mayo de 1859 llegó a la Ciudad de México y en octubre de 1860 ya había vuelto a París. Se conoce que, en 1863, Brasseur regresó a México y por las buenas relaciones que sostuvo con el emperador Maximiliano éste le llegó a ofrecer el Ministerio de Educación, nombramiento que no aceptó. En 1866, publicó sus Recherches sur les ruines de Palenqué et sur les origines de la civilisation du Mexique, que acompaña al álbum de Waldeck con antigüedades mexicanas y vistas de ruinas de los mayas. Y dentro de los tres volúmenes editados entre 1864-1867 que recogieron los trabajos de la Commission Scientifique du Mexique et del’Amérique Centrale, Brasseur sacó sus “Études sur le système graphique et la langue des Mayas”.