El flujo no autorizado de migrantes de Centroamérica hacia México y Estados Unidos ha representado un reto mayúsculo para los gobiernos y para los ciudadanos de las naciones que los reciben o alojan por tiempo indefinido, provocando que la propia sociedad se organice y cree mecanismos para ayudarlos a salir adelante. Éste es el caso del colectivo femenino conocido con el nombre de Las Patronas, un grupo de habitantes de la localidad veracruzana llamada Guadalupe, tradicionalmente conocido como “La Patrona”, perteneciente al municipio de Amatlán de los Reyes. Para aquellos migrantes que utilizan la llamada ruta del Golfo con destino al vecino país del norte, la ayuda de Las Patronas ha resultado vital. Todo comenzó el 14 de febrero de 1995, como una iniciativa de la familia Romero, oriunda de la zona, y dedicada a las labores del campo.

Desde hace ya 26 años, comenzaron a notar cómo se incrementaba el flujo de personas que caminaban a lo largo de la vía del ferrocarril y también a aquellos que utilizaban como medio de transporte al tren conocido popularmente como La Bestia. Muchos de ellos les pedían comida pues pasaban días sin probar bocado debido a la falta de recursos y a las dificultades que representa el camino que recorren, en donde muchas veces son asaltados y despojados de lo poco que llevan consigo. Así, comenzaron a elaborar alimentos para repartir a quienes lo necesitaran. Norma Romero, quien actualmente lidera este proyecto, comenzó a invitar a otras mujeres de la localidad, quienes se unieron y se organizaron de manera voluntaria para dar comida y bebida a los migrantes. Por su trabajo, Las Patronas han sido premiadas en diversas ocasiones, pero para ellas el mejor reconocimiento son las bendiciones que los desplazados les ofrecen a cambio de su ayuda. Para recordar esta fecha, presentamos fotografías de migrantes en su tránsito por nuestro país.